TODO EL MUNDO ES UN CAMINO (421)
Caminante, no hagas caso
de lo que dice el cantar,
eso de que no hay caminos,
que se hacen al andar.
Caminante, no te pares,
prosigue tu caminar
y deja de preocuparte
si el camino estaba ya
abierto o por el contrario
lo tienes tú que trazar.
Si nada bajo los cielos
nuevo se puede llamar,
lo más probable es que otros,
con su pristino pisar,
hicieran ese camino
que te dispones a andar.
Tú no te pares y sigue,
no te detengas jamás,
ni te preguntes a dónde
el camino llevará.
Si otros pasaron, seguro
que también tú llegarás
e igual que pasarón ellos,
llegarás hasta el final.
Lo que no puedes, amigo,
es detenerte y dudar
en si seguir adelante
o volverte para atrás,
en si dejar el que llevas
y otro nuevo comenzar.
(En la vida el retroceso
o el detenerse a pensar
en tomar otros senderos
equivale a fracasar)
O avanzas en tu camino
o a un lado te apartarán
los que te vienen siguiendo,
aunque ignoren dónde van.
Al fin y al cabo es lo cierto
que todos acabarán
en el punto en que termina
todo humano caminar,
donde todos los senderos
vienen al fin a parar,
caminos que otros hicieron
y que tú vuelves a andar.
Todo el mundo es un camino,
un camino singular,
que arranca de todas partes
y sólo a una parte va.
Tu camino, caminante,
no lo tienes que trazar,
que todo el mundo es camino
y estaba trazado ya,
esperando tu llegada.
Limítate a caminar
por el camino adelante,
sin preocuparte de más.
Cualquier camino que tomes,
cuando llegues al final,
verás como desemboca
donde acaban los demás.
Lo importante es que el camino,
mientras dure el caminar,
lo recorras como un hombre:
Con Dios y contigo en paz.
(Lo de en paz con todo el mundo,
no sé si serás capaz;
no sólo de ti depende;
depende de los demás).
José María Hercilla Trilla
Almuñecar, 10 Septbre 2000
(De mi Libro: "Haciendo mi camino")
martes, 6 de enero de 2009
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