EL SONETO (212)
El soneto redondo que persigo,
se me escapa y evade de tal guisa,
que me fuerza, sin pausas y sin prisa,
a su acoso hasta ver si lo consigo.
Si eres mi lector y caro amigo,
y no tomas mi esfuerzo muy a risa,
ya sabrás que el poeta no improvisa
y tiene que sembrar para dar trigo.
En las horas calladas de la noche,
buscando el consonante que le abroche
el cuarteto rebelde que se niega,
o en las horas del día, cavilosas,
su vida se convierte en dura brega
para hacernos las nuestras más hermosas.
José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 8 Agosto 1989
(De mi libro: "Del estilo y de las formas")
sábado, 1 de agosto de 2009
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