jueves, 22 de octubre de 2009

564 - VIVIR EN EL FUTURO

Vivir en el futuro (564)


Según dicen los sabios
que en este mundo han sido,
el Tiempo se divide
en Pasado, Presente,
y dicen que en Futuro,
aunque el tiempo futuro
tan sólo lo adivinan,
pues nadie lo ha vivido,
ni tan siquiera sabe
si lo verá algún día.

Lo que es evidente,
al hablar del Pasado,
y puede asegurarse,
es que ese Pasado
es tiempo inexistente,
pues la Lógica impide
ser y no ser a un tiempo,
resultaría absurdo.

En cuanto a este Presente,
ese efímero tiempo
que apenas es el gozne
que articula el Pasado
con un desconocido
y fortuito Futuro,
minúsculo momento,
microscópico instante,
donde tan poco estamos
que casi no merece
ni ser tenido en cuenta
por lo raudo que pasa,
por lo poco que dura,
por lo veloz que vuela,
vemos, oh, paradoja,
que por gozar el breve
instante fugitivo,
algunos son capaces
de cometer ruindades,
de empañar el buen nombre,
de faltar al amigo,
de vender hasta el alma…

El Futuro es un tiempo,
apenas intuido,
tal sólo reservado
a quienes aun no gozan
de una edad avanzada,
a quienes aún disfrutan
de plenitud de fuerzas,
a quienes se les dice
que tienen por delante
todo el tiempo del mundo,
o que el futuro es suyo,
en tanto que a nosotros,
los de edad avanzada,
los que ya somos viejos,
nos dicen crudamente,
sin temor a la herida
que nos causan con ello,
“Ya no tienes futuro”,
y se quedan tan panchos,
y –hasta a veces- riendo.

Si el pasado no existe
y el presente es tan breve
que es casi inaprensible,
pensar nos es forzoso
que tan sólo es posible
vivir en el futuro,
y si encima, a los viejos,
el futuro nos niegan,
entonces ¿qué nos queda?,
¿ya no me queda tiempo
y debo de morirme
irremediablemente?

Así pues, y concluyo,
mi negado futuro,
para mí se ha quedado
reducido a este breve
momento en el que vivo,
sin esperanza apenas
de que mañana alcance
a ver nacer el día,
ni, tal vez, de encontrarme
sentado entre los míos.

A poco que medites,
es una felonía
negarnos a los viejos
ese futuro incierto,
al que ellos esperan
llegar sin duda alguna.

Lo cierto es que nosotros,
afortunadamente,

hasta aquí hemos llegado,
y que seguimos vivos,
ventura que ignoramos,
-como lo ignoran ellos-,
si lograrán un día
alcanzarla igualmente.

¡Yo vivo en mi futuro
¡Dios quiera que vosotros,
al cabo de unos años,
podáis decir lo mismo!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 20 Noviembre 2.008

(De mi Libro: “El penúltimo cuaderno”)

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