PEREGRINANDO (015)
Un rosario de amarguras
desgranaste en mi camino.
Yo era un joven peregrino
que ofrendaba las dulzuras
de mi santa inexperiencia.
En mi vivir no cabía
la grave melancolía,
mi Señora. La impaciencia
por encontrar mi Quimera,
-ese ser que no ha existido-,
hizo que te conociera...
Y ahora marcho solitario,
con el corazón herido
por tu amor, que es mi Calvario.
José María Hercilla Trilla
Cañaveral, 1948
(De mi libro: "Canciones de juventud"
miércoles, 15 de julio de 2009
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