FINGIR (017)
¡Fingir! Siempre fingir...
Ser como una máscara
y vivir nuestra vida
poniendo buena cara
a todo lo que venga,
nos digan o os hagan.
¡Y mostrarnos contentos...!
Tener la carcajada
en los resecos labios
dispuesta y preparada
y reirnos de todo.
Y tragarnos las lágrimas...,
y mordernos los puños
para ahogar nuestra rabia...
Poner cara de risa
mientras nos duele el alma,
para que nadie sepa
el mal que nos embarga;
poner cara de necio
y aguantar las desgracias
encogiendo los hombros
al poner las espaldas.
¡Fingir! ¡Siempre fingir...!
La vida nos lo manda
y la gente lo quiere.
Meditar las palabras
y hablar, -cuando se hable-,
con esas frases vagas
que nunca comprometen
porque no dicen nada.
No decir las verdades
como Dios nos mandara,
pues las verdades duelen
y las gentes se enfadan;
disimular afrentas....,
y tenerlas guardadas
en la memoria, prestas
a tomar la revancha.
Y todo con sonrisas,
con corteses palabras,
llamándonos amigos,
y luego, por la espalda,
clavarnos los puñales
de mezquinas venganzas.
¡Fingir toda la vida!
Tener desconfianza
de todo y de todos;
andar nuestra jornada
sin esperar que nadie
nos brinde una esperanza;
recorrer el camino
en solitaria marcha,
luchando contra el mundo
y ahogando las nostalgias
que puedan asaltarnos-
¡Qué vida más humana...!
Y fingir alegrías...,
y fingir esperanzas...,
y ocultar los pesares...,
y esconder las nostalgias...,
mordiéndonos los labios
al tragarnos las lágrimas.
Y reírnos, imbéciles,
con la risa macabra
de un condenado a muerte.
Que horrible mascarada:
El amor, un engaño;
la amistad, una farsa;
la vida una comedia...
¡Valiente panorama!
(Carnaval todo el año,
como dijera Larra.)
José María Hercilla Trilla
Cañaveral, 1948
(De mi libro: "Canciones de juventud")
lunes, 13 de julio de 2009
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