LAS HORAS GRISES (024)
¡Oh, las horas grises...!
Esas horas largas,
de melancolías,
que vienen y pasan
dejando una huella
de desesperanza.
Oh, las horas grises
de las solitarias
tardes invernales,
en que la añoranza
baila en torno nuestro
una zarabanda.
Esas horas grises,
que dejan el alma
sin fuerzas ni bríos;
en que los fantasmas
de los tiempos idos
bailan su macabra
danza en torno nuestro....
¡Se casó la Amada...!
¡Se murió el Amigo...!
¡Nacieron las canas
con los desengaños...!
Y surgen calladas,
sus evocaciones:
Su figura blanca,
con su clasicismo
de virgen pagana;
sus ojos ardientes...,
sus manos nevadas...,
sus labios sensuales,
que parece que hablan...
Y se nota un nudo,
allá en la garganta
y un algo en el pecho,
que nos atenaza...
¡Oh, las horas grises...!
¡Esas horas largas,
de melancolías
y desesperanzas...!
José María Hercilla Trilla
Cañaveral, 1948
(De mi libro: "Canciones de juventud")
jueves, 2 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario