EL ULTIMO DIA (006)
Será un día de vívidos colores...
Las aves cantarán sus alegrías
mientras vuelen rozando las antenas
de mi barco ideal.
La sinfonía
magnífica, de concertadas voces,
que emitan los cordajes que sustentan
las velas blancas de mis pensamientos,
tendrá notas inéditas y nuevas.
Las sombras estarán difuminadas
por la esplendente claridad del cielo;
las olas llegarán pausadamente,
lamiendo mi bajel en dulce juego.
En lo alto, brillando refulgente,
alumbrará del Sol el rojo disco,
y a lo lejos, perdido en la distancia,
emergerá del mar un negro risco
con toques de áurea luz en sus picachos,
coronados de águilas reales.
¡Y yo estaré a solas con mi barco,
flotando entre las dos inmensidades!
Arriba, el cielo con sus resplandores;
abajo, el negro abismo, con sus simas
profundas y repletas de misterios
tenebrosos y sus aguas dormidas.
Y yo, a solas, erguido en la cubierta,
la frente alzada con un gesto altivo,
mirando al cielo con alegres ojos,
estaré absorto, contemplando el ritmo
perfecto y eternal de los silencios.
Y entonaré mi canto postrimero,
que brotará potente y soberano,
y en ese canto subirá hasta el cielo
en sublime ascensión, pura y alada,
el alma mía, de ideales llena.
(Será un día de vívidos colores
y cantarán los cielos y la tierra...)
Así quiero morir.
Lejos del mundo.
Mirando frente a frente las inmensas
regiones de los cielos.
Y cantando
con todos mis alientos las postreras
canciones que la Muerte me inspirare.
Erguido en la cubierta de mi barco,
-mi bajel ideal del Pensamiento-,
yo quisiera morir.
¡ Morir cantando !
José María Hercilla Trilla
Badajoz, Cuartel de Menacho, 1947
(De mi libro: "Canciones de juventud")
(Nota: No sé si será masoquismo, pero disfruto
releyendo estas "cosas" que escribí mientras
servía a la Patria, Dios me haya perdonado)
sábado, 25 de julio de 2009
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