miércoles, 31 de diciembre de 2008

393 - EXCÉNTRICO, NO LOCO

EXCENTRICO, NO LOCO (393)


No he sido incomprendido;
he sido incomprensor,
lo cual es diferente.

No sé si ello es mejor;
pero sí soy consciente
de que nunca he sabido
comprender a la gente,
aunque en ello pusiera
lo mejor de mí mismo.

Nunca hubo manera
de salvar el abismo
y aproximar distancias
o unificar criterios.

Ajenas circunstancias
o inefables misterios,
me hicieron poco a poco
el hombre solitario,
-excéntrico, no loco-,
que arrastra su calvario
de disconformidades
ante tanta injusticia;
buscador de verdades,
orador sin malicia.

Confieso que no entiendo
lo que en el mundo pasa;
ahí no llega mi ciencia,
y por eso comprendo
que, obrando con prudencia,
me debo estar en casa.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 8 Octubre 1999

(De mi Libro: "Haciendo mi camino")

martes, 30 de diciembre de 2008

390 - A UN MACHACÓN

A UN MACHACON (390)



¿Para qué atormentarse
con lo que pudo ser,
con lo que nunca ha sido,
con lo que nunca fue?

La vida es como ha sido,
y es absurdo querer
que fuera de otro modo;
o que empiece otra vez
el ciclo de los días,
el tornar a nacer
con signo favorable,
que prive de caer
en los mismos errores,
dar los mismos traspiés.

Si la cosa no tiene
-como es fácil de ver-
remedio que la vuelva
a lo que pudo ser,
¿a qué viene quejarse
como débil mujer
y a soñar imposibles
una vez y otra vez?

Aguanta como un hombre
y deja de “moler”
con quejas y recuerdos,
que el prójimo, pardiez,
no tiene que aguantarte
la absurda pesadez
de estar siempre pensando
en lo que fue o no fue,
lo que pudo haber sido...,
pero no llegó a ser.

¡Que no vuelva a escucharte
esa gilipollez,
-que me tienes muy harto-,
y acaba de aprender
que a nadie le preocupa
lo que pudiste ser!

Que somos lo que somos.
¡Se es, lo que se es!

Lo demás, zarandajas
o ganas de moler
al prójimo paciente,
educado y cortés,
que se avino a escucharte,
sin atreverse a hacer
un mutis por el foro,
echándose a correr,
hastiado de tu murga
y de tu estolidez.

José María Hercilla Trilla
Salamanca, 23 Septbre 1999

(De mi Libro: "Haciendo mi camino")

lunes, 29 de diciembre de 2008

360 - SIN DISIMULO VIENES

SIN DISIMULO VIENES (360)


Hay días en que ya no disimulas;
hasta mí te aproximas sin recato,
como hetaira exigente que quisiera
llevarme seducido entre sus brazos.

Hay días en que pecas de insolente;
me rozas con la punta de tus manos,
queriendo arrebatarme los latidos
que baten en mi pecho enamorado.

Aunque no pueda verte, te vislumbro
paciente y escondida, aquí, a mi lado,
esperando que un día me descuide
y puedas derrotarme en el asalto.

Hoy son unas molestias en el pecho;
ayer, unas punzadas al costado;
si me muevo deprisa, la fatiga,
que cede y se suaviza si descanso.

Y siempre ese saber que lo que tengo
no puede mejorar, sino al contrario;
ha de ir avanzando cada día,
sabiendo que si vivo es de milagro.


José María Hercilla Trilla
Almuñecar, 14- Junio 1999

(De mi Libro: "Haciendo mi camino")

sábado, 27 de diciembre de 2008

347 - EL OLVIDO

EL OLVIDO (347)

¿Morir? No es otra cosa
que hundirse en el olvido.

No hay que darle importancia
a algo tan sencillo.

No mueres cuando llegas
al final del camino
y el pecho se desinfla
con el postrer suspiro.

Esa muerte no es muerte;
es quedarse dormido,
ausente de los tuyos,
distante, en otro sitio,
con el tiempo en suspenso;
carentes de sentido
los tres tiempos del verbo;
sin final ni principio
los días y las horas,
los años y los siglos.

Esa muerte no cuenta,
puesto que sigues vivo,
-inoperante, es cierto,
más sin haberte ido-,
gracias a la memoria
de los deudos y amigos
que siguen recordando
el tiempo compartido
y añoran tu presencia,
tus hechos y tus dichos.

La verdadera muerte,
la que lleva al abismo
en el que te sumerges
en un definitivo
estado de "no ser"
-e incluso "no haber sido"-,
es cuando tu recuerdo
se desprende del hilo
que lo unía a la vida,
aunque fuera muy fino,
y ya nada te une
al mundo de los vivos.

Al morir el recuerdo
es cuando nos morimos;
en ese mismo instante,
en ese instante mismo...

Prepara tu recuerdo
si tienes el capricho
de prolongar tu vida
y suponerte vivo,
aunque por mucho esfuerzo
que pongas, me imagino
que al final no te libras
de caer en olvido,
es decir de morirte
como todos morimos.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 1 Noviembre 1998

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

viernes, 26 de diciembre de 2008

340 - PREMONICIÓN

PREMONICION (340)


Esto se acaba, se acaba;
se va a acabar cualquier día.
Si lo siento es por vosotros,
por mí no lo sentiría.
Desde mi último infarto,
supe que me moriría;
y nunca me causó espanto
saber que ya lo sabía.
He visto ya tantas cosas,
he gozado de la vida
conforme se me fue dando,
a rachas, según venía,
sin abrir jamás el pecho
a torpes melancolías,
disfrutando del momento,
riendo con la alegría
y llorando con la pena,
como hizo cada día
todo hijo de vecino
desde el día que nacía;
el Señor sabe que tengo
preparada la valija
para subir a su lado,
apenas El lo decida.
Si no os causara tristeza,
incluso me atrevería
a deciros que me asombro
de estar vivo todavía.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 23 Julio 1998

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

miércoles, 24 de diciembre de 2008

060 - NAVIDADES

NAVIDADES (060)

- I -

Navidad no es tan sólo
recordar una fecha
y vivir quince días
entregados a fiestas,
gustando las delicias
de comidas y cenas
opíparas, regadas
con vinos de cosechas
ubérrimas que fueron
famosas por su esencia.

Navidad no es tan sólo
enviar tu tarjeta,
deseando al pariente,
o a un amigo cualquiera,
unas Pascuas Felices
y que Dios les conceda
un año venidero
con salud y riqueza.

Navidad no es tan sólo
andar de tienda en tienda,
en busca de regalos
para obsequiar en prueba
de amor y de cariño,
y darlos como muestra
de lo mucho que amamos
a quien nos interesa,
o en pago de atenciones,
para saldar la deuda
de favores debidos
a personas ajenas.

Navidad no es tan sólo
a la gente pequeña
regalarle juguetes
y demás bagatelas;
ni cantar villancicos
al son de panderetas,
zambombas, almireces,
sartenes o botellas.

- II -

Navidad es amarse,
perdonar las ofensas,
y tender al extraño
las manos bien abiertas,
sin odios ni rencores,
ni envidias, ni asperezas,
ofrendando al Hermano
la paz y la tibieza,
el cálido refugio
de tu sonrisa buena.

Navidad es buscar
el Cielo en esta Tierra,
viviendo como Hermanos,
no tan sólo unas fiestas,
sino todos los días,
como si el mundo fuera
un nuevo Paraíso
donde la convivencia
entre todos los hombres
constituyese regla.

Navidad es amar
a Dios en las esferas
celestes; y a los hombres
que viven en la Tierra,
amarlos en la forma
y con la misma fuerza
con que a nosotros mismos
nos amamos. Que sean
tus Navidades siempre,
ocasión estupenda
para abrir al Hermano
de par en par las puertas
de tu casa y tenderle
extendida la diestra,
en simbólico gesto
de amor y convivencia.

Navidad es vivir
haciendo sementera
de tu palabra limpia,
de tu conducta honesta,
de tu vivir honrado,
de tu piedad sincera...

Navidad es andar
rectamente la senda,
con la mirada alegre...
y con tu Cruz a cuestas,
y aunque su peso agobie,
tener bastante fuerza
para ayudar un poco
al Hermano que lleva
otra Cruz y no puede
levantarse con ella.

Navidad es vivir
desvivido en ausencias
de Amor a cada Hermano,
cumpliendo con la regla
de aquel Sermón divino,
que desde Galilea
y por boca de Cristo,
al mundo se impartiera
como norma de vida,
inefable y suprema.

Aquel Sermón sublime
que nos manda y ordena
amar a los extraños,
perdonar las ofensas,
y hacernos como niños
para pasar las puertas
del Reino de los Cielos
y alcanzar las promesas
que el Señor Jesucristo
a todos nos hiciera.

¡¡ Navidad es, Hermano,
llenar de Amor la tierra !!


José María Hercilla Trilla
Avila, 8 Junio 1978

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

martes, 23 de diciembre de 2008

322-CUANDO ME MORÍ

CUANDO ME MORI (322)



Tan malo me sentí, tan acabado,
que al punto comprendí que me moría,
y a la Muerte me di sin rebeldía,
sabiendo que mi hora había llegado.

Una vez que el dolor me hubo matado,
tranquilo y sin dolores, me sentía
flotar en una oscura lejanía,
en brazos de la Muerte transportado.

Las horas en que estuve en tal negrura,
ausente de este mundo y de la vida,
flotando en los caminos celestiales,

vacías estuvieron de amargura,
y os puedo asegurar que la partida
no duele, como temen los mortales.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 21 Diciembre 1997

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

lunes, 22 de diciembre de 2008

320 - DIAGNÓSTICO

DIAGNOSTICO (320)



No sé por qué lo hice, pero un día
abrí mi corazón a un viejo amigo
y le hablé largamente de mis sueños
de poeta. Riéndose, me dijo:


- No sé si tienes algo de poeta;
de lo que mucho tienes, es de primo.


La frase me dolió, lo reconozco;
aunque luego, pensándolo tranquilo,
hube de concluir que era muy cierto
aquello que el amigo me había dicho,
y no pude reñir con el bocazas
pues decir la verdad no es un delito.

José María Hercilla Trilla
Salamanca, 22 Noviembre 1997

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

sábado, 20 de diciembre de 2008

310 - VOLAR EN SUEÑOS

VOLAR EN SUEÑOS (310)



En sueños aleteo y me levanto
del suelo mineral hacia la altura,
y en lo alto me muevo con soltura,
volando a mi placer, que es un encanto.

Este goce infantil se trueca en llanto
al abrirse mis ojos sin ventura
y verme en esta absurda arquitectura
hundido y apresado a cal y canto.

Qué feliz si mis sueños volanderos
pudiera prolongar de noche y día,
sin dejar de volar ni un sólo instante....

Surcando por los aires mis senderos,
en vuelo inacabable volaría,
del mundo y sus afanes muy distante.


José María Hercilla
Almuñecar, 14 Septiembre 1997

(De mi Libro: "Las Canciones del tiempo perdido")

jueves, 18 de diciembre de 2008

303 - HICE LO QUE HICE ,,,

HICE LO QUE HICE (303)

Hice lo que hice, por que al hacerlo
estaba convencido de que lo hecho
-entre varias opciones- era lo bueno,
lo mejor para todos, lo más correcto.

Hoy, con mis muchos años, ya casi un viejo,
aquella certidumbre que tuve en tiempos
la he perdido del todo, y hasta recelo
haber tenido nunca ni un sólo acierto.

Antes que sea tarde, deciros quiero
a cuantos padecisteis mis desaciertos,
que si os fallé algún día, -como me temo-,
no me guardéis rencores ni desafectos,
que siempre obré movido por sentimientos
de amor hacia vosotros, todos mis deudos,
a quienes tanto quise, y a quienes debo
muchas horas felices y ese recuerdo
que quisiera llevarme cuando haya muerto.

Perdonad mis errores. Tened por cierto
que luché por vosotros, en noble intento
de allanaros la senda, con el deseo
de haceros el camino más llevadero.

Otra cosa es que, acaso, no supe hacerlo
y os hiciera infelices sin pretenderlo.
Si fue así, ¡perdonadme, por lo que os quiero!


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 19 Julio 1997

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

miércoles, 17 de diciembre de 2008

297 - LXXI CUMPLEAÑOS

LXXI CUMPLEAÑOS (297)



Es una sensación desconocida,
un algo así como un irse desviviendo
sin darse apenas cuenta, sin notarlo;
un irse lentamente desprendiendo
-en un dulce nirvana sin retorno-
de afanes, apetencias y deseos;
como un sobrevolar todas las cosas...;
como un quebrarse sin dolor los sueños
forjados en los años juveniles,
cuando audaces estábamos dispuestos
a luchar por ser alguien en la vida,
e incluso hasta a perderla en el intento.

Es una sensación nueva y extraña,
mas, sin embargo, confesaros debo
que no me causa agobio ni embarazo,
ni pena, ni dolor, ni descontento,
antes, bien al contrario, me parece
que el ánimo lo tengo bien dispuesto
e incluso me parece que flotara,
cual un cuerpo beatífico y ligero,
sobre un mundo que casi desconozco,
y no he sido capaz de comprenderlo.

Hoy es mi cumpleaños, ciertamente,
-setenta y un años son los que tengo-,
y puedo confesaros sin mentiros
que el ánimo lo tengo bien dispuesto
-si el corazón no falla en su latido-
para seguir gozando de este cielo,
azul como la mar que perdí un día,
rodeado de todos los que quiero,
pero ya sin zozobras terrenales,
gozando cada hora del momento
que huye velozmente sin sentirlo,
dando gracias a Dios por todo aquello
-quizás inmerecido- y que ahora,
en este cumpleaños abrileño,
en esta primavera repetida,
cuando miro hacia atrás en un intento
de enfocar en un punto mi pasado,
un regalo de Dios he de creerlo.

¡Cuán poco necesito ya a mis años!.

Soy feliz al irme desprendiendo
de las pequeñas cosas materiales
reunidas con amor y con esfuerzo,
para encontrarme cuando llegue el día
de emprender el viaje sin regreso,
desnudo como el día en que naciera,
preparado para emprender el vuelo
y llegarme al Señor, y así decirle:

«Aquí tienes, Señor, a este sujeto,
no mejor que otros muchos de tus hijos,
que pasó por la vida con deseos
de cumplir, como Cristo nos dijera,
aquellos sacrosantos Mandamientos
de amarte a Ti sobre todas las cosas,
y sentir parecido sentimiento
por todos sus Hermanos en la tierra,
(y hay que ver lo difícil que es hacerlo,
pues el hombre es un lobo para el hombre
y hay veces que se muere en el intento).

Perdóname, Señor, todas mis faltas
y pecados, y acógeme en tu seno
como a un hijo que vuelve junto al Padre
en busca de Su Amor y Su Consuelo.»

José María Hercilla Trilla
(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")
Salamanca, 10 Abril 1997

sábado, 13 de diciembre de 2008

292 - LXX CUMPLEAÑOS

LXX CUMPLEAÑOS (292)

Con un grave traspiés inoportuno
que por poco me deja en el camino,
he logrado llegar a los setenta
con la ilusión intacta, como un niño
que aún tuviera todo el tiempo del mundo
delante de sus ojos, al abrirlos,
para poder colmar todos los sueños
de su mente infantil, recién nacidos.

Recuerdo que hace años prometía,
- diez años desde entonces han corrido -,
que al cumplir los setenta de mi vida,
delante de vosotros, mis amigos,
vendría a confesar si aún me encontraba
lo mismo de sensible y emotivo
que al cumplir los sesenta que cumpliera
y que entonces creyera decisivos.

Felizmente compruebo que los años,
aunque corran veloces y sus signos
crucifiquen el cuerpo con su paso,
por fortuna no sucede lo mismo
con el alma, que sabe resistirse,
sin moverse apenas de su sitio,
animada de iguales sentimientos
que la hicieran vibrar en sus inicios.

A pesar de la edad, yo no me siento
como casa dispuesta a su derribo,
es decir como anciano ya caduco,
más cerca de lo muerto que lo vivo,
más cerca de la meta de llegada
que del punto de arranque de mis bríos.

Condescendiendo un poco, me confieso
algo así como un «joven muy crecido»,
al que algunos achaques corporales
limitan movimientos y designios,
impidiendo que pueda hacer locuras
como siempre su cuerpo le ha pedido.

Consciente de ese freno con que el tiempo
el motor de mi vida ha «ralentido»,
soy feliz con mi marcha moderada
y no añoro lo mucho que he corrido
cuando era un hombre en plena forma,
sin trabas que atajaran mi camino.

Por lo demás, me siento como siempre;
tengo el alma igual a la de un niño,
dispuesta a la sorpresa y al asombro,
a llorar, si llorar fuera preciso,
y a reír, si reír fuera posible
en este loco mundo en que vivimos.

El alma tengo joven, aunque el tiempo
mi cuerpo con rigor haya zaherido
y lo haya transformado poco a poco
en este iluso «joven crecidito»,
al que la carne, con los años, pesa,
y que sigue soñando como un niño.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 10 Abril 1996

(De mi Libro: "Las canciones de mis años idos")

viernes, 12 de diciembre de 2008

291 - 26 DE AGOSTO DE 1995

26 DE AGOSTO DE 1995 (291)


Aunque usted no lo crea, le aseguro
-y no soy mentiroso ni deliro-
que hoy cumplo mis primeros veinte días
de vida en este mundo, al que he nacido
de nuevo, por milagro inenarrable,
después de haberme ido en un ataque
cardiaco, fulminante y traicionero,
que mantuvo despierta mi conciencia
el tiempo suficiente a darme cuenta
de que allí se acababa mi camino
y en un túnel oscuro y sin retorno,
-en medio de dolores horrorosos-,
poco a poco, me iba introduciendo,
hasta perder del todo mis sentidos.

A excepción del puñal de torpe filo
clavándose en el centro de mi pecho,
sin concesión de tregua ni respiro,
llegando a enloquecerme con su acero,
os puedo asegurar que es muy sencillo
dejar esta morada transitoria
y aceptar el final sin aspavientos,
sin miedo ni temores de ultratumba,
sintiendo solamente que abandonas
y pierdes a los seres a quien amas.

Morirse no es difícil, os lo juro;
más difícil resulta en ocasiones
vivir y pervivir contra la vida,
obstinada en negarte tu derecho
a vivir y gozar de la existencia
en un mundo sin guerras, sin pobreza,
sin lágrimas de niños inocentes...

Y así, yo me morí. Se terminaron
los atroces dolores lacerantes
y me hundí en ese túnel de sosiego,
de paz y de negrura, sin retorno,
que amable me acogía y liberaba
de aquel insoportable sufrimiento.

Después de cuatro meses, ¡largos meses!,
cuando volví a la vida, nada era
igual o parecido a lo de antes.

Parece que los ojos que tenía
los trocaron por otros ojos nuevos,
pues veo todas las cosas de otro modo,
más limpias, de brillante colorido,
y siento que la escala de valores
-aquella que regía mi conducta-
también se ha trastocado felizmente,
y valoro en sus justas dimensiones
a cosas y personas, comprobando
que el mundo es más hermoso que creía
y que tanto familia como amigos,
así como también aquellos otros
que me fueron ajenos y lejanos,
son seres admirables y admisibles,
con cuya convivencia me recreo,
y agradezco a mi Dios esa clemencia
de que ha usado conmigo al permitirme
renacer y mirar con nuevos ojos
este mundo salido de Sus Manos.


¡Ya tengo veinte días! Evidente
resulta que de nuevo he merecido
la gracia del Señor. ¡¡Bendito sea!!


José María Hercilla Trilla
Salamanca, Hospital Clínico,
15 Septiembre 1995

(De mi Libro: "Las canciones de mis años idos")

jueves, 11 de diciembre de 2008

289 - DETENTE, TRAJINANTE ...

DETENTE, TRAJINANTE... (289)



Detente, trajinante apresurado;
modera tu afición por el dinero
y evita convertirte en prisionero
de un caudal, a menudo mal ganado.

Disfruta de la vida, descuidado,
y piensa que al llegar a ese postrero
segundo de tu vida, pordiosero
y esclavo del metal amonedado,

no podrás transportar esos caudales
ni al cielo, ni al infierno, prometidos,
y tendrás que marcharte, por tus males,

sin dineros, sonantes o invertidos,
como nos vamos todos, pues la muerte
a todos nos iguala en esa suerte.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 21 Abril 1995

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

miércoles, 10 de diciembre de 2008

285 - MI REZO COTIDIANO

MI REZO COTIDIANO (285)


Jamás podrás decir que te he pedido
riquezas u otros bienes materiales,
ni tampoco, Señor, que me otorgaras
poder para imponerme a mis hermanos,
ese torpe poder que a tantos ciega
y a cambio del que venden cuerpo y alma.

Ya sabes Tú, Señor, que me ha bastado
aquello que me diste cada día,
y que nunca dejé de agradecerte
tu gratuita bondad inmerecida
al darme lo bastante a mi sustento.

Sin embargo, Señor, justo es decirlo,
es cierto que en mi rezo cotidiano
te pido con ahínco y lo reitero,
que me hagas merced y no me dejes
caer nunca jamás en la locura.

Que tu mano, Señor, misericorde,
me lleve de este mundo cuando quiera,
mas déjame vivir hasta ese día
en plena facultad intelectiva.

José María Hercilla Trilla
Avila, 22 Noviembre 1993

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

martes, 9 de diciembre de 2008

278 - CANTOS DE AMOR Y DE ESPERANZA

CANTOS DE AMOR Y DE ESPERANZA (278)


Hoy quiero contagiaros mi alegría
con un canto de amor y de esperanza,
y también -¿porqué no?- de acción de gracias
a quién tanto me dio sin merecerlo.

No más cantos de queja o desespero,
más propios de filósofo barato,
nostálgico sujeto incorregible,
metafísico absurdo descentrado
o imberbe adolescente espinilloso.

No quiero doblegarme frente al tiempo
arador de mi frente y mis mejillas,
y enhiesto me mantengo, pese a todo,
negando el corazón a las arrugas,
abierto a la esperanza y la sorpresa,
rebosante de amor, cual si tuviera
un tercio solamente de mis años
y me fuera posible enamorarme
con la misma vehemencia de otros tiempos.

El canto debe estar en consonancia
con tu vida, tu entorno y tus creencias,
y debe reflejar sinceramente
la desnuda verdad de tu momento,
del minuto fugaz que estás viviendo
y que nunca podrá ser repetido.

Por eso en el segundo que transcurre
corriendo velozmente hacia el pasado,
actualizo la cuenta de mi vida
en busca de su saldo resultante
y me siento contento y satisfecho,
sorprendido también, no cabe duda,
por tener mucho más de lo que nunca
soñara yo lograr en mi camino.

Hoy tengo mucho más de lo que diera;
con creces, lo que di, se me ha devuelto;
ya tienes explicado que mi canto
te diga de mi amor y mi esperanza,
de ese amor a los míos que me inunda,
y a los otros también, en los que creo;
te cante mi esperanza ilusionada
en un mundo mejor, en el que espero;
y dé gracias a Dios por concederme
tanta paz y sosiego inmerecidos.


José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 20 Agosto 1993

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

sábado, 6 de diciembre de 2008

277 - CONSULTA MÉDICA

CONSULTA MEDICA (277)


Hay días en que uno no está ya para nada;
mejor sería quedarse
acostado en la cama, a oscuras, en silencio,
sin abrir la ventana,
esperando que el día y la noche pasaran
y el paso de las horas
consigo se llevara el mal fario del día,
esa torpe desgana
con la que algunas veces empiezas la mañana
abrumado de dudas
y de desesperanza. Y lo peor de todo
es que no existen causas
para tales estados comatosos del alma,
los cuales aparecen
cuando les viene en gana, y, que igual que llegaron,
cuando quieren se marchan.

Ciclotímico, dice el doctor que me trata,
que soy en mi psiquismo;
que no tiene importancia, ni debo preocuparme,
bastando con que haga
un poco de ejercicio, -caminar o gimnasia-,
comidas regulares
con dieta equilibrada, ocho horas de sueño
en cama no muy blanda,
y que piense muy poco, -de ser posible, nada-,
es decir que me trueque
en insensible planta, a la que se la riega
y con ello le basta
para seguir viviendo y florecer lozana.

Al Doctor agradezco
su simplista terapia, que muy seguramente
debe ser la adecuada
para sanar los males que la vida me amargan,
pero, pensando, vivo
-aunque sea a la rastra- con mi tedio y mis dudas,
y si un día dejara
de pensar, como dice el galeno de marras,
para mí equivaldría
a estar muerto, ¡caramba!. ¡Cuán cierto es ese dicho
de «Hay recetas que matan»!


José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 21 Junio 1993


(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

viernes, 5 de diciembre de 2008

275 - RITMO DE VIDA

RITMO DE VIDA (275)



La vida, con su ritmo apresurado,
te empuja locamente en su carrera
y te trae y te lleva a su manera,
sin dejarte jamás estar parado.

No te vale gritar que estás cansado,
pues su marcha la vida no modera
y sigue con su loca ventolera,
llevándote de un lado hacia otro lado.

Tanto corrió mi vida en su locura,
llevándome a su antojo y su ventura,
sin darme un sólo punto de reposo,

que he sido como un loco peregrino,
corriendo apresurado y trabajoso,
sin lograr descansar en el camino.


José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 12 Junio 1993

(De mi Libro: "Las canciones del tiempo perdido")

jueves, 4 de diciembre de 2008

272 - SI UN DÍA AMANECIERES....

SI UN DIA AMANECIERES... (272)



Si un día amanecieres sin molestias,
sin nada que te duela y mortifique,
sin torpe coyuntura que rechine
y se niegue a doblar como es debido,
bien puedes afirmar rotundamente
que estás muerto y bien muerto, aunque insepulto.


Pregunta a cualquier muerto amigo tuyo
y verás como al punto te responde
que un día amaneció sin sus dolores
y no ha vuelto a sufrir molestia alguna,
gozando de una paz -desde aquel día-
que muchos de los vivos la quisieran.


Estas cosas te cuento, amigo mío,
para que al despertar cada mañana,
agradezcas a Dios esos dolores,
molesto testimonio que acredita
que sigues respirando y estás vivo.


José María Hercilla Trilla
Avila, 12 Mayo 1993

(De mi Libro: "Las Canciones del tiempo perdido")

miércoles, 3 de diciembre de 2008

271 - SEGUIRÉ VIVIENDO ...

SEGUIRE VIVIENDO... (271)


Mientras haya en el mundo un sólo hombre
capaz de recordarme con afecto,
que conozca mi nombre y lo pronuncie
con algo de añoranza o de respeto,
viviré todavía entre vosotros
lo mismo que viviera cuando estaba
realmente presente y en mi pecho
latía el corazón enamorado,
con tic-tac locamente enardecido,
en una galopante taquicardia.

Mientras haya en el mundo un sólo hombre
que recuerde mi nombre o las palabras
recite de los versos que escribiera,
no habré muerto del todo todavía,
pues la muerte tan sólo es el olvido.

E incluso si algún día me faltaran
-ya que nada es eterno- los recuerdos
de vosotros, que fuisteis mis amigos,
quiero pensar que seguiré viviendo
mientras sigan impresas mis palabras,
-aquellas que escribiera enamorado-,
en un viejo volumen, polvoriento,
dormido en el rincón de algún armario.


José María Hercilla Trilla
Avila, 6 Mayo 1993

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

martes, 2 de diciembre de 2008

265 - EL INFARTO

EL INFARTO (265)


Era un frío domingo; al lado de mi esposa,
caminaba deprisa en busca de la Iglesia
donde cumplir la norma eclesial de la Misa.

Inesperadamente, una garra de hierro
comenzó a atenazarme en el mismo epigastrio,
del esternón debajo, sin apenas dejarme
respirar o moverme, clavándome en el pecho
una especie de estaca, -como una rama rota-,
que al par que se clavaba, giraba cruelmente
desgarrándome el alma, cortándome el aliento.

Buscaba con los ojos un sitio en que apoyarme,
sin encontrar alguno que pudiera valerme,
negándome a pararme y confesar de plano
el trance en que me hallaba, por no asustar a ella,
que a mi lado marchaba sin conocer mi apuro.

Con un enorme esfuerzo logré llegar al atrio,
pero de allí no pude pasar más adelante,
derrumbándome exhausto, a la par que encogido,
sobre el banco de piedra que bordea la Iglesia.

Después todo es borroso, confuso en mi memoria;
un feligrés atento que iba hacia la Iglesia,
al vernos se dio cuenta de que algo pasaba
y corrió presuroso en busca de un galeno
que estaba oyendo misa, el cual, rápidamente,
sobre la misma piedra donde yacía inerme,
me prestó los primeros auxilios necesarios,
me dio «Cafinitrina», y oí como decía:

"Tranquilo, ya ha pasado; sólo ha sido un amago
de un previsible infarto del que debes cuidarte"
.
Desde entonces doy gracias al Señor cada día
por despertarme vivo cada nueva mañana
y dejarme que goce del mundo y de los míos.
¡¡Gracias, Señor, por todo; en deuda estoy contigo!!


José María Hercilla Trilla
Avila, 14 Enero 1993

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

lunes, 1 de diciembre de 2008

252 - AQUÍ, FRENTE A LA MAR ...

AQUI, FRENTE A LA MAR (252)



Aquí, frente a la mar, en esta tarde
rumorosa, donde el aire templado,
aromado de hibisco y buganvilla,
va ondulando las aguas blandamente
con el juego gracioso de sus alas,
me dejo anonadar por el encanto
y la paz del lugar, viendo las aguas
moverse lentamente, sin espumas,
heridas por los rayos mortecinos
de este sol que camina hacia el ocaso
en suave declinar, para ocultarse
detrás de la rocosa y alta sierra,
apenas vislumbrada en lejanías
de brumas matizadas decrecientes,
más allá de la Punta de la Mona.


Aquí, frente a la mar, igual que el día
que lentamente acaba y languidece,
¡qué dulce me sería abandonarme
y ya, sin ambiciones ni deseos,
acompañar al sol hacia el ocaso
y trasponer, con él, el horizonte...!


José María Hercilla Trilla
Almuñecar, 22 Julio 1992

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

sábado, 29 de noviembre de 2008

251 - CUANDO LLEGUE LA HORA

CUANDO LLEGUE LA HORA (251)



Cuando llegue la hora inesquivable y cierta,
quisiera sublimarme en un breve segundo,
sin enterarme de ello; desvanecerme tenue,
como un sutil aroma expandido en el aire,
con un olor a limpio, con un olor a rosas;
morir sin dejar rastros de corpórea materia,
miserable vestigio de carne miserable;
ni tan siquiera aquella de cinerario polvo
accesible a los vientos, forjado entre las llamas
de funerario horno.

Quisiera en ese trance
final e ineludible, donde se agota el plazo
de esta precaria vida, dejar de ser del todo,
morir sin dejar restos, sublimándome al punto
en un dulce recuerdo en la mente de aquellos
a los que tanto quise, y me quisieron tanto...,
quizá sin merecerlo. ¡Por soñar, que no quede…!


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 2 Abril 1992


(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

viernes, 28 de noviembre de 2008

238 - HAY DÍAS QUE ME ENCUENTRO ....

HAY DIAS QUE ME ENCUENTRO... (238)



Hay días que me encuentro tan valiente,
en paz con Dios, conmigo y con los hombres;
sin dolores que crispen mi semblante,
ni dudas que mi espíritu torturen;
sin miedos al futuro y sus sorpresas,
ni a presagios surgidos en las sombras;
me encuentro tan a gusto en este mundo,
tan bien incardinado, -como dicen
aquellos que alardean de leídos-;
me siento tan feliz por todo cuanto
me ha sido concedido y me rodea,
que debo confesar forzosamente,
al ver que no merezco tal fortuna,
que esos días de dicha inenarrable
los vivo con temor de estar pecando,
cual si fueran robados a otros hombres
con méritos mayores a los míos...

¡Dios quiera perdonarme esos momentos
dichosos e inefables que su Gracia
inexplicablemente me concede,
la voraz fruición con que los gozo,
alejado del mundo y sus problemas!


José María Hercilla Trilla
Avila, 16 Septiembre 1991

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

jueves, 27 de noviembre de 2008

235 - VIVIR ES UNA EMPRESA ...

VIVIR ES UNA EMPRESA... (235)



Vivir es una empresa, condenada
al fracaso inevitablemente;
es luchar contra el tiempo que inclemente
te lleva inexorable hacia la nada.

Es querer prolongar una jornada
que se va sin sentirla, fugazmente,
y notar que oscurece raudamente
sin saber si ha de haber otra alborada.

Y es también un afán por superarte,
por darte a los demás, por entregarte
vertiendo en los demás tu poesía;

es un querer vivir con el anhelo
de apurar el amor día tras día,
haciendo de la tierra nuestro cielo.


José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 27 Agosto 1991

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

miércoles, 26 de noviembre de 2008

229 - JUBILACIÓN

JUBILACION (229)

(Aviso al lector: Fué escrita hace 17 años)

Casi sin darme cuenta, he llegado
a cruzar en silencio esta frontera
y a meterme de lleno en la tercera
etapa de mi vida, JUBILADO.

Y no es cosa de risa. Por un lado
la vida se me fue, a la carrera;
y por otro, el tiempo que me espera,
se me irá mucho más apresurado.

Mas no es cosa de dar en la tristeza.
Debemos disfrutar con alegría
la llegada gloriosa de este día
en que un tramo se acaba y otro empieza;

y vivir este tramo alegremente,
sin horarios, agobios, ni premura,
y este tiempo gozar mientras nos dura,
dando gracias a Dios omnipotente.

Ya soy libre por fin, cual yo quería.
El corazón es joven; ilusiones
jamás han de faltar si en ello pones
empeño decidido y energía.

¡Tantos son los proyectos que he forjado...!
Es tanto lo que ignoro, y lo que quiero
conocer sin demora..., que prefiero
silenciar mi futuro ilusionado.

Tiempo me ha de faltar para que pueda
pensar en aburrirme por ocioso;
nada hay tan ameno y tan hermoso
cual seguir ocupado lo que queda,

mucho o poco, el tiempo que Dios quiera,
pues tengo desde siempre muy sabido
que esta vida no es mía, que me ha sido
dejada en usufructo hasta que muera.

Y debo de llenarla totalmente,
sin dejar que se pierda un sólo día,
y evitar sumergirme en la agonía
del que espera y espera inútilmente.

Doy comienzo, como un recién nacido,
a esta tercera etapa de mi vida,
a pisar esta Tierra Prometida,
donde arriba tan sólo el elegido

a quien Dios le permite la llegada
en prueba de su amor y su clemencia,
y tengo por muy firme la creencia,
que esa prueba de amor me ha sido dada.

A todos mis amigos, yo quisiera
poder agradecer sus atenciones,
al tiempo que les pido mil perdones,
por si en algo faltado les hubiera.

Gracias, pues, mis amigos muy queridos,
por tan larga y tan grata convivencia,
por haberme tolerado con paciencia
mis errores y faltas cometidos.

No os digo «Adiós», sino «Hasta luego», dado
que todos llegaréis hasta este punto,
y a todos, para entonces os apunto
y espero en el Hogar del Jubilado.

José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Abril 1991

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

martes, 25 de noviembre de 2008

221 - NO FUÍ EN MIS ALBORES ...

NO FUI, EN MIS ALBORES... (221)



No fui, en mis albores, apenas otra cosa

que un diminuto cuerpo;

al llegar a esa edad en que ya se razona,

fui cuerpo y fui cerebro;

después de algunos años, al crecer y ser hombre,

yo fui yo y mis proyectos;

al cabo de los lustros, tras mucho haber vivido,

ya soy yo y mis recuerdos...


(El día de mañana, enamorado polvo

vibrando en el silencio.)


José María Hercilla Trilla
Avila, 15 Mayo 1990

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

lunes, 24 de noviembre de 2008

218 - ¡QUÉ ES EL TIEMPO, SEÑOR....?

¿QUÉ ES EL TIEMPO, SEÑOR...? (218)

(Leyendo a Nietzsche)


Es tan poco, Señor, lo que he logrado
aprender con los años y el estudio,
que inclino avergonzado la cabeza
y confieso contrito la ignorancia
supina que me abruma y acongoja.

¡Son tantas las preguntas que me hago,
-sin hallar casi nunca las respuestas-,
en mis horas de insomnio, interminables...!

¿Qué es el tiempo, Señor?, digo y pregunto,
pues el tiempo es una de las cosas
que obsesionan mi mente enfebrecida,
sin acertar, ni aún remotamente,
a poder definirlo o entenderlo.

¿Es algo divisible, que permite
trocearlo, como si fuera queso,
o marcarlo con hitos y mojones,
cual una carretera, para luego
pontificar, diciendo:
"Desde aquí,
a partir de este punto, es el futuro;
desde aquí hacia atrás, tiempo pasado;
y en este mismo instante, que se ha ido
sin sentirlo, es el tiempo presente,
infinitesimal punto de encuentro
del futuro que llega apresurado,
y apenas es llegado se transforma
en tiempo ya pasado para siempre."

¿Podemos concebir que el tiempo sea
como una carretera sin retorno,
sin principio y sin fin, por la que corre,
sin saber hacia dónde, el Universo,
gobernado por leyes inmutables
de ese Dios, que tampoco comprendemos?

Ese tiempo futuro que esperamos,
¿existe realmente en el espacio,
esperando paciente que lleguemos,
o lo vamos haciendo, día a día,
con nuestro inexorable movimiento?

El día que los astros se detengan
y estalle el Universo, transmutado
en un inmenso foco de energía,
-carente ya de radiactiva masa-,
ese tiempo futuro, ¿se habrá muerto
y ya no habrá camino en el espacio,
bruscamente cortado en ese punto,
al borde del abismo indescriptible,
principio de la Nada, precursora
de otro Dios, otros mundos y otros hombres?

Y ese tiempo pasado que se ha ido
llevándose consigo tantas cosas,
hundiéndose en las sombras del ocaso,
ese tiempo, ¿existe realmente?

¿Podemos concebir ese pasado
como una realidad, que sigue viva
detrás de las espaldas, agobiadas
al peso de la duda, de los hombres?

¿Será como un camino intransitable,
de profundos relejes, bacheado
con el peso y el paso de los astros,
en su giro hasta ahora incoercible?

¿O ese tiempo pasado, como alfombra
que no admite camino de regreso,
se enrollará veloz sobre sí misma,
sin ocupar espacios imposibles,
negados al no ser y al tiempo ido?

¿O quizá se disipe como niebla
y se esfume en humo de recuerdos,
sin dejar huella alguna de su paso,
si no es en la memoria de los hombres?
Si el futuro no existe, y el pasado
es tan sólo memoria evanescente
que vive lo que duran los recuerdos,
forzoso es concluir que sólo existe
el momento fugaz..., que ya se ha ido,
ya no está entre nosotros y es pasado,
y es que el punto de encuentro entre ambos tiempos
-pretérito y futuro- es tan pequeño,
-infinitesimal tiempo presente-,
que se puede afirmar su inexistencia
y decir que ese tiempo... no es ni tiempo,
sino una sensación indescriptible
de transitoriedad o de precario.

Y si el tiempo no existe, me pregunto:
¿Será cierto que pienso y estoy vivo?


José María Hercilla Trilla
Avila, 16 Marzo 1990

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

sábado, 22 de noviembre de 2008

050 - NO ES LA MUERTE, NO ....

NO ES LA MUERTE, NO... (050)

«No te presentes ante el Señor
con las manos vacías».
(Eclesiastes, 35, 6-7)


No es la muerte, no, lo que me asusta,
pues morir es dormir un largo sueño
con la dulce esperanza de que un día
resucite triunfante nuestro cuerpo
y pueda contemplar la luz gloriosa
que irradia de la Faz del Ser Supremo.

No es la muerte, no, lo que me asusta,
ni la espantosa soledad del muerto,
ni el torpe olvido que a su muerte sigue,
que borra hasta el mínimo recuerdo
de quién era, de cómo se llamaba,
de sus gustos, sus dichos y sus hechos.

No es la muerte, no, lo que me asusta,
ni el convertirse en polvo carne y huesos,
molidos por el paso de los años,
triturados por siglos y milenios,
hasta volver a ser tierra fecunda
regada por la lluvia de los cielos.

No es la muerte, no, lo que me asusta,
pues de mi fin clara conciencia tengo
y sé que he de morir, aunque me pese,
y a esa idea fatal me voy haciendo,
pues la senda que llevo recorrida
me anuncia el fin cercano, que presiento.

No es la muerte, no, lo que me asusta.
Aquello que me asusta y me da miedo
es llegar al final de mi camino
sin poder ofrecer al Juez Supremo
algo que justifique mi existencia
y le haga perdonar todos mis yerros.

No es la muerte, no, lo que me asusta.
¡Son mis manos vacías! Sólo temo
llegar a Ti sin nada que ofrecerte,
y rendirte la vida que te debo,
sin haberla llenado con un algo...,
no sé con qué..., pero con algo bueno...

No es la muerte, no, lo que me asusta;
es llegar al final de mi sendero
y en un crudo examen de conciencia
comprobar mi carencia de méritos,
mi abundancia de torpes egoísmos...,
¡el saldo de mi vida, tan adverso...!

No es la muerte, no, lo que me asusta.
Tu Justicia, Señor, es lo que temo,
pues conozco lo mucho que me diste
¡y lo poco que a cambio te devuelvo!
¡Perdóname, Señor, te lo suplico,
-por cuanto yo te ame-, todos mis yerros!

José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 3 Enero 1976

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 21 de noviembre de 2008

052 - MEDIO SIGLO


MEDIO SIGLO (052)

(Leido 32 años después de escrito "eso",
no puede uno por menos de exclamar:
"Cuántas tonterías dice uno en un mal momento")

Medio siglo he cumplido;
no me pesa la edad,
pero siento algo extraño
que no puedo explicar.

No me asusta la vida
y aun me atrevo a luchar,
pero encajo los golpes
que la vida me da,
con cierta displicencia,
como sabiendo ya
que todo da lo mismo,
que ya.... todo es igual.

Aquellos sueños locos
que solía soñar
y que no se cumplieron,
¡ya no se cumplirán!

Mi vida fue un continuo
y duro trabajar,
pensando en el mañana,
pensando en los demás...,
y cuando todo acaba,
es triste confesar
que no sé si hice bien,
o tal vez lo hice mal.

Me precio de sincero
y quisiera pensar
que recibí más daño
del que pude causar.

Envidia, no la tuve;
rencor u odio, jamás;
fui un hombre callado,
amante de la paz,
feliz con sus lecturas,
dichoso en su soñar,
al que incluso gustaba
en sus ocios, pescar,
sentado en una orilla,
viendo el agua pasar.

No fui un hombre de garra;
ese fue el capital
pecado de mi vida,
del que, a decir verdad,
no estoy arrepentido,
pues a nadie hice mal.

¿Me faltó valentía?
¿Me faltó voluntad?
No lo sé,... ni me importa,
y nada he de arreglar
por mucho que analice
lo que ya quedó atrás.

Ya es mayor el camino
que trillé con mi andar,
que el tramo que me resta
de senda por pisar.


Medio siglo fue siempre
como un hito fatal;
como un recordatorio
que te obliga a pensar
en que todo se acaba,
porque todo es mortal.

¡Por mucho que te esfuerzes
y quieras gallear,
ya estás en la bajada
de la rampa final!

Menos mal que a la Muerte
se la contempla ya
como a una antigua novia
que vuelves a encontrar
al cabo de los años,
ya cansado de andar.

Una novia amorosa
que me habrá de besar
y cuidará mi sueño
para que duerma en paz.

¡Medio siglo! No es mucho...,
pero el alma ya está
maltrecha y dolorida...,
y es bueno descansar.


José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Abril 1976

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 20 de noviembre de 2008

071 - TARDE DE NIEVE

TARDE DE NIEVE (071)


En esta tarde fría, en que la nieve,
azotada y batida por el viento,
se desploma en oblicuos torbellinos,
me refugio al amor de mi brasero
y dejo que las horas se deslicen
blandamente, en un grato silencio,
mientras fumo mi pipa favorita,
-una vieja raíz de duro brezo-,
con un libro cualquiera entre las manos,
que me brinda su paz y su sosiego,
y apuro a breves sorbos una copa
de un vino de El Pedroso, que aún conservo.

Buen vino, buen tabaco, y un buen libro;
un sillón, con las huellas de mi cuerpo
marcadas por el uso y por los años,
y una mesa camilla con brasero.

¿Qué más puedo pedir en esta tarde
hermosamente triste del invierno,
en que la nieve se revuelve airada
y bate mi ventana el rudo viento?

El humo del tabaco se retuerce
en azules volutas hacia el techo,
arrastrando consigo algunas veces
algún inoportuno pensamiento
que surge de la plácida lectura...,
o del vino, que poco a poco bebo.


(Es mejor no pensar demasiado)

El fuerte aroma del tabaco negro,
encendido en la negra cazoleta,
invade densamente mi aposento,
y en esta dulce calma campesina
que me embarga, se va pasando el tiempo
sin despertar envidias en las gentes,
sin albergar envidias en mi pecho,
tratando de pasar inadvertido,
gozando de mi paz y mi silencio,
con mis libros, mi vino y mi tabaco,
mi sillón, mi camilla y mi brasero.

En la calle y los campos cae la nieve,
obstinada y batida por el cierzo...


José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 17 Marzo 1979

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 19 de noviembre de 2008

086 - CUANDO LAS ILUSIONES

CUANDO LAS ILUSIONES (086)


Cuando las ilusiones se van adormeciendo
y transcurrir los días pausadamente vemos,
sin grandes ambiciones, ni graves descontentos;
y observamos que el verde fulgurante e intenso,
-color de la esperanza-, se torna amarillento,
ese color de otoño, precursor del invierno...

Cuando ves que la vida no es un largo y eterno
caminar anhelante, sino un breve paseo
que apenas deja huella en el ingrato suelo;
que cuando al final llegues del terrenal sendero,
se esfumará en el aire tu nombre y tu recuerdo,
como se esfuma raudo, de la rosa, el intenso
aroma penetrante al llegar el invierno...

Cuando ves agotarse la fuente del deseo
y sientes que tu sangre se remansa en el hueco
de tus viejas arterias, abultadas de aspecto,
sin alterar tu pulso con un latido intenso,
como niño cansado, cobijado en el seno
abrigado y caliente del regazo materno...

Entonces, resignado, sin maldecir al cielo,
ejercitas sumiso, en callado silencio,
el arte insuperable de irte desprendiendo
-sin dolor ni nostalgia- del bagaje molesto
que fuiste acumulando, sin advertir que el peso
del mismo te agobiaba y hacía prisionero...

¿Cuántos años me quedan? ¿Cuántos días aun tengo
en mi cuenta corriente en el Banco del Tiempo?

Ya sé que en esa cuenta los números son negros,
-no rojos como en otras-, y nadie vive a crédito,
pues Dios no es prestamista, y al llegar el momento,
se te salda la cuenta que te convierte en muerto.

Yo ya estoy preparado y el ánimo lo tengo
dispuesto para el trance inesquivable y cierto.


José María Hercilla Trilla
Avila, 26 Octubre 1982


(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

martes, 18 de noviembre de 2008

092 - DE BARRO DELEZNABLE

DE BARRO DELEZNABLE (092)



De barro deleznable y transitivo
soy vaso terrenal y enamorado,
vaso soy quebradizo y agrietado
por un uso continuo y excesivo.

El peso de la vida, corrosivo,
en mi barro sus huellas ha dejado
y siento que una herida en mi costado
con su agudo dolor me tiene vivo.

Qué triste que este barro deleznable
al peso de los años se doblegue,
rebelde con su sino y disconforme.

Cuando llegue la hora inesquivable
de quebrarme, Dios quiera que en paz llegue
y en polvo enamorado me transforme.



José María Hercilla Trilla
Almuñecar, Junio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 17 de noviembre de 2008

096 - MI CARNE TRANSITORIA

MI CARNE TRANSITORIA (096)



Mi carne transitoria se rebela
con sed de eternidad incontrolada,
negándose a ser polvo y a ser nada,
como luz que se apaga de una vela.

Obsesión que más turbe y que más duela
a mi mente en la duda ensimismada,
no ha existido jamás, y conturbada
el alma se desplace y desconsuela.

Esta carne que ama y que palpita
buscando la Verdad y la Hermosura,
se niega a perecer eternamente,

y su canto rebelde lanza y grita,
desde la sima de su noche oscura,
a los pies de mi Dios omnipotente.


José María Hercilla Trilla
Almuñecar, 15 Junio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

sábado, 15 de noviembre de 2008

097 - AUTOEXAMEN

AUTOEXAMEN (097)



Analizo mi vida fríamente
y debo confesar que he recibido
de todo en el reparto. He sufrido
guerra, miseria, hambre y accidente,

dolor y enfermedad. Pero igualmente,
con lo malo, también me han repartido
mucho bueno que nunca he merecido,
o merecido menos que otra gente.

Por mucho que a mi Dios, de noche y día,
le agradezca su santa lotería
y aquello que me cupo en buena suerte,

no alcanzaré a pagar tantos favores
y en deuda he de quedar cuando la muerte
silencie mis postreros estertores.


José María Hercilla Trilla
Avila, 3 Julio 1984


(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 14 de noviembre de 2008

099 - EN LA VASTA PLANICIE ...

EN LA VASTA PLANICIE (099)



En la vasta planicie de mis días
el potro de mis años se desboca,
y a una marcha suicídamente loca
se despeña en las hondas lejanías.

Dulces horas que quiero llamar mías,
el hoy en el ayer raudo coloca,
que el potro de las horas nos disloca
la vida con sus locas correrías.

Yo quisiera tascar con tensa brida
la fuga de ese potro desbocado
que galopa llevándose mi vida,

y verlo piafante y refrenado
para siempre, igual que un monumento,
con sus manos alzadas frente al viento.

José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 7 Julio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 13 de noviembre de 2008

100 - NO SÓLO CON ANDAR

NO SÓLO CON ANDAR (100)


No sólo con andar se hace el camino.
Muy sencilla sería la receta
prescrita por el clásico Poeta
de los campos soriano y numantino.

Hay que andar, y luchar con el destino
que te corta, te ataja y encorseta,
y correr anhelante hacia la meta
que culmina tu paso peregrino.

¡No basta con andar! Tienes que abrirte
el paso entre la envidia, o morirte
de rabia en un rincón, pisoteado.

¡Triste cosa la envidia, compañero,
y más triste sentir como a tu lado
la envidia va minando tu sendero!


José María Hercilla Trilla
Avila, 15 Julio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 12 de noviembre de 2008

114 - NO SÉ SI POR AMAR ....

NO SE SI POR AMAR (114)


No sé si por amar cuanto he podido
hoy tengo el corazón medio averiado
y debo mantener mucho cuidado
y en todo ser prudente y comedido.

Lo acepto, sin haberlo comprendido,
pues a este corazón enamorado,
que nunca por amor se vio cansado,
yo siempre acredité por decidido.

Creo, a veces, gozar aún de energía
y sentir la ilusión que me movía
en mis locas empresas juveniles,

creencia que tan sólo es vano empeño.
¡Mi corazón ya tiene mil abriles
y recuerdo el pasado como un sueño!


José María Hercilla Trilla
Avila, 8 Enero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

martes, 11 de noviembre de 2008

115 - EL TIEMPO GALOPANTE

EL TIEMPO GALOPANTE (115)


El tiempo galopante se ha llevado
tantas horas de amor y de alegría,
que hoy quiero recordar a quien quería,
y es inútil. Aquel amor pasado

el polvo de los años ha borrado,
y su faz, su belleza y lozanía,
la boca juvenil en que bebía
anhelante mi amor enamorado,

es un vago recuerdo evanescente,
perdido en algún hueco de mi mente,
que el paso de los años difumina

y lleva inexorable hacia el olvido...
(A ese olvido al que también camina
el potro de mi vida, ya vencido).


José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Enero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 10 de noviembre de 2008

115 - ¿POR QUÉ, SEÑOR, ... ?

¿ POR QUE, SEÑOR... ? (116)


¿ Por qué, Señor, a mi me has concedido
mercedes que otros muchos no han logrado,
y me dejas vivir enamorado,
viviendo mi pasión enardecido ?

No sé por qué, Señor, me has elegido
y en la rifa del mundo me has premiado
con un lote que nunca me he ganado,
ni tampoco, Señor, he merecido.

No quiero parecer grandielocuente,
-yo, que siempre hablé tan llanamente-,
mas he de confesar, si soy sincero,

que nunca merecí tantos favores,
y sólo tu bondad, en la que espero,
me dio siempre más dichas que dolores.


José María Hercilla Trilla
Avila, 12 Enero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

sábado, 8 de noviembre de 2008

118 - DECÍAMOS AYER ,,,

DECIAMOS AYER... (119)


Decíamos ayer, dijo el Poeta,
empezando de nuevo sus lecciones,
al salir de las lúgubres prisiones
que tuvieron su lengua bien sujeta.

Frase fue que corrió magnificada
y que el pueblo sencillo repetía,
admirado de ver quien la decía
y el dónde y el porqué fue pronunciada.

¡Decíamos ayer...! Cuán acertado
el prólogo docente utilizado
por Fray Luis de León, ya que la vida

es tan breve y fugaz, que bien parece
quedar en breves días consumida,
tan rápido se nace y se perece.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 26 Febrero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 7 de noviembre de 2008

124 - ESTE CÁLIZ

ESTE CÁLIZ (124)

I)

Este cáliz de penas y amargura
que pones en mi boca pecadora,
acepto mansamente, mientras llora
mi alma en esta triste noche oscura.

No llego, en mi maldad y mi locura,
a querer rebelarme en esta hora
contra Tu voluntad. Sólo te implora
mi carne transitoria sin ventura

que, junto con la pena que me azotas
y flagelas mis coyunturas rotas,
me des también, Señor, la fortaleza

bastante a soportar este tormento
y poderlo sufrir con entereza
e incluso, con tu ayuda, hasta contento.



(II)

Este cáliz de penas y amargura
que brindas a mi boca pecadora,
me bebo hasta las heces, mientras llora
mi alma su dolor y desventura.

No llega mi ceguera y mi locura
a oponerme, Señor, en esta hora,
a la Cruz que mi vida soñadora
en vida atormentada transfigura.

No te pido, Señor, que este castigo
apartes de mis hombros. Sólo digo
que, junto con la carga que me impones,

me concedas la fuerza suficiente
para sufrir callado y dignamente
aquello que Tú ordenas y dispones.



José María Hercilla Trilla
Almuñecar, 12 Septiembre 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 6 de noviembre de 2008

132 - LX AÑOS

LX CUMPLEAÑOS (132)

(Nota para el amable lector: Este poema
fue escrito hace casi veintitres años, y,
afortunadamente, aquí sigo, soñando)

En este mismo día - he cumplido sesenta,
casi sin enterarme, - que es lo que más revienta.

Hay algunos que dicen - que no me encuentran viejo,
pero yo no les creo, - ya que tengo un espejo

que de engaños no sabe - y me dice valiente
las verdad que debiera - confesarme la gente,

si la gente no fuera -tan cortés y educada,
y quisiera decirme - la verdad descarnada.

Aun no estoy medio tonto, - pero ya falta menos;
y los dientes que uso, - son postizos, no buenos;

y tiembla mi papada; - y mi frente y mejillas
ofrecen hondos surcos; - y tengo las rodillas

que me duelen a veces; - y en muchas ocasiones,
también el espinazo, - la espalda y los riñones;

y el pelo tengo cano, - escasillo y de pena,
que el paso de los años - se llevó mi melena.

Del corazón, no hablemos, - pues es cosa sabida
que alguna coronaria - me quitará la vida;

y ello no me preocupa, - puesto que yo prefiero
morirme de repente, - sin saber que me muero,

y sin causar molestias - a deudos y parientes,
como deben morirse - las personas prudentes.

Mas a pesar del tiempo - y de tan mal aliño,
tengo el alma tan joven - como el alma de un niño;

y sueño fantasías, - como en mis años mozos,
y sufro con las penas, - y río con los gozos;

y gusto la Belleza, - y la Bondad admiro;
y algunas veces, lloro..., - y otras veces suspiro;

y estoy lleno de vida, - aunque el cuerpo esté viejo,
pues el alma está joven, - aunque yo sea un antruejo.

Y dentro de diez años, - al cumplir los setenta,
ya os diré, (si estoy vivo - y me sale la cuenta),

si sigo con el alma - igual de soñadora,
juvenil y sensible, - como la tengo ahora.

¡Afortunadamente, - no envejecen iguales
las almas de los hombres - y sus cuerpos mortales!


José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Abril 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 5 de noviembre de 2008

135 - EN ESTE CORAZÓN ...

EN ESTE CORAZON (135)



En este corazón descabalado,
sensible a todo encanto femenino,
he ido cobijando en mi camino
cuanto amor esta vida me ha brindado.

Tanto amor he sentido y he gozado
que a recordar sus nombres ya no atino,
e incluso hasta sus rostros no termino
de entrever en las brumas del pasado.

No obstante lo plural de mis amores
y lo hondo de todos mis quereres,
no pasaron de ser bellas mujeres

que alegraron mi loca primavera
y alfombraron mi senda con sus flores,
¡precursor homenaje a la Postrera!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 25 Abril 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

martes, 4 de noviembre de 2008

136 - REBUSCO EN LA MEMORIA

REBUSCO EN LA MEMORIA (136)



Rebusco en la memoria febrilmente
queriendo recordar tiempo pasado
y ese amor del que estaba enamorado
como sólo lo está un adolescente.

Y es triste comprobar como la mente
el Amor que pasó tiene olvidado,
cubierto por el polvo acumulado
que desciende del tiempo blandamente.

Ese tiempo, que todo difumina...,
que todo debilita y oscurece...,
que todo lo consume y lo termina,

pues todo lo nacido al fin perece.
¡Y es en vano buscar en la memoria
al amor que pasó y hoy ya es historia!



José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 28 Abril 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 3 de noviembre de 2008

145 - EL ÚLTIMO VIAJE

EL ULTIMO VIAJE (145)



Un día doblarás la servilleta
y ligero de ropa y equipaje,
emprenderás el último viaje,
que siempre se realiza sin maleta.

Vacía dejarás la colchoneta;
en la percha, colgado el nuevo traje;
el coche, abandonado en el garaje;
vagando entre tus libros, tu silueta.

Tus deudos llorarán algunos días,
añorando tu voz y tu presencia,
hablando de tus cosas y manías;

mas luego, acostumbrados a tu ausencia,
vivirán tan contentos, -no te asombre-,
sin volver a acordarse de tu nombre.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 26 Junio 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

sábado, 1 de noviembre de 2008

151 - EL ESPEJO

EL ESPEJO (151)



Yo no sé que le pasa al fiel espejo,
que se ha vuelto voluble e inconstante
de algún tiempo a esta parte. Si delante
me pongo y examino, me reflejo

distinto cada día y más antruejo,
por mucho que me estire y que me plante,
me afeite, me acicale y hasta cante,
e incluso desarrugue el entrecejo.

Y hay días, en que está tan insolente,
que cuando en él me miro al levantarme,
me quedo estupefacto, pues enfrente,

igual de sorprendido al contemplarme,
aparece el rostro inolvidable
de mi padre, difunto y respetable.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 15 Agosto 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 31 de octubre de 2008

154 - CONFORMIDAD

CONFORMIDAD (154)


Quizá fue por vagancia, por torpeza tal vez,
o por otros motivos que no quiero mover,
-la verdadera causa ¿quién la puede saber?-,
no he llegado en la vida donde ha llegado usted.

Pero he sido dichoso cuanto se puede ser,
y al andar mis senderos, para apagar mi sed,
he bebido mi vino sin mezclarlo con hiel,
en paz conmigo mismo, con mi Hermano y con EL.

El dinero no ha sido, ni tampoco el poder,
las causas eficientes bastantes a mover
mis impulsos vitales para llegar a ser
un hombre acaudalado, o Senador, tal vez.

Confieso mi vagancia y mi desinterés
en llegar a cacique, además de que sé
que todo el que se empina siempre muestra el revés,
y nunca ha sido un cuadro que resulte tan bien
como para enseñarlo a quien lo quiera ver.

Yo prefiero los libros que tengo en mi anaquel,
un vaso de buen vino, añejo a poder ser,
y ver pasar los días dedicado a leer
aquello que me gusta y me causa placer;
y alternar mis lecturas, dando al atardecer
un hermoso paseo, despacito y a pie,
por el campo adelante, y sentarme también
a mirar el paisaje y el suave rosicler
de las nubes que pasan y nos muestran su envés.
Quizá fue por vagancia, por torpeza tal vez,
quizá..., cualquiera sabe por lo que pudo ser,
he llegado tan sólo a este humilde escabel
que me sirve de asiento, y que le ofrezco a usted
por si quiere sentarse a mi lado a beber,
en paz entre nosotros, y en paz también con EL,
un vaso de buen vino que apague nuestra sed,
mientras vemos el mundo y las nubes correr,
sin envidiar de nadie su ciencia y oropel.

(Ya sabe dónde tiene un amigo muy fiel,
de no mucha importancia ni de mucho valer,
que vive muy conforme con ser tal como es,
y que le ofrece asiento y saluda cortés.)


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 14 Septiembre 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 30 de octubre de 2008

155 - TE MUERES.....

TE MUERES... (155)



Te mueres..., y no mueres todavía,
pues la muerte comienza realmente
al borrarte los vivos de su mente,
y siempre te recuerdan algún día.

Procura que no sea una alegría
tu morir, para el resto de la gente,
y aunque faltes, tú seguirás presente
y vivo para aquél que te quería.

La vida se prolonga en el recuerdo,
si grata preparaste tu memoria
y nadie, cuando faltes, decir pueda:

-«¿Fulanito?. No sé; ya no me acuerdo...»-
Entonces si que has muerto. La victoria
de la muerte es todo lo que queda.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 20 Septiembre 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 29 de octubre de 2008

165 - CUANDO LLEGUE EL MOMENTO

CUANDO LLEGUE EL MOMENTO (165)



Cuando llegue el momento decisivo,
postrero de mi vida transitoria,
quisiera que sin penas y sin gloria
transcurriera veloz y fugitivo.

No quisiera ser causa ni motivo
para ensayo de norma dilatoria
que retrase mi fecha mortuoria,
prolongando unas horas estar vivo.

Dejad, pues, a la Parca que, a su paso,
se acerque y me conduzca hacia el ocaso
que habrá de iluminar con claridades

las dudas que atenazan mi existencia.
¡ Dios sabrá revelarme sus verdades,
al llamarme a gozar de Su Presencia !


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 8 Febrero 1987

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos" )

martes, 28 de octubre de 2008

169 - ELTIEMPO ME HA ROBADO...

EL TIEMPO ME HA ROBADO... (169)



El tiempo me ha robado los recuerdos
que guardaba celoso en mi memoria
para el día que ya no me sirviera
pensar en un futuro inexistente.

Con el mayor cuidado yo guardaba,
-lo mismo que un avaro su tesoro-,
los recuerdos de cosas y personas
que fueron para mí transcendentales.

Hoy busco en los archivos de mi mente
y observo anonadado que el olvido
ha cubierto de polvo mi memoria,

donde todo ya está difuminado,
y me asusta pensar que habré de irme
sin llevarme conmigo mis recuerdos.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 15 Marzo 1987

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 27 de octubre de 2008

186 - DE LA VIDA VELOZ

DE LA VIDA VELOZ (186)



Con la velocidad de un tren expreso
he corrido mi tiempo itinerante,
creyendo que tenía por delante
todo el tiempo del mundo, que, ex profeso,

me había reservado mi destino.
Y era vana ilusión esa creencia,
ya que el tiempo, -lo dice la experiencia-,
se marcha tan deprisa como vino.

Y un día te sorprendes, de repente,
al mirarte al espejo, frente a frente,
de encontrar en la luna y su reflejo

el rostro demacrado y consumido
de un extraño señor, un tanto viejo,
que te mira callado y pensativo.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 3 Abril 1988

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 24 de octubre de 2008

187 - EL CIELO PROMETIDO

EL CIELO PROMETIDO (187)



El cielo que me tienes prometido,
confieso que jamás me lo he ganado,
y si un día me llevas a Tu lado,
será un cielo del todo inmerecido.

He querido seguirte y no he podido
alcanzarte y cumplir lo que has mandado,
y viendo mis flaquezas he llorado
postrado ante Tu Cruz, arrepentido.

Y hoy lloro amargamente mi fracaso
al ver como mi vida, ya en su ocaso,
te presento ante Ti, medio vacía,

sin cumplir tus mandatos cabalmente...
¡De amor quise llenarla, y todavía
de amor no la he colmado totalmente!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 28 Abril 1988

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 23 de octubre de 2008

189 - SOY TAN SÓLO UNA PIEZA

SOY TAN SÓLO UNA PIEZA (189)


Soy tan sólo una pieza, quizá la más pequeña,
de este mundo complejo
que gira ciegamente y en sus dentadas ruedas
va triturando el tiempo.

En mi vida tranquila, se repiten los días
y todos mis momentos
están cronometrados, sin dar lugar a extraños
o imprevistos sucesos.

Me levanto a las nueve; acudo a mi despacho
trabajo lo que debo.

Automáticamente, -sin variar ni un minuto-,
a las dos, ya me encuentro
sentado entre los míos, con el plato delante
y en la mano el cubierto.

Hasta las tres y media, al runrún de la tele,
me sumo en dulce sueño,
en el que me refugio escapando de un mundo
aburrido y pequeño.

A las cuatro, trabajo; me guste o no me guste.
(No tengo más remedio)

Y a eso de las ocho, los códigos recojo,
y a mi casa me vuelvo;

me sirvo una bebida; cojo un libro cualquiera,
-de Historia los prefiero-,
y leo despacioso las cosas que pasaron
en los lejanos tiempos,
comprobando que siempre, entonces como ahora,
los hombres nos movemos
bajo iguales impulsos y somos animales
poco dignos de ejemplo.

Después de haber cenado aquello que me dejan
y el médico ha dispuesto,
escucho las noticias en esa «teletonta»
que todos padecemos;
y cuando dan las doce, a la cama me marcho
y en paz con Dios, me acuesto.

Y un día y otro día, repito este aburrido
isócrono trayecto,
como si fuera un burro que da vueltas y vueltas
en la noria del tiempo.

¿Será vivir lo que hago, o será simplemente
un irme desviviendo?

¿O acaso esté soñando que vivo todavía,
después de haberme muerto?

Sin embargo, me inclino a creer que estoy vivo
porque sé que te quiero,
y porque, en la alta noche, al quedarme dormido,
algunas veces sueño.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 6 Mayo 1988

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 22 de octubre de 2008

198 - NOMBRE Y APELLIDOS

NOMBRE Y APELLIDOS (198)


Los nombres de mi padre y de mi madre
juntáronse para formar mi nombre,
ese nombre que es marca que distingue
y permite llamar a cada hombre,
librándolo del gris anonimato
de la masa confusa y uniforme.

Y a ese nombre compuesto, se añadieron
estos dos apellidos que responden
de mi origen, perdido entre los tiempos,
ignoro si plebeyos o si nobles,
mas rimados en verso consonante,
augurio de futuras vocaciones.

Es todo lo que tengo en este mundo:

Estos dos apellidos y este nombre
sin tacha y sin baldón, que me distingue
y avalan mi pensar y mis acciones.

¡Mi nombre y mis limpios apellidos
son toda mi riqueza y mis honores!!



José María Hercilla Trilla
Avila, 16 Noviembre 1988

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

martes, 21 de octubre de 2008

205 - SER DÉBIL....

SER DEBIL... (205)


Ser débil un instante
y, bajando la guardia,
descubrir sentimientos
y desnudar el alma,
para que en ella puedan
hundirse las miradas
de todos los curiosos,
a los que importan nada
los pesares o gozos,
las dudas o esperanzas
del Poeta, que quiso
brindarnos su palabra.

Impúdico Poeta,
que tuvo la desgracia
de ceder y contarle,
-aunque fuera en voz baja-.
sus íntimos secretos,
sus encendidas ansias,
sus vacilantes dudas,
a una anónima masa
que pasó indiferente,
sin mirarle la cara.

El Poeta, persona
estrambótica y rara,
dijo al aire su verso,
cual sembrador que lanza
al aire la simiente,
por gusto de lanzarla,
sin saber si algún día
se trillará en la parva.

En el aire, flotando
como neblina blanca
que el tiempo desvanece,
quedaron sus palabras,
sin esperar que nadie
se parase a escucharlas.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 5 Abril 1989

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 20 de octubre de 2008

126 - EL NEVADO DEL RUIZ

EL NEVADO DEL RUIZ (126)

(Volcán que, el 14 de Noviembre 1985,
causó más de veinte mil muertos en
Colombia. )


Era un pueblo feliz, que vegetaba
-como todos lo hacemos en la vida-
en un valle de la alta cordillera
que vertebra las tierras colombinas.

Era un pueblo feliz, cuyos vecinos
saludaban al Sol todos los días,
luchaban por ganarse su sustento,
y al cielo sus plegarias dirigían
contentos de vivir en aquel valle
regado por el limpio Lagunilla,
flanqueado de ricos cafetales,
al amparo de la nevada cima.

Cada hombre, como una caña al viento,
vibraba de ilusión y de energía,
y apoyado en su dulce compañera,
los hijos de su carne estremecida
contemplaba alegre y orgulloso,
creciendo en amorosa compañía.

Era un pueblo feliz, en que mi Hermano,
-pues todos son Hermanos de mi vida-,
forjaba sus proyectos y soñaba,
lo mismo que soñamos las sencillas
personas de este mundo enloquecido,
en las horas de euforia y alegría,
cuando -ilusos- pensamos que tenemos
del todo asegurada nuestra dicha.

( La sombra del Volcán era liviana,
y el hielo que en su cumbre refulgía,
pensaban que domaba, con su peso,
al Nevado del Ruiz, en lejanía. )

El dormido león ha bostezado
su furia largo tiempo contenida,
y el aliento letal de su bostezo
-vapores sulfurosos y cenizas-
ha trocado los hielos sempiternos
en aguas enlodadas asesinas.

Los chorros cristalinos que bajaban
cantando hasta engrosar el Lagunilla,
convertidos en lodos pegajosos
arrasaron Armero, que dormía.

El barro penetró veinte mil bocas,
ahogando el alarido que surgía
en grito vertical hacia los cielos,
cual sangre que revienta de una herida.

Cada hombre, como una caña rota,
sorprendido por el río en su avenida,
ha crujido de espanto, e impotente
sus manos han buscado a la familia
que el barro inexorable sepultaba,
y han muerto con las manos extendidas,
sin saber el porqué de la tragedia,
ni qué deudas pagaban con sus vidas.

Aquel pueblo feliz, que orgullo era
de las altas regiones colombinas,
el Nevado del Ruiz ha transformado
en osario de barro y de cenizas.

( Señor, yo me pregunto acongojado,
-y no tomes a mal lo que te diga-,
¿por qué, Señor, tus manos y tus ojos
apartaste de Armero en ese día ? )


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 16 Noviembre 1985

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

sábado, 18 de octubre de 2008

495 - CRISIS DE FE

CRISIS DE FE (495)


-I-

No permitas, Señor, que se me enfríe
la fe que siempre tuve en mis hermanos,
aquéllos que conmigo hacen camino,
a veces sin saber adónde vamos.

Si así digo, Señor, es porque observo
como el paso imparable de los años
me transforma en un hombre receloso
que examina su entorno con cuidado,
buscando al Hombre Nuevo –al que no encuentra-,
y comprueba, con triste desencanto,
que su busca es inútil, sólo un sueño,
especie de arquetipo mal soñado,
un modelo platónico ilusorio,
imposible de hallar en los humanos.

Y la culpa del cambio que hoy me agobia
y me hace mirar desconfiado
a quienes van conmigo en mi trayecto,
es producto del triste desengaño,
al ver como el gobierno de este mundo
no se encuentra en las mejores manos,
ni las leyes que rigen a los hombres
están hechas por los hombres más sabios.

- II -

Si no sabes –me dijo Polidoro-
qué camino tomar en tu trabajo,
ni qué poder hacer para ganarte
la vida honradamente trabajando,
-como hacemos la inmensa mayoría-,
no pierdas más el tiempo y el atajo
hacia la cumbre emprende con premura:

Apúntate a un partido, como paso
del primer escalón de tu carrera,
y luego, una vez hayas llegado
a simple concejal, con diligencia,
ya verás como sigues progresando;
podrás, sin duda alguna, ser alcalde;
con un poco de suerte, diputado,
y luego senador, y consejero,
director general o delegado
del gobierno en cualquier autonomía,
y más tarde ministro, ¿de qué ramo?,
de cualquiera, que eso es lo de menos
y no vamos nosotros a pararnos
en discutir si ministro de Hacienda,
ministro de Defensa o de Trabajo.

¿Y Jefe de Gobierno?, le pregunto.
Pues también. ¿Por qué tienes que dudarlo?

Otros muchos he visto que no eran
capaces de llegar a tus zapatos,
y vaya si llegaron y supieron
sentarse en el sillón y gobernarnos.

No sé si bien o mal. Eso es distinto,
y no voy a intentar averiguarlo,
pues todo en esta vida es relativo,
depende del cristal coloreado
es decir del cristal con qué se mire
la cosa y se analice cada caso.

Desde luego, si puedo asegurarte,
que para gobernar no es necesario
ni ser un superhombre, ni tampoco
bachiller, ni doctor, ni licenciado,
te basta con tener las tragaderas
dispuestas a tragarte todo sapo
que, como desayuno, te administren
desde la oposición, tus adversarios.

A veces con razón, otras sin ella.
Si superas la prueba y ese trago
del sapo mañanero la soportas
sin arcadas, sin nauseas, ni hacer ascos,
sin que turbe tu sueño o tu sonrisa,
entonces llegarás a lo más alto
que se puede llegar. No les envidio,
pues para desayuno, más que un sapo,
prefiero un buen café y unas tostadas,
con un chorro de aceite, de pan blanco.

-III-

No permitas, Señor, que se me enfríe
la fe que siempre tuve en mis hermanos,
incluso en los políticos que ahora
se encargan, bien o mal, de gobernarnos,
aquéllos que conmigo hacen camino,
subidos en sus coches y yo andando.



José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 30 Noviembre 2.005

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

viernes, 17 de octubre de 2008

471 - EL HOMBRE AFORTUNADO

EL HOMBRE AFORTUNADO -(471)


Me confieso ser hombre afortunado.
¿Acaso puede usted decir lo mismo?

El saldo de mi vida, en su conjunto,
estoy por afirmar que es positivo,
no obstante haber pasado dura guerra,
padecer crueles hambres cuando niño
y haber visto también a mis hermanos
matarse, sin más causa ni motivo
que encontrarse de un lado o de otro lado,
lugares que no fueron elegidos,
que les fueron impuestos por la vida,
por obra del azar o del destino.

Que triste que una guerra nos convierta,
de sujetos en paz e inofensivos,
en bestias delirantes que se matan
sin tregua, ni reposo ni respiro,
creyendo que al matarse hacen del mundo
algo así como un nuevo paraíso.

Vano intento. Equivocado sueño.
Con la sangre jamás se ha conseguido
hacer cosa distinta de morcillas,
por mucho que se esmeren en el guiso
los padres de la patria, mentirosos,
atentos a llenarse los bolsillos

con torpes componendas financieras,
traficando con armas si es preciso,
buscando atornillarse a sus poltronas
y gozar de sus cargos vitalicios.

El pueblo, ¡que se mate!. Sobra gente
y la mucha que hay no tiene sitio;
es bueno que se maten entre ellos
y que hagan lugar para sus hijos
que hoy estudian inglés en los colegios
reservados para estudiantes ricos
en Londres, en New York, en Filadelfia
o en cualquier otro centro de prestigio.

Vosotros, ciudadanos, descornaos
luchando y sucumbiendo a tiro limpio,
sin saber del porqué de vuestras luchas,
ni qué vais a sacar de tanto tiro,
salvo, acaso, morir en la refriega
y hundiros para siempre en el abismo,
hundiendo con vosotros a los vuestros
para así completar el sacrificio
que deben propiciar las pobres gentes
en aras del poder y de los ricos.

Me confieso un hombre afortunado
que tras mucho vivir se ha convencido
de que nada es verdad, nada es mentira,
de que todo en la vida es relativo,
depende del cristal con qué se mire,
del trecho en que te encuentres del camino,
del lugar al que hayas arribado
luchando bravamente, por ti mismo;

del precio que has pagado en el trayecto
pues siempre hay que pagar, nada es gratuito.

A pesar de mis dudas, que son muchas,
mirándome al espejo del vecino,
me debo confesar afortunado,
podría exagerar: «casi elegido»,
por llegar a los años que he llegado
y vivir en la forma que he vivido.

¡Qué pena que los pueblos se masacren
pudiendo convivir en paz y unidos!

Hay lugar para todos en el mundo;
lo que hay que lograr es repartirlo
en forma equitativa entre los hombres,
que a todos corresponda su trocito;
un trozo en que asentarte con los suyos,
un trozo en que labrar tu propio nido...

¡No basta con el trozo que a la muerte
nos dan para no vernos y cubrirnos!


José María Hercilla Trilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 15 Nvbre 2003


(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

jueves, 16 de octubre de 2008

414 - EL MAYOR PECADO

EL MAYOR PECADO (414)

Si me preguntas tú, que cuál de todos
los pecados del hombre es más nocivo,
habré de responderte que ninguno
supera al que comete de continuo
el hombre rencoroso que no olvida
aquello que estimó como lesivo,
y lo tiene presente noche y día,
sin poderle otorgar perdón y olvido.

Dios te libre del hombre rencoroso,
devoto de sus odios, renacidos
con el sol cotidiano que le alumbra,
prestando a su rencor un nuevo brío.

¡Qué bello es perdonar a nuestro Hermano,
-imperfecto cual todos los nacidos-,
y olvidar sus ofensas, como manda
a todos los mortales, Jesucristo!

Si El supo perdonar en el Calvario
a los torpes sayones y asesinos
que en la Cruz le clavaron, ¿por qué entonces
su ejemplo nos negamos a seguirlo,
y empeñados en cultivar rencores
la vida tontamente consumimos?

Si tienes una vida, sólo una,
procúrala vivir en paz contigo,
y olvida la ofensas recibidas
y ama a los demás como a ti mismo.
Es muy corta la vida para andarse
hurgando las heridas de continuo,
sobre todo sin detenido examen,
-un momento de calma en tu camino-,
para ver si el culpable es sólo el otro,
o un tanto de la culpa va contigo.

Cuando ya no me queda mucho tiempo
de gozar de la vida, te suplico
que olvides tus rencores. No compensa
considerar a nadie tu enemigo,
y muy especialmente cuando eso
tú sabes que no es cierto, ni lo ha sido.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 22 Febrero 2000

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

miércoles, 15 de octubre de 2008

399 - ESPÍRITU GUERRERO

ESPIRITU GUERRERO (399)


Y las guerras, ¿por qué son?

Dime por qué son las guerras,
que cuanto más viejo soy
más me parecen las guerras
como el compendio de todas
las inhumanas miserias.

¿Las guerras para qué sirven,
si de algo sirven las guerras?

Su utilidad no la veo
y no creo que en la tierra
haya habido guerra útil,
ni guerra que fuera buena.

Las guerras, malditas todas,
malditas por siempre sean,
sólo traen madres sin hijos,
madres llorando sus penas
por el hijo que un mal día
se llevaron a la fuerza.

¿Sabéis cómo acabarían
de una vez todas las guerras?
¿Qué no lo sabes, me dices?
Te voy a dar la receta.

Bastaría para ello
que a combatir sólo fueran
los hijos y familiares
de aquellos que nos gobiernan.

¿Qué el gobernante es guerrero
y le gustan las contiendas?

Que luche pues, si le gusta
la lucha, y que no nos meta
en la lucha que es su lucha
y que sólo es su problema.

No quiero matar hermanos
de cualquier sitio que sean;
para mí todos iguales,
sin distinguir entre etnias,
ni distinguir de colores,
sin distinción por ideas....

¡Todos hermanos, sin nada
que justifique una guerra!

¿Las guerras, para qué sirven?

Dígalo aquél que lo sepa.

¡Yo nunca pude saber
para qué sirven las guerras!



José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 2 Noviembre 1999

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

martes, 14 de octubre de 2008

345 - CAMINANTE

CAMINANTE (345)

Caminante que a mí llegas,
si vinieres como amigo,
la puerta tienes abierta,
en esta casa cobijo,
y un rincón donde sentarte
al pie del fuego encendido.

Comerás del pan que como
y beberás de mi vino;
te repondrás del cansancio
y calentarás tu frío;
y cuando, ya satisfecho,
reemprendas el camino,
ni las gracias has de darme
pues no las he merecido.

Espero que me bendigas,
igual que yo te bendigo
en este mismo momento,
cuando en mi casa te admito
sin indagar en tu origen
o averiguar tu destino,
pues de ti sólo me importa
poder cumplir lo que dijo
a los hombres cierto día
el Hijo de Dios, el Cristo,
de que debían amarse
-cual se aman a sí mismos-
todos los hombres, hermanos,
por ser de Dios todos hijos.

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Avila, 28 Octubre 1998

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

lunes, 13 de octubre de 2008

270 - LAS BIENAVENTURANZAS

LAS BIENAVENTURANZAS (270)

Yo quisiera creer que mis Hermanos,
aquellos que parece que nacieron
para cargar sobre sus hombros todos
los males y desgracias de este mundo,
aquellos que nacieron ya marcados
para sufrir desde la misma cuna
los horrores del hambre y de la guerra,
yo quisiera creer que irán al Cielo
y allí disfrutarán holgadamente
de cuanto en esta vida carecieron,
les hicieron sufrir o les privaron...

Releo tu Sermón de la Montaña,
donde un día dijiste a mis Hermanos
que el pobre, que el hambriento, el perseguido,
el que llora, y todo aquél que sufre,
saciados se han de ver, y ha de ser suyo
el reino de los Cielos prometido,
y que verán a Dios con limpios ojos.

Si así no sucediere, qué tristeza,
qué pena y qué dolor inenarrables,
qué injusticia, Señor, en el reparto
de la dicha, los gozos y los bienes...

Hay veces que, pensando en estas cosas,
en tantos inocentes como sufren
a manos de otros hombres, sus Hermanos,
me duele el corazón, me duele el alma,
¡ me avergüenzo, Señor, de ser un hombre !


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 28 Febrero 1993

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

sábado, 11 de octubre de 2008

262 - ESCRIBIR Y VIVIR

ESCRIBIR Y VIVIR (262)

Una cosa es escribir,
-que la puede hacer cualquiera-,
y otra distinta el vivir
de poética manera.

Muchos se sienten poetas
porque saben hacer versos;
dejemos las cosas quietas
y no mezclemos diversos

conceptos que son contrarios,
pues es corriente escribir
sobre mil asuntos varios,
sin que ello quiera decir

que es poeta quien escribe;
en conciencia, yo os diría
que poeta es el que vive
plenamente en poesía

y ajusta su vida entera,
-en su hacer y en su sentir-,
a vivirla de manera
que a todos pueda servir,

que una cosa es escribir,
-un pasatiempo inocente-,
y otra cosa es el vivir
para servir a la gente.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 29 Octubre 1992

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

viernes, 10 de octubre de 2008

253 - SOY CRISTIANO DE ......

SOY CRISTIANO DE... (253)


Soy cristiano de boquilla,
lo mismo que lo es usted.

Amamos a Dios, es cierto,
-cosa muy fácil de hacer-,
pero amar a nuestro Hermano
como nos mandara EL,
muy pocos de los mortales
-debemos reconocer-
cumplen la norma divina
de a su prójimo querer
igualmente que a sí mismos,
como debiera de ser.

Quisiera ser de otro modo
y por mi Hermano tener
el mismo amor que me tengo.

Lo intento más de una vez,
pero el corazón me falla
y la voluntad también,
y cuando llega el momento
de ser a mi intento fiel,
el egoísmo me asalta
y no me deja escoger
entre mi Hermano y yo mismo...,
igual que le pasa a usted.

El día que Dios nos pida
cuentas de nuestro quehacer
y de cómo obedecimos
el mandato de querer
a todos como a nosotros,
me parece que si es
más justo que bondadoso,
a todos nos va a correr
a palos en las costillas
y en el infierno a meter.

(Puede que alguno se libre
de tal trato merecer,
alguno que no conozco
y quisiera conocer.

Nosotros no nos libramos;
ni yo me libro..., ni usted. )


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Avila,17 Agosto 1992

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

jueves, 9 de octubre de 2008

243 - LA FÓRMULA MÁGICA

LA FORMULA MAGICA (243)




La cosa es bien sencilla, pues se reduce a esto:

«Amarás a tu Dios sobre todas las cosas,
e igual que a ti te amas, amarás a tu prójimo»,
no a tu prójimo amigo, sino también a aquellos
a los que no conoces; los que a tu lado pasan
y los que están lejanos, a los que nunca has visto,
ni los verás jamás; a todos los que viven,
a todos los que han sido, y a los que un día serán.

Todos son tus Hermanos, del mismo Padre hijos,
y si amas a tu Padre cual hijo bien nacido,
querrás a tus hermanos, y vivirás feliz.

Ese es todo el secreto, que nos fue revelado
hace ya dos mil años; pero a pesar del tiempo
pasado desde entonces, -ya casi veinte siglos-,
seguimos sin amarnos..., y así de bien nos va.


José Maaría Hercilla Trilla
www.blogspot.com
Avila, 23 Noviembre 1991


(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

miércoles, 8 de octubre de 2008

232 - SI EL CORAZÓN LO TIENES ...

SI EL CORAZON LO TIENES... (232)



Si el corazón lo tienes tan vacío,
deshabitado y hueco
como un salón inhóspito, ruinoso,
oscuro y polvoriento;

si el corazón te late sordamente
con un sonido pétreo,
isócrono, pesado, desprovisto
de humanos sentimientos;

si el corazón te sirve solamente
para hacer el bombeo
de esa sangre aguada y egoísta
que te recorre el cuerpo;

si el corazón, Hermano que me escuchas,
lo tienes tan enfermo,
da gracias al Señor, que te permite
vivir estando muerto.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Avila, 20 Agosto 1991

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

martes, 7 de octubre de 2008

219 - LA DUDA RAZONABLE

LA DUDA RAZONABLE (219)


Por mucho que presumas y te jactes,
-seriamente, o bien a la ligera-,
de tu falta de fe y agnosticismo,
un día llegará, aunque no quieras,
en que habrás de dudar de todo cuanto
negaste anteriormente con firmeza.

Y es que el tiempo, que todo lo quebranta
con su paso, te quebrará la fuerza
y te abrirá los ojos que tuviste
cegados por tu orgullo y tu soberbia,
y empezarás a comprender, Hermano,
que somos una cosa tan pequeña,
que es mejor una duda razonable,
nacida de humildad y de prudencia,
que obstinarse en negar rotundamente
aquello que no cabe en tu cabeza.

Un día llegará, mal que te pese,
que descubras de pronto tu ceguera
y empieces a dudar..., como dudamos
los hombres razonables en la tierra.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Avila, 14 Abril 1990

lunes, 6 de octubre de 2008

195 - MIRAR ATRÁS SIN ODIO

MIRAR ATRAS SIN ODIO (195)



Mirar atrás sin odio y sentir que en el alma
holgadamente caben más amor y esperanza...,
aunque a veces te notes que el corazón ya falla;

a Dios agradecerle su bondad y la gracia
de mantenerte vivo cada nueva mañana,
y ver como renace el sol tras las montañas
y enciende con su beso, aire, seres y plantas;

sentir por el pasado una leve nostalgia
y gozar el presente, viviéndolo con ansia,
como si cada día el mundo se acabara
y nos fuere de urgencia aspirar la fragancia
de los últimas rosas, rojas, gualdas o blancas;

y amar a cada Hermano, abriéndole las palmas
de las manos, tendidas a sus manos cerradas,
sin esperar que nadie te comprenda o comparta
ese amor que te llena y te rebosa el alma;

y pedir a los cielos el perdón de las faltas,
para que cuando llegue la hora de la marcha,
puedas partir tranquilo a la tierra ignorada
y en polvo enamorado vibrar cada mañana....

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 14 Agosto 1988

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

sábado, 4 de octubre de 2008

179 - EXTIÉNDEME TU MANO

EXTIENDEME TU MANO (179)


Extiéndeme tu mano, compañero,
y asido fuertemente de mi mano,
-la mano de un amigo, de un Hermano-,
recorramos alegres el sendero;

felices, sin pensar en el dinero;
ajenos al poder del soberano;
gozando de este cálido verano,
sin pensar en los hielos de febrero.

Cantemos, como canta la cigarra;
templemos el laúd y la guitarra
y entonemos el canto de la vida.

Apuremos con gozo cada instante
y vivamos la frase tan sabida
de «La cera que arde, va delante».

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 4 Agosto 1987

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

viernes, 3 de octubre de 2008

108 - EXAMEN FINAL

EXAMEN FINAL (108)



El día que el buen Dios te llame a juicio,
no bastará decir que no has pecado,
y con ello creer que has alcanzado
el Cielo prometido en beneficio.

No ha de bastarte, no, que el edificio
de tu vida presentes blanqueado,
con el frente lucido y encalado,
y jamás salpicado por un vicio.

No te habrán de juzgar por la fachada,
que podrás presentar bien aseada,
sino por el Amor que hacia tu Hermano

en tu breve camino hayas vertido,
tendiéndole a tu prójimo la mano,
en gesto generoso y desprendido.

José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Octubre 1984

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

jueves, 2 de octubre de 2008

084 - YO HE TENIDO MI TIEMPO

YO HE TENIDO MI TIEMPO (084)



Yo he tenido mi tiempo y he bebido mis horas
con el mismo deleite con que se paladea
un vaso de buen vino.

No busqué la fortuna. De amor y de belleza,
de arte y poesía, procuré hacer acopio
en mi vario camino.

Conocí las dulzuras de las horas felices
y soporté en silencio los baches de la vida,
como cualquier vecino.

Y cuando ya la meta se presiente cercana,
recuerdo con nostalgia uno cuantos paisajes
de mi andar peregrino,

y a un conjunto de gentes que su mano me dieron
y llamaron Hermano, sin preguntarme nunca
cuál era mi destino.

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 30 Abril 1982

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

miércoles, 1 de octubre de 2008

074 - CANCIONES O CANTARES

CANCIONES O CANTARES (074)


Canciones solamente;
canciones o cantares...;
no es mucho lo que ofrezco.

Apenas unas frases
ilusionadamente
escritas, para vibrar al aire
al brotar de una boca cualquiera
en las horas pausadas de una tarde.

Mis canciones, que no son otra cosa
que un poco de mi alma y de mi carne,
obstinada en luchar por el Hermano
ofendido por todos los ultrajes
de un mundo que lo oprime y avasalla,
sin osar rebelarse.

Te ofrezco mis cantares;
es cuanto puedo darte.

Condensan mis rebeldes arrogancias;
subliman mis altivos ideales;
declaran mis indómitas creencias
y mi amor hacia todos los mortales.

Hermano, que te ahogas en la masa
anodina, recorriendo las calles
y plazas asfálticas e inhóspitas
de las sucias y lóbregas ciudades.

Hermano, yo te brindo esperanzado
el cálido homenaje
que encierran mis canciones volanderas,
labradas en mis rústicos telares
con trama de palabra emocionada
y urdimbre de pesares.

No es mucho lo que ofrezco;
ni riqueza, ni arte.

Tan sólo el clamor apasionado
que produce al correr mi roja sangre
en mis tensas arterias inflamadas
por tantas injusticias y ruindades.

¡ Canciones solamente;
canciones o cantares !

¡ Una mezcla de Amor hacia el Hermano,
con ansias infinitas de Verdades !

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 31 Enero 1980

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")