martes, 20 de mayo de 2008

535 - ATARDECER EN BARCO DE AVILA

Atardecer en Barco de Ávila (535)

La tarde se amortece como un queso
en el cual cada uno su cuchillo
hubiese introducido recortando
la porción que le fuere más propicia.

Entre todos la tarde consumimos
y agotada se hunde lentamente
en un alto horizonte neblinoso,
por detrás de la Cuesta de las Viñas,
rayado de destellos fulgurantes
irradiando su luz hacia los cielos.

La luz se ha ido apagando poco a poco,
y al final la negrura de la noche,
bajando sobre el río y la ribera
confunde los perfiles familiares
y hace ver mil fantasmas donde antes
se veían alisos retorcidos,
rectos troncos de álamos sonoros,
unos sauces llorones desflecados,
tres catalpas en flor, junto a la entrada,
el templete de música, en el centro,
unas mesas y asientos esparcidos
que acogen mi cansancio y dan reposo
cuando acudo a leer bajo las sombra
de este parque barcense y tormesino.

Mañana esperaré que el sol naciente,
como queso de bola recién hecho,
de nuevo se remonte por oriente
y vuelva a iluminar esta alameda
que me endulza el ocaso de mis años.

¡Desde ella aguardo esperanzado
que vuelva a renacer la primavera!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Ávila, 1 Agosto 2.007


(De mi libro: “Penúltimas”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 679/9.9.07)

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