jueves, 7 de agosto de 2008

462 - PERO CIERRO LOS OJOS

PERO CIERRO LOS OJOS (462)


Curioso, me contemplo, observando –asombrado-
que ya no me conozco.

Aquel ímpetu alegre, aquel ansia salvaje
que me llenaba el pecho
como un motor rugiente; aquel vehemente anhelo
que ingrávido me alzaba
sobre las grises cosas, en busca de colores
más limpios, más azules,
más verdes o amarillos, donde anegar mis ojos,
aquel ímpetu -digo-
se ha desvanecido como se desvanece
cualquier terrón de azúcar
al ponerlo en contacto del agua circundante.

Aquí, no ha sido el agua;
más bien ha sido el tiempo, los años que han pasado,
que han ido socavando
perseverantemente los sólidos cimientos
corporales que eran
sustento de mi vida y de mis energías.

Hoy ya soy una ruina,
sujeta a mil diversas y odiosas cortapisas
que me impiden mostrarme,
o mejor conducirme, tal como yo quisiera.

Poco a poco me dejo
llevar por la atonía, plenamente consciente
de mis limitaciones,
sin intentar siquiera protestar o quejarme.

Felizmente, conservo
-o así me lo imagino, que viene a ser lo mismo-
en estado aceptable
esta loca sesera, tan dada a los ensueños
y a las divagaciones,
que me lleva a evadirme del mundo circundante
y a soñar imposibles,
los mismos que soñaba cuando tan sólo era
un muchacho inexperto
con sus ojos absortos ante un mundo colmado
de sorpresa y misterio.

Lo malo es que este mundo ya no guarda sorpresas
ni misterios ocultos
a los ojos del hombre, diremos que longevo,
(pues me niego a llamarse
con el nombre de viejo, del que algunos presumen)
pero que no se cansa
de admirar la belleza, la bondad y dulzura
que en ciertas ocasiones
encuentra en el camino como muestra evidente
de la bondad divina.

En eso todavía sigo siendo aquel niño
de mis años lejanos;
el tiempo se ha llevado mis fuerzas y mi brío
y no me reconozco
al mirarme al espejo ni al hacer un esfuerzo.

Pero cierro los ojos
y por dentro, os lo juro, tan juvenil me siento
que con gusto daría
un grito incontenible que subiera hasta el cielo.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 5 abril 2003

(De mi Libro: •Íntimmas”)

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