El camino (594)
A mi mujer, Pilar Mañoso Bueso,
sin la cual no hubiese habido ca-
mino para mí. J.M.H.T,
El camino, los dos lo hicimos juntos,
como juntos también envejecimos
y juntos seguiremos hasta cuando
el buen Dios considere que es bastante
el tiempo que llevamos los dos juntos
y decida que siga en solitario
cualquiera de los dos, el que a Él le plazca,
llevándose consigo al elegido
-¿y por qué no decir al castigado?-,
a alejarse del otro, del que fuera
hasta ese momento decisivo
“compañero del alma, compañero”,
sin el cual no pudiera haber vivido.
El camino, ese largo camino,
del que intuyes que se nos va acabando
-son los años que mandan, no nosotros-,
que quisieres hacer interminable,
incluso –a ser posible- hasta infinito,
pero cuyo final se ve cercano
por mucho que presumas y pregones
“Cada día más joven y más tieso”
a quienes te preguntan cómo andas.
Pido a Dios que me elija a mí primero,
y me evite sufrir esa condena
de perderte y llorarte después luego,
el resto de los días que me resten,
soñando con tu amor, con ese premio
-quizás inmerecido-, con que un día
la vida me premió en su lotería.
El camino, los dos lo hicimos juntos.
Ojalá, el Buen Dios nos permitiere
llegar hasta la meta siempre juntos,
y juntos traspasarla, ¡siempre juntos!
José María Hercilla Trilla
El Barco de Ávila, 12 Agosto 2009
(De mi libro: "El penúltimo cuaderno")
martes, 8 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario