martes, 12 de agosto de 2008

472 - POSIBLE EQUIVOCACIÓN

POSIBLE EQUIVOCACION (472)

Tal vez yo pueda estar equivocado,
pero a pensar me atrevo, aunque os asombre,
que nada es comparable a la delicia
de ponerse a escarbar en la memoria
y escoger, de entre todos los recuerdos
en ella acumulados con los años
y hasta incluso cubiertos con el polvo
creciente que los hunde en el olvido,
escoger, como digo, los momentos
en que fuimos felices y vivimos
ajenos al dolor de ser mortales.

El futuro es incierto; y el presente
-si es que el presente existe, que lo dudo,
tan raudo se sumerge en el pasado-,
apenas nos da tiempo a disfrutarlo
y es un breve respiro entrecortado,
preñado de trabajos y zozobras.

Tan sólo en el pasado está la calma.
Por muy accidentado que haya sido
ese tiempo dejado a tus espaldas,
por negro y borrascoso que te fuera,
seguro que por poco que te afanes
y abras el baúl de tus recuerdos,
hallarás un momento de ventura,
unas horas de dicha inusitada,
o un rastro de un amor inenarrable,
que merezcan salir del fondo oscuro
donde duermen callados los recuerdos
en espera de que una voz amiga
les diga que despierten y nos hagan
de nuevo revivir dichas pasadas.

¿Qué es un triste consuelo? No lo niego,
mas cuando ya se tiene, como tengo,
mucha edad y el camino que nos queda
es un breve paseo, eso basta
para apurarlo en calma, dando gracias
a Dios por conservarnos la memoria.

No me prives, Señor, de mis recuerdos.
De todo lo que tengo, solamente
es aquello que puedo llamar mío.

José María Hercilla Trilla
Salamanca, 7 Diciembre 200
(De mi Libro: “Íntimas”)

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