AL ESTE, MENORCA (475)
Al Este, sí, por donde el sol se muestra
y emerge de la mar, como un regalo
de Dios que se me dio sin merecerlo,
velada entre neblinas transparentes,
Menorca es manantial de donde nacen
los más bellos recuerdos de mi vida.
Aquellos verdes años transcurridos
en la blanca y azul cara roqueta
hubiéranme bastado, sin dudarlo,
para gozar del cupo de ventura
que a todos los mortales nos es dado.
Con sólo tu recuerdo me sería
posible revivir mi primavera,
aquella prodigiosa edad de oro
que gusto de evocar cuando al ocaso
mis pasos perezosos se encaminan
en forzosa arribada ineluctable
Del resto de mi archivo, mi memoria,
podría deshacer las ataduras
y dejar solamente en mi recuerdo
aquellos de raíces menorquinas,
distantes en el tiempo, pero siempre
sirviéndome de faro en la derrota.
Si no corro a tu encuentro, no lo dudes,
es por miedo a quebrar el dulce hechizo
que liga tu existencia a mi recuerdo;
por el mismo temor que nos impide
encontrar otra vez a quien amamos
cuando sólo contábamos tres lustros,
con un amor tan puro y tan intenso
como puede sentirlo sólo un niño.
No sé si volveré –lo veo difícil-
a pisar mi roqueta menorquina.
Los años se acumulan y entorpecen,
si no la inteligencia, sí las piernas,
y se nota que el mundo se distancia
y se aleja de ti, como queriendo
volverse inasequible a tus deseos,
tal vez por ignorar ese profundo
sentimiento de amor que le profesas.
Cual pasa entre personas que se aman,
siempre hay una que ama más que otra,
y es más feliz aquélla que más ama;
Por eso yo me siento doblemente
Feliz en la distancia, convencido
De que mi amor me basta y satisface
A colmar de recuerdos tus ausencias.
José María Hercilla Trilla
Salamanca, 14 Enero 2004
(De mi Libro: "Canciones menorquinas")
sábado, 25 de abril de 2009
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