TARDE DE NIEVE (071)
En esta tarde fría, en que la nieve,
azotada y batida por el viento,
se desploma en oblicuos torbellinos,
me refugio al amor de mi brasero
y dejo que las horas se deslicen
blandamente, en un grato silencio,
mientras fumo mi pipa favorita,
-una vieja raíz de duro brezo-,
con un libro cualquiera entre las manos,
que me brinda su paz y su sosiego,
y apuro a breves sorbos una copa
de un vino de El Pedroso, que aún conservo.
Buen vino, buen tabaco, y un buen libro;
un sillón, con las huellas de mi cuerpo
marcadas por el uso y por los años,
y una mesa camilla con brasero.
¿Qué más puedo pedir en esta tarde
hermosamente triste del invierno,
en que la nieve se revuelve airada
y bate mi ventana el rudo viento?
El humo del tabaco se retuerce
en azules volutas hacia el techo,
arrastrando consigo algunas veces
algún inoportuno pensamiento
que surge de la plácida lectura...,
o del vino, que poco a poco bebo.
(Es mejor no pensar demasiado)
El fuerte aroma del tabaco negro,
encendido en la negra cazoleta,
invade densamente mi aposento,
y en esta dulce calma campesina
que me embarga, se va pasando el tiempo
sin despertar envidias en las gentes,
sin albergar envidias en mi pecho,
tratando de pasar inadvertido,
gozando de mi paz y mi silencio,
con mis libros, mi vino y mi tabaco,
mi sillón, mi camilla y mi brasero.
En la calle y los campos cae la nieve,
obstinada y batida por el cierzo...
José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 17 Marzo 1979
(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")
jueves, 20 de noviembre de 2008
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