sábado, 10 de octubre de 2009

573 - DESPEDIDA, EN VERSO LIBRE

Despedida, en verso libre. (573)

Y ya, ¿qué se me da? He llegado al final,
donde ya nada importa,
o de importar, importa, pero mínimamente.

Echas la vista en torno
y no ves otra cosa que vanas fatuidades,
egoísmos absurdos,
desbocada avaricia, hueco palabrerío,
especialmente en boca
de aquellos que se creen ser por Dios elegidos
para salvar el mundo,
especie de Mesías nacidos ex profeso
para llevar a cabo
la misión imposible de redimir al hombre
de todos sus trabajos,
llevándole en volandas a un nuevo paraíso
sin angustias, sin penas,
incluso donde goce de trabajo seguro,
sin temor a que el paro
le destroce la vida, a él y a su familia.

Harto estoy de palabras,
de oír como prometen la igualdad entre todos,
cuando son los primeros
en distanciarse presto del resto de los hombres,
fijando para ellos
sueldos descabellados con cargo al Presupuesto
y singulares bases
para lograr pensiones distintas de las nuestras,
sin que se les exija
cumplir los requisitos de cotizar el tiempo
que nosotros debemos
cotizar día a día, un año y otro año.

Voy llegando al final
y ya nada me importa. He vivido esperando
la llegada de un hombre
que llenare mis sueños de honradez y justicia,
pero debo dejaros
confesando que sigo sin haberle encontrado,
no sé si por mi culpa,
por ser tan exigente, o si ha sido tan solo
por no existir un hombre
tan cabal, tan completo, tan honrado y tan justo
como yo lo he soñado.

Lo seguiré esperando el tiempo que me queda,
no en balde he sido siempre
un soñador innato, un forjador de sueños,
casi siempre imposibles.

Ya no pido milagros, me conformo tan sólo
con que nadie me quite
este sol que me alumbra y calienta mis huesos,
mientras sigo soñando,
un día y otro día, el tiempo que Dios quiera.

José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 18 Mayo 2009

(De mi libro: "El penúltimo cuaderno")
(www.esdiari.com del 08-06-09)

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