martes, 26 de febrero de 2008

METAFÓRICAMENTE

METAFORICAMENTE (206)

Hermano, no te hablo, y creo no hacerlo nunca,
metafóricamente.

En mis años de vida, -y tengo ya unos cuantos-,
al pan, pan he llamado;
y por igual, al vino, lo llamé por su nombre,
procurando que fuera
mi discurso tan claro, tan límpido mi verbo,
mi expresión tan certera,
que no fuere posible el riesgo de que alguien
no pudiere entenderme
lo que decir quería, o que posible fuere
equívoca lectura
por la que dos personas, conclusiones distintas
de mi verbo sacasen.

Mi verso es como el agua que mana de la fuente
nacida en alta sierra
y corre cristalina hasta la mar lejana,
esperando una boca
sedienta que se acerque para calmar sus ansias
de amor y de verdades,
pero nunca un cerebro que indague y analice
los simples componentes
que encierra en sus entrañas, ni tampoco las sales
minerales disueltas
que su virtud le prestan, transformándola en agua
dadora de la vida.

Escribo como siento, y alumbro claridades
con diáfana palabra,
llamando por su nombre cuanto en el mundo existe
y todo lo que pienso,
para evitarte, Hermano, la superflua tortura
de interpretar mi verso.

( ¿Seré menos poeta por no hablar engolado
y escribir llanamente? )

Avila, 25 Abril 1989
(De mi Libro: “Canciones del Hermano”)
Publ.:
www.esdiari.com del 28-05-06, Nº 612

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