miércoles, 24 de diciembre de 2008

060 - NAVIDADES

NAVIDADES (060)

- I -

Navidad no es tan sólo
recordar una fecha
y vivir quince días
entregados a fiestas,
gustando las delicias
de comidas y cenas
opíparas, regadas
con vinos de cosechas
ubérrimas que fueron
famosas por su esencia.

Navidad no es tan sólo
enviar tu tarjeta,
deseando al pariente,
o a un amigo cualquiera,
unas Pascuas Felices
y que Dios les conceda
un año venidero
con salud y riqueza.

Navidad no es tan sólo
andar de tienda en tienda,
en busca de regalos
para obsequiar en prueba
de amor y de cariño,
y darlos como muestra
de lo mucho que amamos
a quien nos interesa,
o en pago de atenciones,
para saldar la deuda
de favores debidos
a personas ajenas.

Navidad no es tan sólo
a la gente pequeña
regalarle juguetes
y demás bagatelas;
ni cantar villancicos
al son de panderetas,
zambombas, almireces,
sartenes o botellas.

- II -

Navidad es amarse,
perdonar las ofensas,
y tender al extraño
las manos bien abiertas,
sin odios ni rencores,
ni envidias, ni asperezas,
ofrendando al Hermano
la paz y la tibieza,
el cálido refugio
de tu sonrisa buena.

Navidad es buscar
el Cielo en esta Tierra,
viviendo como Hermanos,
no tan sólo unas fiestas,
sino todos los días,
como si el mundo fuera
un nuevo Paraíso
donde la convivencia
entre todos los hombres
constituyese regla.

Navidad es amar
a Dios en las esferas
celestes; y a los hombres
que viven en la Tierra,
amarlos en la forma
y con la misma fuerza
con que a nosotros mismos
nos amamos. Que sean
tus Navidades siempre,
ocasión estupenda
para abrir al Hermano
de par en par las puertas
de tu casa y tenderle
extendida la diestra,
en simbólico gesto
de amor y convivencia.

Navidad es vivir
haciendo sementera
de tu palabra limpia,
de tu conducta honesta,
de tu vivir honrado,
de tu piedad sincera...

Navidad es andar
rectamente la senda,
con la mirada alegre...
y con tu Cruz a cuestas,
y aunque su peso agobie,
tener bastante fuerza
para ayudar un poco
al Hermano que lleva
otra Cruz y no puede
levantarse con ella.

Navidad es vivir
desvivido en ausencias
de Amor a cada Hermano,
cumpliendo con la regla
de aquel Sermón divino,
que desde Galilea
y por boca de Cristo,
al mundo se impartiera
como norma de vida,
inefable y suprema.

Aquel Sermón sublime
que nos manda y ordena
amar a los extraños,
perdonar las ofensas,
y hacernos como niños
para pasar las puertas
del Reino de los Cielos
y alcanzar las promesas
que el Señor Jesucristo
a todos nos hiciera.

¡¡ Navidad es, Hermano,
llenar de Amor la tierra !!


José María Hercilla Trilla
Avila, 8 Junio 1978

(De mi Libro: "Canciones del Hermano")

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