jueves, 4 de junio de 2009

437 - SOBRE LA SOLEDAD

SOBRE LA SOLEDAD (437)


No me tengo por hombre solitario,
mas debo confesar que no me importa
gozar en soledad y hondo silencio
del paso fugitivo de las horas,
alejado del mundo y sus pasiones,
del vacuo vocerío de personas
propensas a turbar, irreverentes,
esta calma absoluta, sólo rota
por los trinos de un pájaro que lanza
al aire su cantar desde las frondas.


Sentado en este banco, con un libro
abierto entre mis manos, cuyas hojas
volteo con cuidado según leo;
protegido del sol en esta sombra
amable de un aliso susurrante,
me olvido por completo de las cosas,
dejándome llevar por los ensueños
nacidos sin control en esta loca
cabeza de chorlito donde bullen
recuerdos de otros seres y otras horas.


No me tengo por hombre solitario,
pero a veces conviene estar a solas
y en silencio dejar al pensamiento
libremente volar a las remotas

regiones de los sueños y recuerdos,
alejado del mundo y sus zozobras.


En ese transitorio apartamiento,
especie de terapia milagrosa,
el alma se serena y purifica,
y las fuerzas del cuerpo se recobran
para luego aprestarse a nueva lucha....,
aunque nunca se alcance la victoria.


Debajo de la sombra de este árbol,
recostada mi espalda en dura roca,
a la orilla del Tormes cristalino
de agua insinuante y rumorosa,
me gusta recogerme y solitario
dulcemente dejar pasar las horas,
-(si un pájaro cantor las ameniza,
entonces es estar como en la gloria)-.


Cuando la tarde vence y el ocaso
poco a poco desciende por las lomas
fronteras de la Cuesta de las Viñas
pobladas de retamas y de escobas
floridas -que no en vano llegó Junio
desplegando en los campos sus alfombras-,
me encamino al encuentro de los míos:
nietos, hijos y, sobre todo, esposa,
que esperan impacientes mi regreso,
intranquilos si acaso se demora.

Son ellos cuanto tengo en este mundo.
Lo demás, te aseguro que me sobra.
Con ellos a mi lado y con un poco
de tiempo para estar conmigo a solas,
soy un hombre feliz que no se cansa
de bendecir a Dios a todas horas.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 12 Junio 2001

(De mi Libro: "A orillas del Tormes.-
Poemario barcense")

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