jueves, 10 de abril de 2008

255 - NUNCA PODRÁS, SEÑOR,...

NUNCA PODRAS, SEÑOR... (255)


Nunca podrás, Señor, -así lo espero-,
(si algún día llegare a Tú presencia),
negar que me conoces y privarme
del acceso a tu cielo prometido,
diciendo que me ignoras y no sabes
cuya es ese alma arrepentida
que a Tus plantas gloriosas desfallece.

Nunca, Señor, -lo sabes-, te he negado,
ni jamás blasfemé Tu Santo Nombre.

En mis noches de insomnio te he buscado,
ansiando descubrirte en la negrura
de mis horas de loco raciocinio,
abrumado de dudas insalvables
y pidiendo, Señor, que como a Saulo
me hicieras con tu rayo luminoso
caer de mi caballo desbocado
y poder, abatido desde el suelo,
vislumbrar Tu gloriosa faz radiante,
brillando sobre todo el Universo.

Esas dudas jamás me han conducido
a negarte, Señor, sino a buscarte
con una desusada diligencia,
con un sudor de sangre, con fatigas
que no sufren, Señor, otros mortales
dotados de esa fe que tanto envidio,

esa fe que tan sólo es otorgada
a quiénes Tú concedes esa gracia
y pueden caminar hacia Tu meta
sin pararse a dudar por el camino.

He dudado, Señor, mucho he dudado;
mi pecado confieso dolorido,
mas no olvides, Señor, que ese pecado
fue pagado con pena de desvelos,
en vanos y nocturnos raciocinios
que a nada conducían, pero estaban
a tu busca anhelante dirigidos.

Si algún día llegare a Tu presencia,
Tú, que sabes que nunca te he negado,
no me digas, Señor, "No te conozco".

Toda mi vida fue, -Tú bien los sabes-,
un continuo buscarte en agonía,
un quererte encontrar en mi camino
y meterte mi mano enfebrecida
en la herida que sangra en Tu costado.

¡Perdóname, Señor, mi desvarío
y guárdame, Señor, siempre a Tu lado!


José María Hercilla Trilla
Ávila, 26 Agosto 1992


(De mi libro: “FIDES”)
(Publ. En
www.esdiari.com Nº 690/25-11-07)

No hay comentarios: