CAMINANTE (345)
Caminante que a mí llegas,
si vinieres como amigo,
la puerta tienes abierta,
en esta casa cobijo,
y un rincón donde sentarte
al pie del fuego encendido.
Comerás del pan que como
y beberás de mi vino;
te repondrás del cansancio
y calentarás tu frío;
y cuando, ya satisfecho,
reemprendas el camino,
ni las gracias has de darme
pues no las he merecido.
Espero que me bendigas,
igual que yo te bendigo
en este mismo momento,
cuando en mi casa te admito
sin indagar en tu origen
o averiguar tu destino,
pues de ti sólo me importa
poder cumplir lo que dijo
a los hombres cierto día
el Hijo de Dios, el Cristo,
de que debían amarse
-cual se aman a sí mismos-
todos los hombres, hermanos,
por ser de Dios todos hijos.
José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Barco de Avila, 28 Octubre 1998
(De mi Libro: "Canciones del Hermano")
martes, 14 de octubre de 2008
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