EL NAVIO VARADO (075)
En la parda meseta castellana,
oteando horizontes polvorientos,
soy un viejo navío embarrancado,
batido por la vida y por los vientos.
Las velas de mi nave, desgarradas,
se agitan y tremolan sibilantes;
la rueda del timón hoy yace rota
y no fija mi rumbo, como antes.
Las jarcias se estremecen en el aire,
soñando singladuras en bonanza;
y este casco, varado, envejecido,
a la vida se aferra, en la esperanza
de sentir algún día el chapoteo
de la mar en su amura deslucida,
y sueña en galopar sobre las olas
como un raudo corcel, suelta la brida,
y clavar su bauprés en las espumas,
y al viento desplegar toda su vela,
-las gavias, las mayores y los foques-,
y sentir sobre el mar cómo se vuela...
¡Viejo casco, comido por la broma,
añorante de mar y de salinas,
cuya proa cortó las limpias aguas
de las calas y playas menorquinas!
Viejo casco, que yaces encallado
sobre el duro granito de Castilla...
¡Ese mar que tú amas y que añoras,
no volverá a besar tu grácil quilla!
José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 2 Abril 1980
(De mi Libro: "Canciones menorquinas" )
martes, 14 de abril de 2009
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