RIO TORMES (143)
- I -
Apenas ha brotado de su fuente,
-entraña de un helero cristalino-,
se desboca siguiendo su destino
que al Duero le conduce ciegamente.
Saltarín, musical y transparente,
aromado de espliegos y de pino,
a su paso por Hoyos del Espino,
el Tormes se despeña raudamente.
En sus aguas, la prodigiosa trucha
se opone a la corriente en tenaz lucha,
en busca del mosquito volandero;
o en las sombras se queda aletargada,
esperando que pase el forastero
pescador, con su caña y su lanzada.
- II -
El Tormes, más sereno y apacible,
se remansa en El Barco, bajo el puente,
desde cuyo pretil la buena gente,
asombrada, contempla el indecible
paisaje montañoso, indescriptible,
que sirve de remate a la riente
estampa de Las Hoyas, cuyo frente
es freno de su curso incoercible.
Impoluto, se aleja de El Barquillo
y se adentra sumiso en Salamanca
que el cristal de sus aguas contamina,
y cruza por Ledesma sin el brillo
que en Gredos le prestó la nieve blanca,
convertido en cloaca salmantina.
José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Junio 1986
(De mi Libro: "Canciones abulenses")
martes, 12 de mayo de 2009
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