sábado, 12 de septiembre de 2009
588 - A LA NIÑA CARLA
(588)
CARLA
(A ti, Carla, preciosa,
y a tus abuelos)
Me equivoqué de pleno;
creí que era una niña,
una niña cualquiera,
como otras muchas niñas,
una niña muy guapa,
una niña muy buena,
de las que los amigos
nos muestran orgullosos,
diciéndonos: “Mi nieta,
su nombre es el de Carla”
Me equivoqué de pleno,
pues luego, al escucharla,
allí, junto a mi oído,
susurrarme bajito
aquel bello poema,
hablándome de amigos
de diversos colores
-el negro, el amarillo…-,
descubrí que no era
una niña cualquiera,
sino más bien un ángel,
sin alas, es muy cierto,
pero también es cierto
que hay ángeles sin alas,
esos hijos y nietos
-excepcionales ellos-,
que Dios, de cuando en cuando,
envía hasta la Tierra
para darnos un premio.
Y hoy creo firmemente
que esa niña preciosa,
modosita y compuesta,
que recita poesía
con esa vocecita
tan suave como tierna,
es un ángel del cielo
que un día vino a verme
y me dejó prendado
con sola su presencia.
Muchas gracias, mi niña,
y que Dios te conserve
tan bonita y tan tierna,
tan dulce y candorosa,
como ahora te muestras.
José María Hercilla Trilla
El Barco de Ávila, 25 Julio 2009
(De mi libro: "El penúltimo cuaderno")
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