sábado, 31 de mayo de 2008

509 - PREDICAR Y DAR EJEMPLO

PREDICAR Y DAR EJEMPLO (509)


¡Una cosa es predicar, / y otra cosa dar ejemplo!

Y si no, que nos lo digan / a los ciudadanos medios,
que hacemos mil filigranas / -y conste que no exagero-
para coronar los meses / sin morir en el intento.

Los salvapatrias de turno / prometen poner remedio
a todas las injusticias / y acabar con este infierno
de voraz capitalismo / y abusivos privilegios
que hacen que en muy pocas manos / la riqueza tenga asiento,
dejando a la mayoría / puede decirse que en cueros.

Como digo más arriba / -y usted puede releerlo-,
una cosa es predicar / y otra cosa dar ejemplo,
y si usted se fija un poco / y a lo que pasa está atento,
verá que quienes predican / igualdad para su pueblo,
apenas se ven sentados / en sillón de terciopelo,
con el poder en sus manos / y asegurados sus sueldos,
aplaudidos y adulados / por cofrades subalternos
que les alzan y sostienen, / y tapan todos sus yerros;
cuando les ves cómo viven, / ajenos a lo que fueron,
con despachos suntuosos / por lo lujosos y extensos;
viajando gratis total, / disfrutando cocineros
y hoteles de cinco estrellas / de muy elevado precio;
aviones oficiales, / salidas al extranjero
y otras mil cosas que son / a toda luz un exceso;
entonces aunque se digan / defensores de su pueblo
y se proclamen de izquierdas, / por la forma en qué los vemos,
cómo viven y cual triunfan / y derrochan los dineros
-no de su propio bolsillo, / sino los del Presupuesto-,
entonces, nos repetimos, / una, dos veces y ciento,
que una cosa es predicar / y otra cosa es dar ejemplo,
y poco tiene que ver / lo que se le dice al pueblo
al prometerle igualdades, / justicia y cabal gobierno,
con el modo en que ellos viven, / tan alejado del nuestro.

¡Quién no os conozca, que os compre! / ¡Yo no transijo con eso!

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Avila, 30 Julio 2.006

(De mi libro:”Miscelánea.- I.- De actualidad)
(Publ.: -Es
www.esdiari.com, Nº 623/13.08.06
y
www.avilared.com del 21.08.06)

viernes, 30 de mayo de 2008

508 - UN AÑO MÁS

UN AÑO MÁS (508)


Un año ha transcurrido y ya de nuevo
me tienes a tu lado, en tu ribera,
oh, Tormes literario y prodigioso,
gozando de los aires de esta sierra
de Gredos, soberbio faro altivo
cuya undosa y nevada cabellera
se desfleca en las aguas cristalinas
que cantan tu canción entre las piedras.

Este río que pasa antes mis ojos
me recuerda mi vida pasajera;
él corre hacia la mar, donde se acaba,
y en eso me aventaja. Su certeza
quisiera yo tener, estar seguro
del sitio donde voy, dónde me lleva
este continuo andar. Esta enconada
batalla que alborota mi cabeza,
oponiendo a la fe del carbonero
las mil dudas que la razón presenta
con tentadoras formas, para hacerme
naufragar en el mar de mis creencias,
el ya escaso trayecto que me falta
por andar a lo largo de mi senda,
lo llena de insolubles acertijos
turbándome la paz en que quisiera
poder vivir tranquilo hasta acabarme,
sin más cavilaciones ni querencias
que gozar del silencio que desciende
de lo alto de Gredos y que impregna
este barcense campo tormesino
cuajado de frondosas alamedas.

Un año ha transcurrido y a tu lado
he venido de nuevo con presteza
buscando la templanza de tu clima
en estos duros meses, cuando aprieta
el calor en Castilla y se derriten
bajo un sol inclemente hasta las piedras,
este sol que tal vez sea el culpable
de revolverme un tanto la sesera
y hacerme desbarrar en muchas cosas,
para luego escribir acerca de ellas.

¿No sería mejor estar callado,
limitarse a gozar de la ribera,
ver el río correr plácidamente,
pasear bajo umbrías alamedas,
y dejar a las horas que discurran
y se lleven con ellas mis ideas?

Un año ha transcurrido y de nuevo,
gozando del silencio y la belleza
de estos verdes paisajes circundantes
cuya vista el alma me serenan,
oh Tormes que me arrastras con tus aguas
sin llegar a saber donde me llevas,
a tu lado me tienes, como siempre.

A Dios quiero pedir que me conceda
encontrarme otra vez, dentro de un año,
en este mismo sitio, en tu ribera,
debajo de estos álamos altivos
mecidos por las brisas de la sierra.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Ávila, 28 Julio 2.006

(De mi libro: “Itinerario sentimental.- Canc. Barcenses”
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 624/20.08.06
y en
www.avilared.com del 30.08.06)

jueves, 29 de mayo de 2008

510 - EL CRISTO DEL CAÑO

EL CRISTO DEL CAÑO (510)

A rastras, como puedo, apoyado
en mi viejo bastón, el que soporta
mi cuerpo vacilante y me sostiene
en un torpe equilibrio, sin dejarme
caer sobre las piedras del camino,
he llegado hasta aquí, hasta la Ermita
alzada junto al Tormes rumoroso,
donde el pueblo devoto reza al Cristo,
al que llaman aquí Cristo del Caño.

A solas con el Cristo, sin testigos
que pudieran turbar nuestro coloquio,
sumido en inefables emociones,
me he dejado llevar por los recuerdos
de aquellos años mozos, cuando ambos,
la barqueña que supo enamorarme
como nunca jamás otra lo hizo,
y el joven inexperto que yo era,
veníamos entrambos a rezarte
y a pedirte tu ayuda en el camino
que íbamos a iniciar conjuntamente.

Ahora, casi a punto de cumplirse
medio siglo de caminar unidos,
de nuevo a Ti me llego para darte
las gracias por tu ayuda y tus mercedes,
Santo Cristo del Caño, milagroso,
que accediste a amparar nuestros amores,
los de aquella barqueña encantadora
con un joven iluso, que prendido
quedó de su belleza y sus bondades.

Si entonces arrogante caminaba
al cruzar por el puente hasta tu Ermita,
hay avanzo despacio, acompañado
de mi viejo bastón, fiel compañero
que –de un tiempo a esta parte- me sustenta.

Lo que importa es que vuelvo a arrodillarme
delante de tu imagen, Santo Cristo,
dispuesto a reanudar mis oraciones
y entablar aquel místico coloquio
que entonces iniciamos, cuando iba
de la mano de mi gentil barqueña
a emprender la aventura misteriosa
de una vida en común, desconocida.

De nuevo aquí me tienes; bien es cierto
que menos arrogante, bien distinto
del que hace medio siglo te rezaba
derecho como un huso. Mas no importa,
yo sigo siendo el mismo y Tú lo sabes,
al verme aquí postrado, ante tus plantas,
y no para implorarte cosa alguna,
sino para decirte solo: “Gracias”.

Hoy quiero agradecerte tus mercedes,
y de entre todas ellas, la de darme
por dulce compañera de mi vida
la que vino a rezarte aquí, conmigo,
la bella y muy gentil niña barqueña
que supo conquistarme con su gracia,
a la que sigo amando con el mismo
amor de cuando novios, cuando ambos
orando suplicábamos tu ayuda.

Muchas gracias, Señor; gracias por todo.
También por el bastón que me sustenta
y me ayuda a llegar hasta tu Ermita.

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Ávila, 24 Agosto 2.006


(De mi Libro: “Itinerario sentimental.- Canc. Barcenses”
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 625/27.08.06)

miércoles, 28 de mayo de 2008

513 - A SU MANERA

A SU MANERA (513)

(Recordando a Frank Sinatra
y sus canciones)

Polidoro, mi amigo Polidoro, a quien usted conoce por servirme
de percha en la que cuelgo con frecuencia las frases desnortadas que pronuncio
-para así compartir la “fechoría”-, hablando del estilo y de las formas
que deben observarse en la escritura, amable y sentencioso me decía
algo así parecido a lo que sigue:

“Si escribes para ti, entonces libre serás para escribir lo que te plazca,
libre para volcar en tus escritos aquellos sentimientos que –nacidos
en lo hondo del pecho- no requieran el control minucioso de la mente,
especie de aduana que limita al autor y coarta sus ideas.

Si escribes para ti no necesitas de visado alguno precautorio
que venga a depurar el contenido de aquello que te bulle, allá muy dentro,
e incluso que te fije ciertas normas acerca del estilo y las medidas
que debes observar en tus escritos.

Si escribes para ti, afortunado mortal que no caminas tras la fama,
que no buscas el público consenso, ni corres persiguiendo premio alguno,
que sabes prescindir de los aplausos, que jamás escribiste por dinero
ni tampoco sumiso a algún Partido que te diera su apoyo en justo pago
por prestarte a cantar sus excelencias, entonces eres libre, felizmente.

Si escribes para ti, para ti solo, viviendo con arreglo a tus ideas,
en una independencia inatacable, sin esperar del mundo cosa alguna
que no sea el respeto irrenunciable al que todo mortal tiene derecho,
entonces te confieso que mereces, no solo mis aplausos más sinceros
por ser dueño absoluto de tu pluma, sino que –a más de eso- siento envidia
y prometo, en lo que pueda, secundarte”.

Eres un buen amigo, Polidoro, y agradezco aquello que me dices,
así como tu ayuda y tus consejos, casi siempre sensatos y acertados,
mas respecto a creer que yo soy libre, en eso te equivocas totalmente.

Nadie hay en el mundo que lo sea; unos más, otros menos, prisioneros
somos todos del mundo en que vivimos, y aunque nada esperemos, es lo cierto
que solo con la muerte somos libres. Así pues, Polidoro, no me aplaudas,
no me envidies tampoco, ni me imites; bríndame tu amistad, como hasta ahora,
y deja al mundo ir, “a su manera”.

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Ávila, 2 Septiembre 2.006

(De mi Libro: “Del estilo y de las formas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 627/10.09.06)

martes, 27 de mayo de 2008

512 - ¿QUÉ COSA ES ESCRIBIR?

¿QUÉ COSA ES ESCRIBIR? (512)

Escribir es tan sólo volcar un sentimiento
-del corazón salido, depurado en la mente-,
volcarlo, como digo, sobre un papel en blanco.
No importa que lo escrito se manifieste en prosa
o que, por el contrario, lo escribamos en verso,
incluso en verso libre si no hallamos la rima
que exige la ortodoxia en cada caso.
Lo que importa, a mi juicio, más que la forma externa,
es lo que lleva dentro cada párrafo escrito
y queda reflejado a lo largo del folio.
No le aconsejo a nadie que emprenda la tarea
de llenar unos folios con novela o con cuento,
historia o poesía, en resumen con nada,
si antes no ha sentido cómo nace en su pecho
la obra proyectada, y pasa la aduana
de un detenido examen a través del cerebro,
donde se le dé paso para escribirla luego.
Lo que no puede hacerse es ponerse a la obra
de iniciar la escritura y manchar unos folios
que después, al leerlos cualquier lector amigo,
no sólo le resulten del todo insoportables,
sino que encima nada de lo plasmado en ellos
alcance a emocionarle o le sirva siquiera
para llenar un hueco de su tiempo de ocio,
y no digo que logre reclamar su cuidado,
suscitando en su mente reflexión o recuerdo
por no encontrar en ellos cosa digna de aprecio.
Hay famas cimentadas en el mero acumulo
de palabras vacías, de frases rimbombantes,
de versos imposibles, absurdos y grotescos,
de oquedades escritas deliberadamente,
quizá con un doloso propósito de engaño,
fiados -sus autores- de esa falsa creencia
de que el vulgo ovaciona aquello que no entiende
y aplaude con denuedo al necio más osado,
al que vende oropeles en vez de vender joyas
con valor literario, aunque sea opinable.
Puede ser que eso ocurra, pero al cabo del tiempo,
después de que los años hayan puesto en su sitio
a los que así se mofan de posibles lectores,
dando gato urbanita por liebre campesina,
escribiendo sin nada de valor que decirnos,
puede ser que resulte que sus nombres se esfumen,
perdidos en la bruma de modas pasajeras,
no dejando más rastro que algún libro perdido
en una oscura tienda, entre otros libros viejos
de autores olvidados, que ya nadie recuerda.
Dios quiera iluminarme para que el sentimiento,
debidamente unido a la razón prudente,
me deje entretenerme en llenar estos folios
escritos con la idea de ahuyentar el Alzheimer,
sin que ellos supongan excesivo castigo
para aquellos amigos que se dignen leerme,
a quienes agradezco su atención exquisita.

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Ávila, 1º Septiembre 2.006



(De mi Libro “Del estilo y las formas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 628/17.09.06
y en
www.avilared.com del 27.09.06)

lunes, 26 de mayo de 2008

515 - SEÑOR, AQUÍ ME TIENES...

SEÑOR, AQUÍ ME TIENES (515)


Señor, aquí me tienes, - dispuesto, como siempre,
a cumplir tus mandatos.

Ya va llegando el tiempo – de partir en tu busca
y arrojarme en tus brazos,
donde espero que tengas – la bondad infinita
de otorgarme descanso.

Ligero de equipaje, - como dijo el poeta,
serenamente aguardo
la orden de partida – para dejar al punto
a todos los que amo
y marchar a tu encuentro, - aunque a veces vacilo
por la duda apresado
y temo que el viaje – que he de emprender en breve
no lleve a ningún lado.

No me tengas en cuenta, - Señor, esos momentos
de torpe desencanto
que a todos los mortales – nos torturan y agobian,
así, de vez en cuando.

Es muy grande el misterio – de la vida y la muerte,
y al revés, muy escaso
el poder de la mente – que concediste al hombre
salido de tus manos,
para intentar siquiera –vislumbrar con acierto
tan profundos arcanos.

Mas a pesar de todo, de esta fe vacilante
que confieso azogado,
el día que me llames, ya sabes que me tienes
dispuesto, esperanzado,
para marchar contigo, allá donde Tú quieras,
¡espero que a tu lado!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Ávila, 14 Septiembre 2.006

(De mi Libro: “Íntimas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 629/24.09.06
y en
www.avilared del 06.10.06)

sábado, 24 de mayo de 2008

473 - EL CANSANCIO DE SER HOMBRE

EL CANSANCIO DE SER HOMBRE (473)

De «Walking around», de Pablo Neruda:
“... Sucede que me canso de ser hombre”

Afortunadamente, no me pasa
aquello que decía ese poeta,
de que estaba cansado de ser hombre.

Me pongo en su lugar -si verdad dijo-,
y pienso la tortura que supone
soportar tal cansancio, tal hartura
de ser uno cual es, tan sólo un hombre.

¿Quién no tuvo en su vida sentimientos
de euforia y depresión alternativos?

¿Quién no sintió jamás amenazado
el curso de su vida, sobre todo
en sus años primeros, cuando era
difícil el presente y el futuro
nos mostraba su faz inescrutable,
muchas veces cargada de presagios
que te hacían temer males mayores?

Como cada mortal he soportado
mis dudas y temores, mis angustias,
mis trabajos y afanes, como todos,
pero nunca sentí que me abatiera
ese absurdo cansancio de ser hombre.

Lo que sí me abrumó, os lo confieso,
y no una sola vez -en reiteradas
ocasiones-, al ver cómo es el mundo
y al ver como se portan mis Hermanos,
aquéllos que del oro hacen su meta
con olvido de todos sus deberes
de amor a los demás, fue un sentimiento
de asco e impotencia, traducido
en sentir la vergüenza de ser hombre.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 10 enero de 2004

De mi libro: “Penúltimo Cuaderno”
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 633/22.10.06)

viernes, 23 de mayo de 2008

375 . ¿INFIERNO Y CIELO?

¿INFIERNO Y CIELO? (375)


-I-

¡Qué cosas, Señor, qué cosas! / Las oigo y no me las creo.
Los sabios Padres Jesuitas / han suprimido el Infierno,
y que aquello que decían / de ser lugar de tormento,
donde daban jurgonazos / a las almas que en el fuego
se abrasaban, condenadas / por cuanto de malo hicieron,
era sólo una figura / metafórica, a ejemplo
de un estado de carencia, / de evidente descontento
por no estar en sintonía / con el Dios del Universo.

Según dicen estos frailes, / el Infierno sólo es eso:
Un estado de inquietudes, / un amargo desconsuelo,
en que el alma se eterniza / sin lograr total sosiego,
vagando sin rumbo fijo, / arrastrada por mil vientos
encontrados que le impiden / anclar en seguro puerto
donde gozarse dichosa / a los pies del Padre Eterno.

Yo les debo confesar, / a fuerza de ser sincero,
que lo que dicen los frailes / lo había yo descubierto
desde que tuve razón / y usé mi razonamiento
en buscar explicaciones / a este insoluble misterio
de vivir en este mundo / para acabar siendo un muerto.

Necesitaba creer / -y os juro que así lo creo-
en la existencia de un Dios, / de un Ser que fuera compendio
de infinitas perfecciones, / infinitamente bueno,
que supiera de perdones / y a castigos fuese ajeno,
ya que un Padre no castiga / por mucho que le cansemos,
y aunque mucho le ofendamos / no puede echarte a un Infierno.

En esa firme creencia / -que como veis os confieso-
he vivido, procurando / no hacer daños a terceros,
y al ver que también los frailes / sustentan igual criterio
y declaran que no existe / un lugar llamado Infierno,
me complazco en mis razones / -aunque siempre fui modesto-
y el corazón se me ensancha / y se me dilata el pecho
al ver que gané a los frailes / en ese descubrimiento.

-II-

No hay dicha que mucho dure; / muy poco después de esto,
-y esta vez no han sido frailes,/ sino quién ocupa el puesto
de mandamás de las cosas / de Dios en este destierro,
es decir el mismo Papa, / infalible en sus decretos,
aquel que ocupa la Silla / Pontificia de San Pedro,
quien declara que tampoco / en las alturas hay Cielo.

Me he quedado anonadado, / pues si ello fuere cierto
de nuevo empiezan mis dudas, / mi asombro, mi desconcierto,
al quedarme sin respuesta, / al privarme de aquel premio
que me habían prometido / de ver a Dios en el Cielo
como pago de mis obras / y de mis renunciamientos.

Dejando al margen mi caso / -pues de importancia carezco-
si es verdad lo que Juan Pablo / ha puesto de manifiesto,
de que el Cielo es otro estado / -pero esta vez más perfecto-
y que ese “estar” no se goza / en un estacionamiento
previamente situado / en lo alto, con asientos
numerados, donde todos / la vista de Dios gocemos,
entonces yo me pregunto: / ¿Dónde se fueron aquellos
que nos decía la Iglesia / que a los cielos ascendieron?
¿Dónde está el Profeta Elías? / ¿Dónde su carro de fuego?

(El carro me lo robaron; / lo busco, mas no lo encuentro.
Como Manolo Escobar, / pregono mi desconcierto,
pues un carro abulta mucho / y no es fácil esconderlo.)

¿Dónde la Virgen María, / que fue subida a los Cielos
en carne mortal, conforme / al Dogma que establecieron
el Papa y sus Cardenales / en no muy lejano tiempo?

¿Y Jesucristo, Su Hijo, / que vivió después de muerto
y al cumplir cuarenta días / de haber sido resurrecto,
en su gloriosa Ascensión / -que atestiguan Evangelios-
también ascendió a la altura, / perdiéndose entre los Cielos?

Si ahora nos dice el Papa / que lo del Cielo es un cuento
y que tal lugar no existe, / ni ha existido en ningún tiempo,
y que todo se limita / a un metafórico invento,
a un simple “sentirse a gusto” / del alma después de muerto,
pero sin estarse quieta / y ubicada en un concreto
lugar entre las alturas / donde pusimos el Cielo,
entonces “apaga y vamos”, / pues es ya tal el enredo
que entre todos han formado / con lo de Cielo e Infierno,
que no hay cristiano decente/ medio capaz de entenderlo.


-III-

Señores Padres Jesuitas / y Sucesor de San Pedro:
Guárdense sus pareceres / y no me toquen el Credo,
que con él me basta y sobra / para vivir satisfecho,
sin meterme en más honduras / ni nuevos descubrimientos,
que nadie –por otra parte- / me garantiza correctos,
y perdonen si les digo / que algunos puntos concretos
es mejor “no meneallos”, / pues se joroba el invento.

Tengan cerrada la boca / conforme les aconsejo,
que a nadie le pesó nunca / permanecer en silencio.

Si al creyente le arrebatas / esa fe que es su sustento,
le conviertes en un hombre / que camina y está muerto;
un hombre sólo materia, / un hombre de carne hecho,
al que todos sus esquemas / de pronto se le rompieron.

¡Con suprimir ambas cosas, / no sabéis lo que habéis hecho!

¡Habéis quitado de golpe / el acicate y el freno!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Almuñecar, 9 Agosto 1999

(De mi Libro: “Fides”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 635/05.11.06 y
en
www.avilared.com del 20-11-06))

jueves, 22 de mayo de 2008

520 - LIBERACIÓN

Liberación (520)

(Animus iocandi scriptus est)

La muerte no es apenas otra cosa
que una eterna clausura en el silencio
de un lugar apartado, entre cipreses,
-o también sin cipreses, da lo mismo-,
una siesta apacible, sin urgencias,
sin relojes, llamadas enojosas,
inspectores molestos e incordiantes,
además de sin ese revoltijo
de torpes salvapatrias desnortados
-a veces hundepatrias ignorantes-
que han resuelto el problema de sus vidas
a costa de amargarnos a nosotros
-el “pueblo soberano”, así nos llaman-
la existencia con cargas tributarias
que se van en pagarles sus haberes,
asistencias y dietas y gabelas….

No es que yo tenga prisa por morirme;
me encuentro muy a gusto entre los míos,
mas la edad avanzada de que gozo
me conduce a pensar frecuentemente
en las coplas famosas que decían
aquello de la vida y de los ríos
que acaban en la muerte y en los mares,
y es lo cierto que ya, desde estos años,
el ruido de esa mar se oye muy cerca
y la muerte … tampoco andara lejos.

No me asusta esa muerte que presiento;
he llegado a una edad que sólo pocos
consiguen alcanzar – a los ochenta-,
y he vivido de todo en esta vida,
de lo bueno, lo malo y lo más malo,
y puedo presumir de no haber hecho
-por lo menos de forma voluntaria-
daño alguno a quienes van conmigo,
ni tampoco a quienes se cruzaron
fugazmente conmigo en las etapas
de este largo camino que se agota.

Mil gracias debo dar, -es de justicia-,
a esta tropa aferrada al Presupuesto,
que grita y que berrea y que se insulta,
que vive obsesionada con el mando
mientras deja que España se deshaga
en “naciones” diversas, nacioncillas
de las de tres al cuarto, ciertamente,
y hace que me sienta, triste cosa,
alegre con mi muerte, si con ella
dejo al fin de sufrir su incompetencia,
no siendo ya testigo de sus pifias.

Que el Señor les perdone. Voy a irme
y espero no encontrarme ya con ellos
en mi nuevo lugar definitivo,
pues eso supondría haber entrado
en los mismos infiernos, y eso es cosa
que creo no merecer ¿no les parece?.

Lo siento por los míos, por vosotros,
amigos verdaderos que aquí dejo,
que tendréis que cargar con el tormento
de seguir soportando salvapatrias
-o hundepatrias en muchas ocasiones-
y pagando tributos abusivos
y escuchando sus huecas discusiones
que a nada les conducen, salvo, acaso,
a insultarse, y a veces hasta incluso
a acordarse –sin duda- de sus madres,
santas madres que nunca supusieron
que iban a sufrir tales afrentas.

Yo me voy, torpe tropa gobernante,
y me voy satisfecho, porque dejo
de veros y de oiros, y de seros
obligado testigo de los muchos
errores que delatan vuestra talla,
del todo insuficiente para el cargo
que todos os habían confiado.

¡Que ustedes sigan bien, señores míos!
Con ustedes la muerte no es tan mala;
supone no tener que soportaros
a cambio de dormirse eternamente…..


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 15 diciembre 2.006


(De mi Libro: “Íntimas”)
Publ.- Es Diari, Nº 642/24.12.06

miércoles, 21 de mayo de 2008

531 - NO QUISIERA BORRAR

No quisiera borrar (531)

No quisiera borrar de mi memoria,
ni una sola de aquellas horas idas,
de aquel tiempo pasado variopinto
que hoy evoco transido de añoranzas.

Todo él constituye la historieta,
pequeña, ciertamente, pero mía,
que pudiere aburrir si os la contare
-a nadie le interesan mis recuerdos-,
esta historia que viene a ser resumen
de casi ochenta y dos años de vida.

No sé, si lo analizo fríamente,
qué clase de historieta es preferible,
si la historia del hombre poderoso,
aupado en el poder y en la fortuna,
cercado de envidiosos enemigos
y adulado sin tino por serviles,
o la historia modesta y hasta oscura
del hombre que jamás se preocupara
de alcanzar el poder ni la riqueza,
prefiriendo avanzar en su camino
ni envidioso de nadie ni envidiado,
-como dijo el Poeta-, cuidadoso
tan sólo de su nombre sin baldones,
convencido de ser ese el tesoro
más valioso que puedes dar a un hijo.

Mi historia es sólo mía, ciertamente,
-historia personal e intransferible,
historia para nadie aprovechable-,
de un hombre que quisiera seguir vivo….,
mas siente que la meta está cercana
y por ello se apresta a disculparse
delante de vosotros, mis Hermanos,
jurando que jamás quise ofenderos
y que hice esfuerzos sobrehumanos
por amaros lo mismo que a mi mismo,
lo cual –en ocasiones-, os lo juro,
no fue fácil, no obstante mis empeños.

Cercano ya el final, a todos pido
perdón por mis acciones y omisiones
si con ellas os pude hacer ofensa,
causar grave perjuicio o simplemente
molestaros con sola mi presencia.

Unido a mis recuerdos, hoy quisiera
llevarme ese perdón que os solicito,
para -en paz, conmigo y con los hombres-
emprender el viaje sin retorno,
a gozar las promesas que nos hizo
el Buen Cristo a su paso por la tierra


José María Hercilla Trilla
hercilla.blogspot.com
Barco de Ávila, 8 Julio 2.007


(De mi libro: “Penúltimas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 682/30-09-07)

martes, 20 de mayo de 2008

535 - ATARDECER EN BARCO DE AVILA

Atardecer en Barco de Ávila (535)

La tarde se amortece como un queso
en el cual cada uno su cuchillo
hubiese introducido recortando
la porción que le fuere más propicia.

Entre todos la tarde consumimos
y agotada se hunde lentamente
en un alto horizonte neblinoso,
por detrás de la Cuesta de las Viñas,
rayado de destellos fulgurantes
irradiando su luz hacia los cielos.

La luz se ha ido apagando poco a poco,
y al final la negrura de la noche,
bajando sobre el río y la ribera
confunde los perfiles familiares
y hace ver mil fantasmas donde antes
se veían alisos retorcidos,
rectos troncos de álamos sonoros,
unos sauces llorones desflecados,
tres catalpas en flor, junto a la entrada,
el templete de música, en el centro,
unas mesas y asientos esparcidos
que acogen mi cansancio y dan reposo
cuando acudo a leer bajo las sombra
de este parque barcense y tormesino.

Mañana esperaré que el sol naciente,
como queso de bola recién hecho,
de nuevo se remonte por oriente
y vuelva a iluminar esta alameda
que me endulza el ocaso de mis años.

¡Desde ella aguardo esperanzado
que vuelva a renacer la primavera!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Ávila, 1 Agosto 2.007


(De mi libro: “Penúltimas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 679/9.9.07)

lunes, 19 de mayo de 2008

536 - ¿HABRÁ CIELO?

¿Habrá cielo? (536)

El cielo de los muertos tal vez pudiere estar
tan sólo en la memoria
de todos los que un día tuvieron la fortuna
de conocer al muerto
y gustar las delicias de su amor y maneras,
guardando fiel recuerdo
del pariente o amigo recientemente ido,
incluso transmitiendo
esa feliz memoria a sus hijos y nietos.

Son las eternas dudas,
que vienen a asaltarme al final del camino,
cuando ya se vislumbra
muy próxima la meta y te da por pensar
en esas tonterías;
menos mal que a esta altura, si un tiempo torturantes,
hoy no pasan apenas
de ser como una especie de reflexión tranquila,
como si lo que piensas
no fuere a ir contigo o acaso careciera
de especial importancia.

Lo cierto es que tampoco sería mala cosa
saber que sigues vivo
en la mente de aquellos que un día te quisieron,
y que ese recuerdo,
testigo indubitable de lo que hiciste en vida,
como en una cadena,
acaso interminable, se vaya transmitiendo
desde unos a otros
hasta el fin de los tiempos, o hasta que Dios disponga.

En realidad no tiene
especial relevancia soñar eternidades
que no tienen objeto,
para nada nos sirven, ni a nadie le aprovechan;
con que sólo los tuyos
te recuerden con gusto durante algunos años,
aunque no sean muchos,
ya sería bastante para pensar que habías
encontrado tu cielo.

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Ávila, 11 Agosto 2.007


(De mi libro: “Penúltimas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 685/21.10.07)

sábado, 17 de mayo de 2008

537 - UN AÑO Y OTRO AÑO

Un año y otro año (537)


Un año, y otro año, y Dios quiera
concederme otros años todavía
en que pueda volver a La Alameda,
a gozar de su paz y su silencio,
sentado o paseando en estas sombras
y viendo como el Tórmes se desliza
a mi lado, besando las riberas
y sus huertas cuajadas de verdura.

Un año y otro año, y no me sacio
de ver este paisaje tormesino
que serena mis ojos con sus verdes,
desde el verde esmeralda primavera
de los brotes pujantes primerizos
del álamo sonoro que me acoge
brindándome su sombra protectora,
a los verdes oscuros emboscados
en los recios alisos centenarios
que jalonan caminos y veredas…

Es una sinfonía de colores
donde el verde es rey de todos ellos,
seguido del azul, que lo divide
con su cinta de agua itinerante
pugnando por su cauce salmantino,
el de dorada piedra unamuniana,
de las altivas torres, que me esperan
al final de estos meses deleitosos,
pasados en el manso y recoleto
refugio de esta villa veraniega
donde habré de dormir mi último sueño…

Detrás de La Alameda, en suave loma,
la Iglesia parroquial, con su alta torre
coronada de nidos de cigüeñas;
río abajo, la mole del Castillo,
recuerdo de los Alba de aquel tiempo,
que no sé si de tiempo dispondrían
-con su andar batallando por el mundo-
para poder gozar sus posesiones;
a la orilla del río, en la otra orilla,
cruzando el viejo puente de ocho arcos,
la Ermita que cobija al Santo Cristo,
que aquí llaman del Caño, nombre éste
derivado del caño de la fuente
que mana sus dos chorros junto a ella,
sin que el tiempo agote su venero…

Es más de medio siglo, ¡muchos años!,
de venir a gozar en La Alameda
la sombra y el silencio que me acogen
y me brindan su paz inenarrable
en estos suaves meses del verano,
lo que ha hecho que esto se convierta
en un rito sagrado, una costumbre
que me va a ser costoso abandonarla.

Por eso pido a Dios, año tras año,
que me alargue la vida y me conceda
volver el nuevo año, y hasta incluso
alguno que otro más… Yo no me canso
de ver, una y mil veces, el paisaje
del río, de la ermita y La Alameda.

Así se lo confieso al Santo Cristo
cuando vengo a rezarle, cada día.
Espero que me escuche y me conceda
la gracia que le pido humildemente:
¡Otro año, Señor, dame otro año!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
El Barco de Ávila, 20 Agosto 2.007


(De mi libro: “Penúltimas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 678/02.09.07)

viernes, 16 de mayo de 2008

406 - REPRIMENDA A TIEMPO

REPRIMENDA A TIEMPO (406)

Correr, mucho correr, para a la postre
llegar a la hora justa de morirse,
y comprobar entonces que las prisas
de nada nos sirvieron, salvo acaso
privarnos de los goces del camino.

Lo que resulta triste es que las prisas
gobiernen nuestras vidas a su antojo,
y que cuando por fin nos damos cuenta
de que somos muñecos y queremos
las riendas retomar en nuestras manos,
para así refrenar la loca marcha,
entonces observamos con tristeza
que el camino que queda ya es tan poco
que casi da lo mismo despeñarse
a igual velocidad que la suicida
que hasta entonces habíamos llevado.

Pensando que tal vez ese camino
que aún queda por delante mereciera
recorrerlo despacio, con sosiego,
disfrutando de las pequeñas cosas
que la vida concede a los que saben
descubrir los encantos que ella encierra,
yo pienso que sería muy prudente
pararse a meditar lo que hemos hecho,
el mal que a los demás hemos causado
(quizá pudiera ser, que sin quererlo),
y ver si todo ello ha merecido
la pena de vivir atosigados,
esclavos del reloj inexorable,
de fichar a la hora en la oficina,
obligados a saludar al jefe
al que sinceramente despreciamos,
teniendo que aguantar a nuestro lado
colegas o adversarios que nos cargan
y cuyas opiniones nos revientan,
y tantas otras cosas parecidas
y odiosas que la vida nos impuso...

Estimo que ya es hora de librarse
de todo ese conjunto de ataduras,
y libres, disfrutar del poco tiempo
que tengamos, como si fuera nuestro,
no nosotros sus obedientes siervos.

(Siento pasos. Alguien está leyendo
por encima del hombro lo que escribo.
Me detengo y espero a ver que dice.)

- Cada día que pasa, tu dolencia
se agrava poco a poco, sin remedio.
Si fuiste soñador, eras sensato,
mas de un tiempo a esta parte, te aseguro
que veo como tu mente degenera,
-no sé si por vejez, o por tontuna
hasta ahora tal vez adormecida-,
y escribes unas cosas tan absurdas
que mejor estarías calladito,
como deben estar los niños buenos.

(Como nunca gusté de discusiones,
prefiero obedecer, hoy por lo menos,
y doy por terminado lo que escribo,
sin poderos decir muchas más cosas
de las que se me vienen a la pluma,
me bullen en la mente y me atormentan).


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 17 Diciembre 1999


(De mi Libro: “Haciendo mi camino”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 689/18.11.07 y
en
www.avilared.com del 02.01.08)

jueves, 15 de mayo de 2008

413 - SOBRE LA SOLEDAD

SOBRE LA SOLEDAD (413)

Por mucho que te empeñes y pretendas
volcar el corazón sobre tu entorno,
ciertos días –no muchos, por fortuna-
te sientes horriblemente solo.
No sé por qué, pero me siento a veces
como un viejo fantasma medio loco,
vagando solitario entre penumbras,
sin lograr encontrar cabal reposo.
Caminamos unidos, paralelos,
incluso enlazados codo a codo,
mas si a pensar te paras un instante
habrás de concluir que son muy poco
profundos esos lazos que nos unen,
y que todos marchamos, pero todos,
sin excepción alguna, solitarios,
sin llegar a fundirnos con el otro.
Somos nosotros solos, y en el trato
con los demás mortales, sólo somos
y seguiremos siendo unos extraños,
con nuestra soledad sobre los hombros.
(También pudiera ser que depresivo
amaneciera hoy, y lo que expongo
no se deba jamás tener por bueno,
antes bien como dicho por un loco,
cuyos dichos absurdos le acreditan
de ser de poco seso y fantasioso.)

José María Hercilla Trilla
Salamanca, 19 Febrero 2000

(De mi Libro: “Haciendo mi camino·)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 686/28.10.07)

miércoles, 14 de mayo de 2008

457 - ANTES DE QUE ESTE BARCO...

ANTES DE QUE ESTE BARCO (457)


Antes de que este barco, minado por la broma,
me deje en la otra orilla

del espacio, y el tiempo -como una cortinilla-
se enrolle tras mi paso,

cegando mis recuerdos y apartándome al punto
de todos los que amo,

quisiera despedirme de mi pequeño entorno
y decirles que muero

feliz y agradecido por haber disfrutado
su buena compañía,

inmerecido premio que Dios me ha concedido
en esta lotería

absurda y sorprendente donde todos jugamos,
sin que nadie se pare

un punto a interrogarnos si nos gusta el billete
que nos tocó en la suerte

o acaso preferimos que repartan de nuevo,
para ver si acertamos

con eso que se dice un número bonito,
bastante diferente

del que al nacer nos dieran. Yo de nada me quejo;
con haberos tenido

a mi lado me basta para considerarme
un hombre afortunado.

Perdono los trabajos, admito las penurias,
olvido las angustias

con las que acaso tuve que pechar a lo largo
de mi incierto camino.

Todo aquello lo doy por bueno y merecido;
es el precio que creo

que pagué justamente por el gran privilegio
de habérseme dejado

compartir vuestra vida, vuestra vida que llena
mi vida y justifica

mi lucha y mi existencia. ¡Sin vosotros, mi vida
no tendría sentido!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 5 febrero 2003


(De mi libro: “Íntimas, 1998-2006)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 700/29.01.08)

martes, 13 de mayo de 2008

246 - ¿QUÉ PINTO EN ESTE MUNDO?

¿QUE PINTO EN ESTE MUNDO...? (246)


¿Qué pinto en este mundo, si es que pinto,
pinté o pintaré cosa ninguna,
lo que siempre dudé, con desconsuelo?

Igualmente, ¿qué pinta hombre ninguno,
e incluso, si me apuras y discutes,
la entera humanidad, qué cosa pinta
en esta hermosa tierra que avasalla
y riega con sudor, con sangre y llantos?

Si nacimos de Dios, muy descontento
tendrá Dios que sentirse con su obra,
que en nada le acredita ni enaltece,
que en nada contribuye a su grandeza
de Supremo Hacedor del Universo.

Cuán completa y cabal hubiera sido
su obra universal sin añadidos
de seres racionales contingentes,
de bípedos implumes y salvajes,
depredadores natos e inconscientes
de todo cuanto encuentran a su paso.

Si no somos de Dios obra imperfecta
y sí espontáneo fruto de la suerte,
que acertó a combinar, en mala hora,
al calor producido por un rayo,
minerales moléculas inertes
flotantes en el caldo primigenio,
para formar así el primer germen
autónomo con vida independiente,
que luego, con el paso de los siglos,
sometido a diversas mutaciones,
ha llegado a ser esto que somos,
-de lo que absurdamente presumimos-,
entonces bien se ve cuán poca cosa
somos la humanidad y cada hombre,
pues, fruto del azar, tan sólo somos
un puñado de polvo deleznable
que muere o que se mata, -da lo mismo-,
ignorados de Dios o, cuando menos,
carentes de papel en el concierto
eternal de los astros celestiales.

Y si no pinto nada en este mundo,
ni en nada contribuyo a la grandeza
de ese Dios misterioso, que nos hizo
-o toleró que fuéramos el fruto
imprevisto del azar combinatorio-,
entonces, ¿de qué sirve esa promesa
de renacer de nuevo de la nada,
de surgir de entre el polvo de los muertos
y volver a vivir eterna vida?

Perdóname, Señor, hoy como siempre,
las dudas que me amargan y conturban,
y ten piedad de mí; no me condenes,
ni me prives, Señor, de tu presencia,
pues Tú eres mi última esperanza
y el único consuelo que me resta.

¡Perdóname, Señor, te lo suplico
postrado humildemente ante Tus plantas!

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Ávila, 10 Julio 1992

(De mi Libro: “FIDES”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 714/11.05.08)

lunes, 12 de mayo de 2008

127 - RECAPITULACIÓN

RECAPITULACION (127)


¿Riquezas...?
¿Para qué, si luego
tienes que abandonarlas
al final del sendero?

¿Honores...?
Desconfío de ellos;
si lo piensas con alma,
qué pocos merecemos.

¿Fama...?
La de ser hombre bueno,
que si pudo hacer daño,
lo causó sin quererlo.

¿Apetencias...?
Disfrutar del afecto
de todos mis amigos
y de todos mis deudos.

¿Ilusiones...?
A todos me confieso
que, a pesar de los años,
son muchas las que tengo.

¿Amores...?
Mujer, hijos y nietos.
Mi corazón se colma
con tan puros afectos.

¿Proyectos...?
Desearía tenerlos,
pero lo malo es
que apenas queda tiempo.

¿Futuro...?
Terminar el trayecto
en paz con Dios, conmigo,
y con el mundo entero...


José María Hercilla Trilla
http;//hercilla.blogspot.com
Ávila, 30 Enero 1986


(De mi Libro: “Canciones de mis años idos”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 713/04.05.08)

sábado, 10 de mayo de 2008

174 - UNA TARDE CUALQUIERA

UNA TARDE CUALQUIERA (174)


Una tarde cualquiera, de un año que no acierto
a imaginar tampoco,

cuando yo ya no sea apenas otra cosa
que un puñado de polvo,

un libro de mis versos, amarillento, sucio,
y puede que hasta roto,

dormido en un armario o en un desván perdido,
resurgirá de pronto;

y unas manos curiosas, sus hojas olvidadas
abrirán poco a poco,

buscando entre las mismas una rima cualquiera
que le sirva de apoyo

para expresar su dicha, para llorar su pena,
para cantar su gozo...

Una tarde cualquiera, después de haberme ido,
ha de haber unos ojos

que humedezcan mis versos y una boca que diga
«No eran malos del todo».

Con tan sólo esa frase, ¿caridad o justicia?,
con esa frase sólo,

así, al desgaire dicha, como un susurro apenas,
por unos labios rojos,

mis cenizas dormidas, seguirán siendo, Hermano,
enamorado polvo.


José María Hercilla Trilla
http://hercilla.blogspot.com
Almuñecar, 26 Junio 1987


(De mi libro: “Canciones de mis años idos”)
(Publ, en
www.esdiari.com Nº 712/27.04.08)

viernes, 9 de mayo de 2008

055 - EL ÁRBOL DE MI VIDA

EL ARBOL DE MI VIDA (055)

Un día te despiertas y conoces
que el final del camino ya está cerca,
y que tienes pendientes tantas cosas
que no podrá cumplirlas aunque quieras,
pues el tiempo se te ha ido de las manos
raudamente, sin darte apenas cuenta,
como el agua se marcha entre los mimbres
retorcidos y tensos de una cesta.

Y al final del camino te apercibes,
con un hondo dolor que te envenena,
de todo lo que ansiaste y no cumpliste,
creyendo torpemente que la meta
era un hito lejano en tu sendero,
y no podrás dar cima a tu tarea,
que habrás de abandonar, inacabada.

Aquel árbol frondoso que yo era,
repleto de inquietudes y ansiedades;
aquel árbol cargado de apetencias,
cuyas ramas tendían hacia el cielo
sus brotes temblorosos de hojas tiernas,
en busca del secreto de la vida,
en busca del Amor y de la Ciencia;
aquel árbol de savia prepotente
que supo capear cien mil tormentas,
desafiando impávido mil rayos,
hundiendo sus raíces en la tierra
en busca de los jugos eternales
escondidos debajo de las piedras,
al tiempo que sus ramas se elevaban
ofreciendo su flor a las abejas;
aquel árbol mecido por el viento,
tremolante de amor y de impaciencia,
que buscaba las fuentes de la vida,
tanteando impaciente las tinieblas
con una sed febril e inextinguible
de hallar a Dios y su Verdad eterna;
aquel árbol de un verde lujuriante,
erguido al sol en juvenil bandera,
ha trocado sus flores y sus frutos,
el verde jade de sus hojas tiernas,
en un follaje de color dorado
que el aire, impertinente, zarandea,
arrancando sus hojas una a una,
para hundirlas, al fin, bajo la tierra...

Aquel árbol, espejo de mi vida,
de erguido tronco en vertical perfecta,
pletórico de savia y de deseos,
va sintiendo sus ramas medio secas,
pues los jugos vitales, el invierno
de la vida que pasa, los congela.

Mi corazón es ya un seco guiñapo
que late impulsado por la inercia,
transvasando una sangre empobrecida
a lo largo de todas mis arterias,
manso regato, testimonio mudo
de aquel torrente que antaño sacudiera
con riego alborotado y presuroso
los pulsos de mis sienes y muñecas.

¡El tiempo se me ha ido de las manos
como el agua guardada en una cesta!

¡¡El árbol de mi vida, medio seco,
ya tiene vocación de ser madera!!


José María Hercilla Trilla
htpp://hercilla.blogspot.com
La Retuerta, 2 Agosto 1977

(De mi Libro: “Canciones de mis años idos”)
Publ, en
www.esdiari.com Nª 711/20.04.08)

jueves, 8 de mayo de 2008

344 - LIMPIA LLAMA

LIMPIA LLAMA (344)


Limpia llama nacida en este suelo,
que huyendo de terrena noche oscura
alzose sublimada hasta la altura,
en busca de la clara luz del cielo.


A su angustia, subiendo dio consuelo
y conforme abandonaba la negrura
los campos se cubrían de verdura
cual se cubren las novias con su velo.


Y el Santo, diminuto y anhelante,
desprendido del mundo y lo mundano,
espíritu sutil, verbo encendido,


persiguiendo la Luz siguió adelante
hasta el cielo tocar con propia mano
y en la esencia de Dios verse fundido.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Ávila, 27 Octubre 1998


(De mi Libro: “Itinerario sentimental.-
I.- Canciones abulenses”)

miércoles, 7 de mayo de 2008

274 - VERBO DE AMOR

VERBO DE AMOR (274)


Su verbo era de amor, silbo encendido,
al cielo dirigido en derechura,
un silbo con tal aire de dulzura
como nunca jamás fuera sentido.


La frailuna prisión no había tenido
un preso de tal clase y tal hechura,
capaz de transformar la Noche Oscura
en claro y luminoso amanecido.


Sujeto a la estrechez y los rigores
de la celda do le tuvieran preso,
pagar quiso a sus torpes detractores


con el verbo sin par de su Poesía,
sabiendo convertir el ruin proceso
en Cántico de amor y de alegría.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Ávila, 10 Junio 1993

(De mi Libro: “Itinerario sentimental.-

I.- Can. Abulenses”)

martes, 6 de mayo de 2008

260 - FONTIVEROS LLUVIOSO

FONTIVEROS LLUVIOSO (260)



Fontiveros, plantado en la llanura
morañega, ve transcurrir el día
teñido de fugaz melancolía
por la lluvia que cae desde la altura.


Fontiveros, discurre con presura
por la senda del Santo, que es su guía,
gustando de la miel y la ambrosía
nacida de su verbo y su figura.


San Juan y Fontiveros. Un binomio
por siempre inseparable. Matrimonio
del Santo carmelita con su Cuna,


del Santo con su amado Fontiveros.
( A su paso cuajaban los oteros
en flores, que se abrían de una en una. )


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Ávila, 28 Octubre 1992


(De mi Libro “Itinerario sentimental.-
I.- Canc. Abulenses”)

lunes, 5 de mayo de 2008

259 - LA TIERRA HORIZONTAL

LA TIERRA HORIZONTAL (259)

La tierra horizontal necesitaba
quebrar su mineral monotonía,
su uniforme vivir de cada día,
donde todo era igual, y se pasaba


la vida sin sentirla. Precisaba
la tierra horizontal, y ello le urgía,
la llegada de un ser que sanaría
la mineral quietud que la agobiaba.


Y nació Juan de Yepes. Su figura
era breve y corta su estatura,
pero nunca los Santos se vendieron


o compraron a peso o a medida,
y a su paso la tierra cobró vida,
y rosas y jazmines florecieron.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Ávila, 28 Octubre 1992

(De mi Libro: “Itinerario sentimental.-

I.- Abulenses”)

sábado, 3 de mayo de 2008

237 - TRASCENDIDO DE AMOR

TRASCENDIDO DE AMOR (237)


Trascendido de amor y de dulzura,
en su andar peregrino se fue dando
y en palabras de amor nos fue dejando
los sotos revestidos de hermosura.


Y es que toda su vida fue ternura,
un irse dulcemente derramando,
sin quejarse jamás, incluso cuando
su Cántico soñaba en noche oscura.


Este fraile, nacido en Fontiveros,
de mínima figura y de austeros
estilos de vivir su propia vida,


colmado de virtudes teologales,
es un faro de luz enardecida
convocando al Amor a los mortales.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Ávila, 15 Septiembre 1991

(De mi Libro “Itinerario sentimental.-
I.- Canciones abulenses”)

viernes, 2 de mayo de 2008

226 - SAN JUAN DE LA CRUZ

SAN JUAN DE LA CRUZ (226)



El SANTO, diminuto y peregrino,
seguidor del buen Dios y de Teresa,
en sus versos de amor se nos confiesa
viva llama de amor que arde sin tino.


(Son sus versos de amor, dorado vino,
opíparo banquete, rica mesa,
surtidor cantarino que no cesa,
y faro alumbrador en el camino.)


Discurriendo allá por los oteros
de Medina del Campo y Fontiveros,
de Úbeda, -jiennense galanura-,


los versos desprendidos de su boca,
los campos que pisaba, -tierra o roca-,
vestidos los dejaba de hermosura.


José Maria Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Ávila, 21 Enero 1991

(De mi Libro: “Itinerario sentimental.-
Canciones abulenses”)

jueves, 1 de mayo de 2008

288 - EL REGRESO

EL REGRESO (288)



Estoy cansado, muy cansado;
no cansada mi alma volandera,
ni agotado mi espíritu insaciable.

Lo cansado es mi cuerpo, son mis piernas,
cada día más torpes y pesadas,
no sé si por los años que sustentan
o quizá desgastadas por el uso
al haber recorrido tantas tierras
en este peregrino nomadeo
en busca de la meta.

No sé si en Salamanca, que hoy me acoge
entre la luz dorada de sus piedras,
encontraré la meta que persigo
y el sosiego y la paz que busco en ella.

Lo cierto es que no quiero ya moverme
de esta bella ciudad que conociera
hace muchos, pero que muchos años...

Yo tenía catorce primaveras
-como catorce versos de un soneto-
y al andar por las calles y plazuelas
de aquella Salamanca unamuniana,
en aquel primer año de post-guerra,
mis ojos se anegaban, asombrados,
en esa luz dorada que la llena
y que obliga al viajero a que regrese
para vivir y hasta morir en ella.

Recuerdo como entonces no sentía
ningún peso en las piernas
al correr Sancti Spiritus arriba
hasta dar con mi cuerpo en Canalejas.

(No sé si es que tenía menos años
o, tal vez, Salamanca menos cuestas.)

Lo peor es que vuelvo a Salamanca
con más años de los que yo quisiera,
cuando la vida se me va acabando;
y además de quedarme poca cuerda
para andar el final de mi camino,
el tramo que me resta
-con eso del cansancio y la fatiga-
he de andarlo arrastrando las piernas.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 19 Febrero 1995

(De mi Libro “Itinerario sentimental.- Canc. Salmantinas”)