sábado, 19 de abril de 2008

374 - ESTAR EN LA VIDA

ESTAR EN LA VIDA (374)

Leyendo a A.Gala
(El manuscrito carmesí)


En la vida estoy. No sé si de invitado,
de intruso o de fantasma;
pero no soy la vida, aunque estoy entre ella,
a la que fui traido
sin pedir mi aquiescencia, a la que me nacieron
en un día cualquiera
del que nunca he guardado recuerdo en mi memoria
de torpe neonato.

Y aunque estoy en la vida, tengo clara conciencia
de que vida no soy,
aunque tampoco pueda explicar con certeza
el concepto que tengo
acerca del misterio que la vida circunda,
tal como yo la entiendo.

La vida es una especie de escenario mudable,
en el que se aparece
imprevisiblemente; donde se nos permite
gesticular en vano
unos breves instantes, y del que se nos saca
sin dar explicaciones,
cuando aún nos creemos que el papel que nos cupo
en buena o mala suerte,
no ha sido recitado hasta su acabamiento.

Tú estabas declamando -mal o bien, es lo mismo-,
el papel que debías
encarnar en escena, y de un papirotazo
te hunden en el foso,
cortándote la frase que ufano recitabas
en tu mejor momento,
seguro de ti mismo e incluso convencido
de que el triunfo era tuyo
y que el público aplauso, bisar te pediría
tu personal vivencia.

Tu error ha consistido en suponer que hablabas
para un público atento,
cuando nadie prestaba oído a tu discurso,
infantíl soliloquio.

Te sacan de la vida, y aunque la vida siga,
tú ya no estás en ella,
y ello simplemente porque te contrataron
como actor secundario,
para entrar en escena, decir tu recitado
-pocas veces brillante-,
y hacer mutis, sin darte ocasión de lucirte
y salir satisfecho
de tu día de estreno, irrepetible siempre.

El mutis sobreviene en el momento incierto
que marca omnipotente
el Regidor Supremo, y aunque te sientas vivo,
ya no estás en la vida;
y da gracias, Hermano, si contigo tuvieron
la atención de dejarte
hacer mutis en orden y salir por el foro,
o por uno cualquiera
de los dos laterales, y el bofetón no vino
a lanzarte violento
a lo hondo del foso, como es tan corriente.

Como quiera que sea la salida de escena
-pacífica o violenta-,
forzosamente implica “no estar” en esta vida,
en esta farsa extraña
en la que represento mi papel de invitado,
de intruso o de fantasma,
-que lo averigüen otros-, dispuesto para el mutis
final e irreversible.


José María Hercilla Trilla
http://hercilla.blogspot.com
Almuñecar, 1º Agosto 1999


(De mi libro: “Haciendo mi camino”)
(Publ, en
www.esdiari.com Nº 638/26-11-06)

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