viernes, 29 de febrero de 2008

EL DIÁLOGO IMPOSIBLE

EL DIALOGO IMPOSIBLE (228)

- Clavar el calendario y romper los relojes,
y en lo alto del cielo
interrumpir el curso del sol y de la luna;
parar el movimiento
de las altas estrellas y distantes galaxias,
para impedir que el tiempo
avance y nos triture con su isócrono giro,
generador de muertos...

- O se ha vuelto usted loco o padece de extraños
y quiméricos sueños,
impropios de su estado, su edad y de la fama
de hombre tranquilo y serio
de que goza entre aquellas personas que le tratan
y le tienen aprecio.

-Pues, a pesar de todo, soy un hombre rebelde,
soñador en silencio
de vanas utopías; teórico anarquista
que se opone a lo impuesto
por las «altas instancias», las que dictan las leyes
y gobiernan los pueblos;
inconformista nato del «estado de cosas»,
buscador de lo nuevo,
forjador de imposibles, predicador de un orden
más justo y valedero...

- Usté es un soplagaitas, que estaría más guapo
si guardara silencio,
dejándose de incordios, como deben estarse
los niños que son buenos;
déjese ya de historias de relojes de cuco,
de parar en el cielo
el sol y las estrellas, de romper calendarios
y hacer otros excesos;
y pórtese tal como -nos guste o no nos guste-
los hombres nos debemos
portar en este mundo, y al llegarle su hora,
¡váyase a los infiernos!
sin molestar a nadie con excentricidades,
con coplas, ni con cuentos.

José Maria Hercilla Trilla
Hercilla.blogspot.com
Ávila, 3 Marzo 1991



(De mi Libro: “Canciones de mis años idos”)
Publ. En
www.esdiari.com del 8-10-06, Nºº 631
Y en
www.avilared.com del 13-10-06

jueves, 28 de febrero de 2008

6-8
Sobre las medias mentiras

“Una botella de vino medio vacía, también está medio llena; pero una medio mentira, no será nunca una medio verdad” Eso decía Jean Cocteau y yo no le voy a enmendar la plana. Decir la verdad siempre, eso hay que hacer, y cuando no se pueda decir, callarse, pero jamás mentir. Ni tan siquiera a medias. Quien miente una vez, una sola vez, ha perdido toda su credibilidad, por mucho que luego trate de justificarse, se arrepienta y hasta en un momento de debilidad llegue a pedir perdón, cosa que no suele ocurrir. La mentira es una grave ofensa al prójimo, y además imperdonable. Amén de inolvidable.
Y esto vale lo mismo para las personas que para los libros o documentos. Ni se puede hablar mentiras, ni tampoco escribir falsedades, que antes –dice la sabiduría popular- se coge a un mentiroso que a un cojo.
Esto debieran tenerlo muy en cuenta los políticos, que suelen ser los más locuaces, no los que más memoria tienen, tan necesaria ésta a los mendaces. Los memoriosos son los notarios, registradores y jueces, amén de otros profesionales pertenecientes a distinguidos Cuerpos en los que se ingresa mediante dura oposición. Como en política no se usa ese procedimiento de selección, cualquiera, aunque no tenga memoria –a veces ni entendimiento-, puede llegar a político, corriendo el riesgo de afirmar ahora una cosa y de olvidarse luego de la que dijo antes, diciendo después la contraria, ya sea espontáneamente o bien cayendo en la trampa que le pueda tender cualquier avisado entrevistador. De ahí viene luego el afán de reparar el entuerto y añadir aquello de “donde dije digo, quise decir Diego, es que no se me entendió bien”. La Verdad, como dicen de la Divinidad, es Una, aunque los políticos quieran aplicarle lo de Una y Trina, que si aplicado a la religión es un misterio, aplicado a la conducta humana –y además política- queda en una torpe conducta, inadmisible e increíble de todo punto. No sé donde leí que “el que miente una vez, tiene la culpa de su mentira; cuando te miente por segunda vez, la culpa es tuya, por creerle”.

Perder la credibilidad un político -me dice mi amigo Polidoro, que es dado a frases redondas-, es como perder la virginidad una moza.
Eso era antes, Polidoro –le respondo-, y si no, que se lo pregunten al Presidente de la República francesa, a título de ejemplo.
Yo soy español, y además de pueblo –me contesta-, y sigo en mis trece, en lo que me enseñaron mis padres y el maestro de mi escuela.

A Polidoro, cuando se pone terco, lo mejor es dejarlo con sus ideas. Pero cierto es que quien pierde la credibilidad, lo pierde todo. Ese todo es la fe que se tenía depositada en él. Cuando se habla de esto, de la pérdida de fe, saco a relucir, allá donde esté –aunque no sé si vendrá a cuento la comparación-, la que yo sufrí con cierta famosa obra que tuve la debilidad de comprar hace ya bastantes años. Es una obra de consulta que consta de numerosos tomos y supuso un sacrificio económico para mí. Ya digo que no es obra de lectura, sino de consulta para el estudioso que en ella confía y quiera aclarar alguna duda. Pero me sirve el caso para cuando hablo de pérdida de la fe.
Pues bien, en cierta ocasión acudí a consultar la voz: “BANDARRA, (Gonzalo Aunes)”. Se trata de un sujeto portugués y entonces estaba yo escribiendo “La historia de Fray Miguel. Un fraile visionario”, artífice éste del esperpento cometido con y por el pastelero de Madrigal, Gabriel de Espinosa, al que se trataba de hacer pasar por el rey Don Sebastián, muerto en África, el año 1578, en la batalla de Alcazarquivir. Necesitaba contrastar unos datos un tanto dudosos y acudí a la citada obra. En ella se dice que este sujeto –Bandarra- nació en Troncoso en 1500 y murió en Lisboa en 1556. Pero añade que «Por entonces Felipe II se había apoderado del reino lusitano y Bandarra cantó las aspiraciones de independencia y regeneración de su patria en forma profética, publicando una recopilación de los cantos que más popularidad alcanzaron, con el título de “Trovas redondilhas em ar de profecias”»
Incluso añade que, debido al revuelo y enardecimiento popular causado por estas coplas, y ello por la confusa y contradictoria interpretación que de las mismas se podía hacer, la Inquisición portuguesa citó ante sí a este infeliz, acusándole de falso profeta, puesto que parecía anunciar la próxima llegada de un “nuevo y esperado Salvador”. Bandarra pudo librarse de castigo debido a su sencillez, (¿no será simpleza lo que se quiso decir?), aunque hubo de retractarse de cuanto había escrito con apoyo de textos bíblicos, haciéndolo en auto de fe celebrado el 23 de Octubre de 1541.
Pues bien, el autor de esa entrada no da ni una en el clavo. Analicemos las fechas que nos da la citada obra. Si vivió Bandarra de 1500 a 1556, bien pudo figurar en el auto de fe de 1541. Lo que ya es más difícil de creer es eso de que “por entonces” -de 1500 a 1556- Felipe II se hubiera apoderado del reino lusitano. A poca historia portuguesa que sepamos, salta a la vista que esa afirmación no es cierta, o sea que es mentira. El rey don Manuel I, subió al trono portugués el año 1495, y en él estuvo hasta su muerte el año 1521. Este año de 1521 fue coronado rey su hijo don Juan III, y reinó hasta el año 1557. Bandarra había muerto un año antes de morir don Juan III. De 1557 a 1578 reinó el joven e insensato rey don Sebastián. De 1578 a 1580 le sucedió en el trono su tío el cardenal y rey don Enrique; y fue de 1580 a 1598 cuando Felipe II de España fue rey de Portugal con el nombre de Felipe I. Cuando Felipe II “se apoderó del reino lusitano” –como dice nuestra famosa obra consultada- hacía la friolera de veinticuatro años que había muerto el pobre Bandarra. Después de esto, no puede uno creer a pies juntillas que –como se nos dice- fuera un poeta popular, al que la pobreza transformara en zapatero. Resulta más creíble lo que dice el culto y además ameno autor portugués, Profesor José Hermano Saraiva, (Història de Portugal, 3 Tomos), de que Bandarra era un zapatero con inquietudes poéticas y facilidad de versificación, aficionado o “amador” de las lecturas bíblicas, cuya torpe interpretación vertía en sus coplas si a ellas era favorable hacerlo.
Las recopilaciones de estas coplas o “trovas redondilhas”, se hicieron muchos años después de fallecido Bandarra, y se parecían muy poco a las originales, puesto que se había ido incorporando a las mismas toda aquella “copla” que –de autor desconocido- sirviera para fomentar el “sebastianismo” creciente que se vivió en Portugal durante el reinado de los tres Austrias.
Las primitivas coplas de Bandarra, tal como fueron concebidas, no tenían otro objeto que recoger el sentir del pueblo portugués contra la infausta liberalidad de Don Juan III para con su hermano el infante don Fernando, Duque de Guarda, a quien había donado la villa y ducado de Troncoso, temiendo sus habitantes que los abrumara con impuestos, dada la forma de vida disipada y disoluta del nuevo señor y duque. La muerte del infante Don Fernando, en 1534, tornó inoperantes los esfuerzos y coplas de Bandarra, al haber vuelto Troncoso a las manos del rey Don Juan III.
Después de esa mentira, o ese gazapo –que son la misma cosa-, y encontrados otros varios, que tengo recopilados, perdí la fe en esa monumental obra, dejando de consultarla, y pasando a ser adorno de mi despacho. Tanto me hirió la mentira que escribí un soneto que decía:

¡Qué gran Enciclopedia..., si ella fuera
fiel expresión de la verdad desnuda!
¡Que gran Enciclopedia si la duda
con rigor y certeza resolviera.

Lo malo de la misma es que si acudo
a resolver la duda que me embarga,
además de no hacerlo, va y me carga
con otro error de bulto ¡y pistonudo!

¿Me dices que no crees lo que digo?
¿Qué exagero tal vez o que te miento?
Consulta, pues, la voz de un tal «Bandarra»,

por poner sólo un caso, caro amigo,
y verás que es verdad lo que te cuento
y “esa obra” quien miente y quien desbarra.

Más de una vez he estado tentado de escribir otro soneto, pero aludiendo ahora a persona -no a obra ninguna-, a quien me ha mentido en alguna ocasión, obligándome a perder la fe que le profesaba. Una medio mentira, aunque sólo sea eso, una medio, no podrá ser jamás una medio verdad. Y entre hombres, sólo la verdad, Una y Entera, les une y genera mutua confianza. Eso es muy de tener en cuenta, sobre todo en época de elecciones. Por el elector, claro, pues a los candidatos no parece importarles imitar a Pinocho. Ni a los fanáticos “papanáticos” votarles. Que pechen, pues, con las consecuencias.

José María Hercilla Trilla
hercilla.blogspot.com
Salamanca, 8 Febrero 2.008




Publ.: www.esdiari.com del 24-02-08, Nº 703

miércoles, 27 de febrero de 2008

Y AL FINAL DELCAMINO...

Y AL FINAL DEL CAMINO... (220)

Y al final del camino, como postrer regalo,
poder pisar de nuevo
las tierras de mi infancia, las que fueron testigos
de mis lejanos juegos,
cuando el mundo nacía delante de mis ojos,
-casi recién abiertos-,
maravilloso y limpio, virginal, sin pecado,
como no ha vuelto a serlo;
o aquellas otras tierras, donde mis mocedades
felices transcurrieron
y me fui haciendo hombre, casi sin enterarme
de que iba creciendo.

Tierras de mi niñez, en la Blanca Menorca,
la Isla de mis sueños;
o mi tierra materna, dorada Salamanca,
antesala del cielo;
o los altos alcores de Soria, vieja cuna
de mi padre y abuelos;
o mis natales tierras, por el sol abrasadas,
del campo cacereño.

( La mar de aquella Isla; el literario Tormes;
mi Tajo solariego;
la curva de ballesta, -¡oh, Soria machadiana!-,
con que te abraza el Duero.)

He dejado en vosotras retazos de mi vida
y estáis en mi recuerdo
tan vivas como entonces, sin que os haya borrado
los perfiles el tiempo.

Lo malo del retorno, quizá lo inevitable
del anhelado encuentro
con mis viejos lugares, pudiera ser, Hermano,
el no reconocernos;
el que yo los pisara estremecídamente,
vibrando de contento,
y nada me dijeran, restando silenciosos,
como si mi regreso
fuera el paso sin huella, fugaz e intrascendente,
de cualquier forastero
que pasa, se detiene, curiosea sus calles,
y se marcha al momento.

Pensándolo con calma, no sé yo si merece
la pena ese regreso
a los viejos lugares de aquellos años mozos,
que añoro en mis silencios.

Seguramente todos los amigos de entonces,
queridos compañeros
de las horas felices, suponiendo que vivan,
-de lo cual no estoy cierto-,
se cruzarán conmigo y, al cruzarnos, ninguno
nos reconoceremos.

( Tal vez sea preferible soñar con el pasado
y mantenerse quieto,
sin anhelar retornos y pretender, viajando,
revivir aquel tiempo,
que un lugar sin amigos, -por mucho que lo quieras-,
es igual que un desierto.)


José María Hercilla Trilla
Barco de Ávila, 22 Abril 1990


(De mi Libro: “Canciones del Hermano”)
(Publ. en
www.esdiari.com del 3-12-06, Nº 639)

martes, 26 de febrero de 2008

METAFÓRICAMENTE

METAFORICAMENTE (206)

Hermano, no te hablo, y creo no hacerlo nunca,
metafóricamente.

En mis años de vida, -y tengo ya unos cuantos-,
al pan, pan he llamado;
y por igual, al vino, lo llamé por su nombre,
procurando que fuera
mi discurso tan claro, tan límpido mi verbo,
mi expresión tan certera,
que no fuere posible el riesgo de que alguien
no pudiere entenderme
lo que decir quería, o que posible fuere
equívoca lectura
por la que dos personas, conclusiones distintas
de mi verbo sacasen.

Mi verso es como el agua que mana de la fuente
nacida en alta sierra
y corre cristalina hasta la mar lejana,
esperando una boca
sedienta que se acerque para calmar sus ansias
de amor y de verdades,
pero nunca un cerebro que indague y analice
los simples componentes
que encierra en sus entrañas, ni tampoco las sales
minerales disueltas
que su virtud le prestan, transformándola en agua
dadora de la vida.

Escribo como siento, y alumbro claridades
con diáfana palabra,
llamando por su nombre cuanto en el mundo existe
y todo lo que pienso,
para evitarte, Hermano, la superflua tortura
de interpretar mi verso.

( ¿Seré menos poeta por no hablar engolado
y escribir llanamente? )

Avila, 25 Abril 1989
(De mi Libro: “Canciones del Hermano”)
Publ.:
www.esdiari.com del 28-05-06, Nº 612

lunes, 25 de febrero de 2008

FIDES QUAERENS INTELLECTUM

FIDES QUAERENS INTELLECTUM... (163)

(Cita de San Anselmo
de Canterbury)


Delante de vosotros, mis Hermanos,
el alma me desnudo y os confieso,
contrito y afligido, mi pecado
de hombre quebradizo e imperfecto
que busca en las tinieblas el camino
que conduce al Dios del Universo.

Me acuso ante vosotros de las dudas
que me asaltan e invaden a destiempo,
transformando la rígida ortodoxia
de mis años lejanos y primeros,
en una tremolante gelatina
donde bailan confusos e inconexos
los dogmas que mi vida jalonaron,
marcándome las lindes del sendero.

Ya sabéis mi pecado. Dolorido,
a vosotros os digo mi secreto,
que no puedo guardar para mí solo,
-que para un hombre solo es mucho peso
el peso de esta duda-. Perdonadme,
-conforme nos lo manda el Padre Nuestro-,
el pecado de ser heterodoxo
en puntos singulares y concretos,
lo que equivale a ser, algo así como
heterodoxo a medias, sin quererlo.

Ayudadme en mis dudas, mis Hermanos,
y pedid al Señor en vuestros rezos
que me ponga un Damasco en el camino
y que un rayo de luz me tire al suelo,
para ver -como Saulo en igual trance-
el Rostro del Señor, en el que creo,
y sentir que a su Luz se desvanecen
las dudas que atenazan mi cerebro.

Perdonadme por ellas, mis Hermanos,
pues soy heterodoxo sin quererlo;
heterodoxo a medias, ciertamente,
-algo así como tuerto, en vez de ciego-,
más quisiera poder, con los dos ojos,
disfrutar de mi Dios y sus Misterios,
sin temor a las dudas razonables
que me asaltan e invaden a destiempo.



Avila, 10 Enero 1987



( De mi Libro: “FIDES” )


Publ. en www.esdiari.com del 19-12-07, Nº 692

sábado, 23 de febrero de 2008

PADRE NUESTRO

PADRE NUESTRO


.

Padre Nuestro, que eres
Señor del Universo;
Tú, que todo lo hiciste,
por quién todo fue hecho,
desde el grano de arena
al sublime concierto
que los astros entonan
al girar en los cielos.

Santificado sea,
en todo sitio y tiempo
y por todos los seres,
Tu Nombre. Que Tu Reino
hasta nosotros venga
y en El nos encontremos
como el hijo se encuentra,
seguro y satisfecho,
en la Casa del Padre
que le acoge contento.

Tu Voluntad se haga
lo mismo en este suelo
que habitamos los hombres,
en el que nos movemos
con vida transitoria,
como allá, en los inmensos
espacios siderales
que apenas conocemos.

El Pan de cada día,
este pan que comemos
y a la tierra arrancamos
con sudores y esfuerzos,
que no nos falte nunca,
-aunque no lo ganemos-,
y Tu Misericordia
nos abra los graneros
celestiales y deje
que de tu trigo bueno
hagamos el acopio
para dar alimento
a las hambres de todos
los que somos tus siervos.

Perdónanos, Señor,
aquello que debemos
y las muchas ofensas
que te hicimos y hacemos;
y corra Tu Clemencia
un muy tupido velo
que cubra nuestras culpas
y limpie nuestros cuerpos
de mancha y de pecado,
de podredumbre y cieno.

(Y no tomes en cuenta
la medida que usemos
con nuestros ofensores
y deudores terrenos,
pues somos débil barro,
y por causa de ello
no puede compararse
Tu Perdón con el nuestro.)

Y no nos dejes, Padre,
inermes e indefensos
frente a las tentaciones
de este mundo revuelto,
que intenta desviarnos
de Tu Recto Sendero.

Y líbranos de todos
los Males que en el cuerpo
y el alma, nos pudieran
causar desasosiego...
Amen.

José María Hercilla Trilla
Avila, 8 Agosto 1986

viernes, 22 de febrero de 2008

DE POLVO ENAMORADO

DE POLVO ENAMORADO (090)

(Leyendo a Quevedo)

De arcilla soy apenas – un quebradizo vaso,
quizá, ya con el tiempo, - algo desportillado
y con algunas grietas – abiertas a lo largo
de lo que fuera un día – espléndido vidriado.

Pero este vaso frágil, – de miserable barro,
humilde, como todo – aquello que es humano,
ese vaso de tierra – constituye un milagro.

No sé si el corazón – que late apresurado,
o el cerebro, que intenta, - muchas veces en vano,
controlar pensamientos, - pasiones y presagios,
no sé cual de ellos tiene – las llaves del Arcano.

Sólo sé que en mi cuerpo, - aunque sea de barro,
en él hierve la Vida, -Vida que Dios me ha dado,
y el Amor en mí tiene – su cuna y su sagrario.

Y cuando llegue el día, - (Dios quiera que lejano),
en que el vaso se rompa – y escinda en mil pedazos,
convertido en añicos – persistirá el milagro
y flotará en el aire – mi polvo enamorado.


José María Hercilla Trilla
El Barco de Ávila, 1º Abril 1.984

(De mi Libro: “De mis años idos”, Tomo I)
(Publicado en ww.esdiari.com, del 3-9-6, Nº 626 y en ww.avilared.com del 13-9-6)

jueves, 21 de febrero de 2008

LA CANCIÓN DEL HERMANO

LA CANCION DEL HERMANO (073)


¡ Me sangra el corazón ! Estremecido,
desgrano mi canción, en la que vierto,
gota a gota, la sangre de mis venas;
golpe a golpe, el latido de mi pecho,
con la amarga tristeza del que sabe
que nadie va a escucharle ni creerlo.

¡ Atroz desesperanza esperanzada,
que me impulsa a cantar mis sentimientos !

La Canción del Hermano que yo entono,
deseando estrechar contra mi pecho
a todo un mundo de felices seres,
no encontrará más voz que la del eco;
y aunque grite mi verso enamorado,
sembrando mis palabras en el viento
cual semilla de amor en primavera,
el aire esparcirá todos mis versos,
sin que nadie recoja ni uno sólo
de sus granos de amor. En el süelo
se perderá la siembra ilusionada,
por falta de cuidado y de tempero.

¡ Me sangra el corazón ! ¡ Me duele el alma !
El hombre, por ser hombre, no es perfecto,
pero es hijo de Dios y no debiera
olvidar que la Tierra es un sendero
que puede conducirle hasta la Gloria,
o hundirle para siempre en el Infierno,
-aunque sea imposible definirlos,
saber cómo serán, o comprenderlos-.

Me duele el corazón, acongojado
al ver como los hombres de mi tiempo,
-y de todos los siglos ya pasados,
y de todos los siglos venideros-,
no quieren comprender que todo hombre,
como Hijo de Dios y Hermano nuestro,
es digno de ser libre y ser amado,
sin mirar su color, su lengua o credo.

La Canción del Hermano, que yo entono
y elevo mansamente hasta los cielos,
es un trozo de mi alma enamorada
que intenta florecer en el desierto...;
una gota de agua, solitaria,
que sueña fecundar el Universo...

Es inútil cantar, pero yo lanzo
mi Canción a los aires volanderos,
llamando Hermanos a los hombres todos,
-¡Hermanos!-, sin esperar con ello
que otros labios repitan mis canciones,
ni los hombres se sientan más fraternos.

Es inútil cantar, pero yo canto;
es inútil sentir, pero yo siento,
y trato de expresar con mis palabras
ese Amor al Hermano que en mí llevo.

¡ En tanto tenga vida y no me falte
cabeza, corazón y sentimiento,
yo cantaré mi verso enamorado
y Dios lo escuchará desde los Cielos !

José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 14 Julio 1979


(De mi Libro: “Canciones del Hermano”)
Publ.:
www.esdiari.com del 26-8-7, Nº 677