martes, 17 de marzo de 2009

140 - CAÑAVERAL

C A Ñ A V E R A L (140)



- I –


Extremadura queda, si miro hacia el Oeste,
a mi siniestra mano;
a no larga distancia, pero sí, desde luego,
en muy distinto plano.

Cuando aquí es primavera, e incluso crudo invierno,
allí es puro verano.

¡Puerto de Tornavacas, que me abres el camino
para bajar al llano
y llegar a Plasencia, siguiendo el limpio Jerte,
cantarino y serrano,
que desciende de Gredos hasta engrosar las aguas
del Tajo soberano!

¡Puerto de Tornavacas, cuando bajo a mi tierra,
en tus curvas desgrano,
con voz enfebrecida, los cantares que riman
mi «Canción del Hermano»!




- II –

Desde Plasencia, sigo,
y por Grimaldo,
llego hasta el mismo Puerto
de Los Castaños,
donde los caminantes
hacen un alto
para elegir la senda y
tomar descanso.

- III –

Para los extremeños
la ruta es clara:
si tiras a la izquierda,
vas a Las Casas;
si eliges la derecha,
Sierra de Gata;
y si tiras de frente,
vas a mi casa,
a mi pueblo querido,
que en la solana
de la sierra rocosa
se duerme en calma.

Cañaveral te espera
con sus naranjas,
con su miel, con sus limas
y su fragancia:

Tomillos y romeros,
pintonas jaras,
y la flor del naranjo,
-inmaculada
belleza de los huertos-,
aroma exhalan
perfumando los aires
de las mañanas.

Y las rubias abejas,
-música y danza-,
revuelan en tu torno
la zarabanda
de la miel que acarrean
en dulce carga.

Y un ruiseñor oculto
entre las ramas
del verde palosanto
que hay a la entrada,
-oh, Banco de las Musas-,
cuando tú pasas
te obsequia con los trinos
de su garganta,
contento por tenerte
de nuevo en casa,
como en los viejos tiempos,
cuando rimaba
mis versos, a la sombra
-tan dulce y grata-
del verde palo-santo
de hojas de laca.

¿Quién pudiera, paisano,
de una zancada,
trasponer esta Sierra
que me separa
de mi pueblo y amigos,
que allí me aguardan?

¡Quién pudiera, de un brinco,
saltar la valla
de esta Sierra de Gredos,
y estar en casa…!

Y otra vez en el Banco
que yo llamaba
mi Banco de las Musas,
las tardes claras,
con buena compañía,
sin hacer nada,
ver como gira el mundo y
la vida pasa.

¡Cañaveral, tan lejos
como te hallas,
y siempre tan metido
dentro del alma!


José María Hercilla Trilla
Barco de Ávila, 1 Junio 1986

(De mi Libro: "Canciones extremeñas")

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