ATARDECER (028)
La tarde se moría
con luces de amatista;
un misterioso artista
en los cielos vertía,
de su mejor paleta,
los más bellos colores...
Aromaban las flores
nuestra vaga silueta
de seres errabundos.
Yo buscaba en tus ojos
los arcanos profundos
del incierto Destino,
y besaba tus rojos
labios, que en mi camino
se cruzaron un día,
brindándome dulzura
y ahogando la amargura
de mi vida vacía.
Una ingrávida calma
flotaba en el ambiente;
sollozaba una fuente;
en el fondo del alma
lentamente nacía,
sutil y tenue, una
vaga melancolía...
¡Y en tu pálida frente
te besaba la Luna
con un beso silente...!
José María Hercilla Trilla
Cañaveral, 1948
(De mi Libro: "Canciones de juventud")
sábado, 27 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario