EL MAYOR PECADO (414)
Si me preguntas tú, que cuál de todos
los pecados del hombre es más nocivo,
habré de responderte que ninguno
supera al que comete de continuo
el hombre rencoroso que no olvida
aquello que estimó como lesivo,
y lo tiene presente noche y día,
sin poderle otorgar perdón y olvido.
Dios te libre del hombre rencoroso,
devoto de sus odios, renacidos
con el sol cotidiano que le alumbra,
prestando a su rencor un nuevo brío.
¡Qué bello es perdonar a nuestro Hermano,
-imperfecto cual todos los nacidos-,
y olvidar sus ofensas, como manda
a todos los mortales, Jesucristo!
Si El supo perdonar en el Calvario
a los torpes sayones y asesinos
que en la Cruz le clavaron, ¿por qué entonces
su ejemplo nos negamos a seguirlo,
y empeñados en cultivar rencores
la vida tontamente consumimos?
Si tienes una vida, sólo una,
procúrala vivir en paz contigo,
y olvida la ofensas recibidas
y ama a los demás como a ti mismo.
Es muy corta la vida para andarse
hurgando las heridas de continuo,
sobre todo sin detenido examen,
-un momento de calma en tu camino-,
para ver si el culpable es sólo el otro,
o un tanto de la culpa va contigo.
Cuando ya no me queda mucho tiempo
de gozar de la vida, te suplico
que olvides tus rencores. No compensa
considerar a nadie tu enemigo,
y muy especialmente cuando eso
tú sabes que no es cierto, ni lo ha sido.
José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Salamanca, 22 Febrero 2000
(De mi Libro: "Canciones del Hermano")
jueves, 16 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario