DESPEDIDA (415)
¡Adiós, Extremadura!
Voy llegando a la meta
y es bueno despedirse
cuando aún la cabeza
parece que me rige,
(aunque esté medio hueca).
No he podido olvidarte
en mis años de ausencia,
y siempre te he tenido
presente, cual si fueras
la Tierra Prometida
con la que el hombre sueña,
esperando algún día
poder de nuevo verla.
Perdida la esperanza,
ya próxima la fecha
de emprender la partida
sin retorno ni vuelta,
me hubiera complacido
regresar a mi tierra,
aunque tan sólo fuese
para morir en ella,
y allí, junto a El Arquillo,
del monte en la ladera,
dormir el sueño eterno
oyendo mis colmenas.
Mi corazón, abono
del campo en primavera,
en flores germinado,
daría a las abejas
el néctar de sus mieles,
lo suave de su cera.
José María Hercilla Trilla
Salamanca, 10 Abril 2000
(De mi Libro: "Canciones extremeñas")
lunes, 6 de abril de 2009
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