EL AQUÉL Y EL ACULLÁ (483)
Cada edad tiene su aquél,
en su encanto y su verdad.
Lo malo es cuando se llega
a determinada edad
y ya no se tiene nada,
ni el aquél, ni el acullá,
sólo una vaga esperanza,
de vivir un poco más.
Pido a Dios me la conserve,
no me la deje marchar.
¿Hasta cuándo? ¡No lo sé!
Lo que El quiera. ¡El lo dirá!
José María Hercilla Trilla
Salamanca, 3 Julio 2005
(De mi Libro: "Haciendo mi camino")
jueves, 15 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario