SAN JUAN DE LA CRUZ (226)
El SANTO, diminuto y peregrino,
seguidor del buen Dios y de Teresa,
en sus versos de amor se nos confiesa
viva llama de amor que arde sin tino.
(Son sus versos de amor, dorado vino,
opíparo banquete, rica mesa,
surtidor cantarino que no cesa,
y faro alumbrador en el camino.)
Discurriendo allá por los oteros
de Medina del Campo y Fontiveros,
de Úbeda, -jiennense galanura-,
los versos desprendidos de su boca,
los campos que pisaba, -tierra o roca-,
vestidos los dejaba de hermosura.
José Maria Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Ávila, 21 Enero 1991
(De mi Libro: “Itinerario sentimental.-
Canciones abulenses”)
viernes, 2 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Sólo quería dejar constancia de que he pasado por aquí.
Un saludo desde Menorca.
Publicar un comentario