EN EL PASEO DEL RASTRO (129)
En El Rastro, al abrigo
de la Muralla,
se pasean las gentes
privilegiadas.
Del cierzo protegidos
por la solana,
se pasean los viejos
en las mañanas,
recordando sus triunfos
y sus batallas,
y aquellos años mozos
de sus hazañas,
cuando por sus arterias
la sangre brava
batía presurosa
con las zagalas.
Para cobrar aliento
-si acaso falla-
en el pretil se apoyan,
y el panorama
contemplan abstraídos,
en tanto vaga
su espíritu alumbrado
por la nostalgia.
En El Rastro, al abrigo
de la Muralla,
todos los jubilados
las horas pasan,
disfrutando del ocio,
charla que charla,
sobre si las pensiones
están muy bajas,
o lo mucho que cuesta
poder cobrarlas,
y comentan del mundo
lo mal que anda,
hasta que cada uno
se va a su casa,
buscando las sopitas
y la companga.
En El Rastro, al abrigo
de la Muralla,
si Dios me lo permite
y el cuerpo aguanta,
yo quisiera algún día
tener mi plaza,
para con mis amigos,
-en la solana-,
calentarme los huesos
en paz y en calma.
José María Hercilla Trilla
Avila, 2 Febrero 1986
(De mi Libro: "Canciones abulenses")
jueves, 7 de mayo de 2009
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