viernes, 16 de mayo de 2008

406 - REPRIMENDA A TIEMPO

REPRIMENDA A TIEMPO (406)

Correr, mucho correr, para a la postre
llegar a la hora justa de morirse,
y comprobar entonces que las prisas
de nada nos sirvieron, salvo acaso
privarnos de los goces del camino.

Lo que resulta triste es que las prisas
gobiernen nuestras vidas a su antojo,
y que cuando por fin nos damos cuenta
de que somos muñecos y queremos
las riendas retomar en nuestras manos,
para así refrenar la loca marcha,
entonces observamos con tristeza
que el camino que queda ya es tan poco
que casi da lo mismo despeñarse
a igual velocidad que la suicida
que hasta entonces habíamos llevado.

Pensando que tal vez ese camino
que aún queda por delante mereciera
recorrerlo despacio, con sosiego,
disfrutando de las pequeñas cosas
que la vida concede a los que saben
descubrir los encantos que ella encierra,
yo pienso que sería muy prudente
pararse a meditar lo que hemos hecho,
el mal que a los demás hemos causado
(quizá pudiera ser, que sin quererlo),
y ver si todo ello ha merecido
la pena de vivir atosigados,
esclavos del reloj inexorable,
de fichar a la hora en la oficina,
obligados a saludar al jefe
al que sinceramente despreciamos,
teniendo que aguantar a nuestro lado
colegas o adversarios que nos cargan
y cuyas opiniones nos revientan,
y tantas otras cosas parecidas
y odiosas que la vida nos impuso...

Estimo que ya es hora de librarse
de todo ese conjunto de ataduras,
y libres, disfrutar del poco tiempo
que tengamos, como si fuera nuestro,
no nosotros sus obedientes siervos.

(Siento pasos. Alguien está leyendo
por encima del hombro lo que escribo.
Me detengo y espero a ver que dice.)

- Cada día que pasa, tu dolencia
se agrava poco a poco, sin remedio.
Si fuiste soñador, eras sensato,
mas de un tiempo a esta parte, te aseguro
que veo como tu mente degenera,
-no sé si por vejez, o por tontuna
hasta ahora tal vez adormecida-,
y escribes unas cosas tan absurdas
que mejor estarías calladito,
como deben estar los niños buenos.

(Como nunca gusté de discusiones,
prefiero obedecer, hoy por lo menos,
y doy por terminado lo que escribo,
sin poderos decir muchas más cosas
de las que se me vienen a la pluma,
me bullen en la mente y me atormentan).


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 17 Diciembre 1999


(De mi Libro: “Haciendo mi camino”)
(Publ. en
www.esdiari.com Nº 689/18.11.07 y
en
www.avilared.com del 02.01.08)

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