AQUEL LUCERO ( 002)
Muchas veces, cuando de ti me acuerdo,
me asomo a la ventana
y desde ella contemplo aquel lucero
que tanto te gustaba.
Y allí, en silencio, soñando contigo,
bañado en su luz blanca,
tenue..., parece que escucho en la noche
una voz que me llama,
una voz dulce que me habla de amores...,
de dichas pasadas...
Esas noches, cuando de ti me acuerdo,
cuando me duele el alma,
aquel lucero que en la noche brilla,
despierta mis nostalgias,
testigo mudo de la dulce dicha
que entonces me embargaba.
Tal vez aquel lucero solitario,
-bello dije de plata-,
sea el punto de unión, triste y lejano,
donde nuestras miradas
converjan temblorosas en las noches,
venciendo la distancia.
Tal vez aquel lucero rutilante
de luces nacaradas,
refleje de tus ojos los fulgores,
y en esas noches claras,
cuando de ti me acuerdo y lo contemplo,
-bañado en su luz blanca-,
se encuentren nuestras almas en los alto,
chocando enamoradas.
¡Tal vez aquel lucero solitario
sea el broche que ata
en lo alto, ante Dios que nos mira,
tu alma y mi alma!
José María Hercilla Trilla
Cañaveral, 1947
(De mi libro: "Cancioness de Juventud")
miércoles, 29 de julio de 2009
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