MI INFANCIA (063)
-I-
Mi infancia se diluye y difumina
en un blanco horizonte de recuerdos
donde todo es Azul, Azul y Blanco,
un Blanco que impoluto vence al tiempo.
Mi infancia fue una Isla, fue Menorca,
la Roqueta batida por los vientos
tramontanos llegados desde el Norte,
que abaten el "ullastre" verdinegro
y silban a las piedras milenarias
de las Taulas, del Talayot inmenso,
el chiflo de un fabiol que se obstinara
en doblar ante sí todo lo enhiesto.
Mi infancia fue un vergel de luz y de colores,
un navegar feliz por el más bello puerto
que pudiera soñar la mente marinera
de un niño soñador y aventurero,
a quién la vida nada le negara,
quizá sin merecerlo.
-II-
Mi infancia la recuerdo
estrechamente unida
a la Menorca blanca,
inmaculada y limpia,
bañada por el agua
azul y cristalina
de un mar maravilloso,
en el que el sol se irisa.
Mi niñez fue el retazo
más hermoso de vida
que pudiera soñarse,
donde toda alegría
tuvo cabal asiento,
donde todo fue dicha
perfecta y acabada,
y amor..., y fantasía...
Mi infancia fue Menorca,
la Roqueta tranquila
donde pasé los años
más bellos de mi vida.
¡Cuántas veces recuerdo
aquellos dulces días
en que, ágil marinero,
yo surcaba las tibias
y transparentes aguas
de sus calas, a orillas
de aquel hermoso puerto
en el que yo crecía!
Aunque tú no lo sepas,
Roqueta menorquina,
tu recuerdo ha servido
para endulzar los días
de mis años adultos,
con su melancolía.
Has sido como un sueño
mimado noche y día;
una obsesión sublime,
un culto..., una manía...
Yo no sé lo que has sido,
-culto o idolatría-,
mas lo cierto es, -Menorca
Azul, y Blanca, y Limpia-,
que has sido lo más bello
que me brindó la vida.
José María Hercilla Trilla
Avila, 18 Agosto 1978
(De mi Libro: "Canciones menorquinas")
lunes, 13 de abril de 2009
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