LAS DUDAS (497) (*)
No me es fácil librarme de las dudas
que me asaltan, molestas, a destiempo.
La duda es una tierra pantanosa,
donde pisas y hundes blandamente,
sin lograr encontrar un suelo firme
en que apoyar los pies y las creencias.
Bien está que dudemos algún tanto,
incluso hasta del prójimo que amamos,
aunque esto no sea lo corriente,
mas lo que no podemos, por sistema,
es dudar de la noche a la mañana,
hasta hacernos –las dudas- imposible
que vivamos en paz y en paz muramos.
Aquello que no logro dejar fuera
del campo de mis dudas invencibles
es la turbia conducta de los hombres
que se llaman políticos, y a veces
no pasan de ser sólo oportunistas,
más atentos a sus gajes y prebendas
(que luchan por hacerlas vitalicias),
que a cuidar los ajenos intereses
que el pueblo, con sus votos, les confía.
Yo quisiera, Señor, que me librases
de las dudas que siento al contemplarles
y ver que se comportan como niños
ignorantes, amén de ineducados.
Tan torpe es su conducta que me inquieta,
haciéndome augurar calamidades
que me tienen en vilo y temeroso.
¡Dios quiera que sea yo quien se equivoque
y mis dudas resulten infundadas!
José María Hercilla Trilla
Salamanca, 14 Diciembre 2005
(De mi Libro: "Haciendo mi camino")
jueves, 22 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario