jueves, 1 de abril de 2010

152: JUSTICIA GRATUITA

JUSTICIA GRATUITA (152)



Decía la noticia espeluznante
publicada no ha mucho en un recuadro
de la prensa diaria y matutina,
que en un vasto país de Extremo Oriente
donde sigue en vigor la última pena,
apenas queda firme la sentencia
que a la muerte condena irremediable,
en medio de un Estadio, de rodillas,
al hombre que fue preso y fue juzgado,
lo ejecutan delante de las gentes
que acuden presurosas a tal acto,
-lo mismo que si fueran a una feria-,
con un tiro tan sólo, que en la nuca
le dispara la mano del verdugo,
convirtiendo el cerebro inteligente
del reo ajusticiado, en un batido
de sangre y de neuronas dislocadas.

Macabro y deprimente todo ello;
no puede ser leido sin que sientas
la náusea incoercible de ser hombre
y la inmensa vergüenza de mirarte
-después de tal lectura- en el espejo.

Y, por si fuera poco lo leido
y mínima la náusea provocada
en aquellos que somos pacifistas,
enemigos de muertes y verdugos,
la noticia bestial que comentamos
remataba el recuadro con la guinda
de un detalle feroz y horripilante,
impropio de los tiempos que vivimos,
llamados de progreso y de cultura.

El coste, -no excesivo-, de esa bala
disparada en la nuca, a sangre fría,
del postrado sujeto convertido
en público espectáculo de masas,
ese coste -decía la noticia-
se pasaba después a la familia
del sujeto recién ajusticiado,
librando a tal efecto una factura
con precio detallado de la bala
que al hijo ejecutado le metieron,
de un disparo brutal, entre los sesos.

A la vista de tal procedimiento,
debemos concluir tras lo leido,
que en el viejo país que se citaba,
la justicia es gratuita totalmente...,
a favor del Estado poderoso,
que a los padres del muerto repercute
el precio de la bala justiciera.

(No sabemos si al público que asiste
curioso a contemplar cómo se mata,
se le obliga a pagar alguna suma
por entrar al Estadio a solazarse
con la escena de horror que se le ofrece.)

¡¡Dios quiera perdonarnos a los hombres
el horrendo pecado de ser bestias!!


José María Hercilla Trilla
Avila, 17 Agosto 1986



(Public. en www.esdiari.com número 719)

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