SOY TAN SÓLO UNA PIEZA (189)
Soy tan sólo una pieza, quizá la más pequeña,
de este mundo complejo
que gira ciegamente y en sus dentadas ruedas
va triturando el tiempo.
En mi vida tranquila, se repiten los días
y todos mis momentos
están cronometrados, sin dar lugar a extraños
o imprevistos sucesos.
Me levanto a las nueve; acudo a mi despacho
trabajo lo que debo.
Automáticamente, -sin variar ni un minuto-,
a las dos, ya me encuentro
sentado entre los míos, con el plato delante
y en la mano el cubierto.
Hasta las tres y media, al runrún de la tele,
me sumo en dulce sueño,
en el que me refugio escapando de un mundo
aburrido y pequeño.
A las cuatro, trabajo; me guste o no me guste.
(No tengo más remedio)
Y a eso de las ocho, los códigos recojo,
y a mi casa me vuelvo;
me sirvo una bebida; cojo un libro cualquiera,
-de Historia los prefiero-,
y leo despacioso las cosas que pasaron
en los lejanos tiempos,
comprobando que siempre, entonces como ahora,
los hombres nos movemos
bajo iguales impulsos y somos animales
poco dignos de ejemplo.
Después de haber cenado aquello que me dejan
y el médico ha dispuesto,
escucho las noticias en esa «teletonta»
que todos padecemos;
y cuando dan las doce, a la cama me marcho
y en paz con Dios, me acuesto.
Y un día y otro día, repito este aburrido
isócrono trayecto,
como si fuera un burro que da vueltas y vueltas
en la noria del tiempo.
¿Será vivir lo que hago, o será simplemente
un irme desviviendo?
¿O acaso esté soñando que vivo todavía,
después de haberme muerto?
Sin embargo, me inclino a creer que estoy vivo
porque sé que te quiero,
y porque, en la alta noche, al quedarme dormido,
algunas veces sueño.
José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 6 Mayo 1988
(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")
jueves, 23 de octubre de 2008
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