sábado, 16 de enero de 2010

SEXTA JORNADA

SEXTA JORNADA


- I -


José María Codón,
de Castilla y de León

el más antiguo Decano;
leonés y castellano,

cuya probada hidalguía
se revalida este día,

en esta Sexta Jornada
por todos tan esperada,

pues venir a Burgos es
convertirse en burgalés;

que Burgos es maravilla
de aquesta vieja Castilla

donde todo es monumento,
torres alzadas al viento

de esta hermosa Catedral,
un prodigio mineral

que el corazón te cautiva,
y que jamás, mientras viva,

podré arrancar de mis ojos,
pues tus piedras son antojos

grabados en mis retinas
por unas manos divinas;

y esa Capilla notable
donde duerme el Condestable

con la que fuera su esposa,
dama aguerrida y fermosa,

en augusto dormitorio
más que en lecho mortuorio,

que mis envidias concita
y a echarme a su lado invita,

seguro de que en el Cielo
no tendré mayor consuelo

ni encontraré más belleza,
más sosiego y más riqueza

que atesora esta Capilla,
de esta querida Castilla

que el Arlanzón riega y baña,
la mejor joya de España.



- II -

JOSE MARIA CODON,
nuestro querido anfitrión,

compañero y siempre amigo,
quisiera brindar contigo

y ofrecerte en este día
un poco de poesía

que el corazón me rebosa.
Ya sé que es muy poca cosa

y de no mucho valor,
pero no soy portador

de otra cosa que más valga,
ni de más dentro me salga,

que estos versos, donde quiero
brindar por el Caballero

DON JOSE MARIA CODON,
por CASTILLA y por LEON.


José María Hercilla Trilla
Burgos, 10 Septiembre 1988

lunes, 11 de enero de 2010

EN LA QUINTA JORNADA, EN PALENCIA

EN LA QUINTA JORNADA

(Ya se decía en la anterior, que estas "cplas"
se hicieron con motivo de unas jornadas prepa-
rativas, de los Colegios de Abogados de Castilla
y León, para un Congreso General de la Abogacía,
a celebrar en Palma de Mallorca el año siguiente)


Mis muy queridos amigos
de estas Juntas de Gobierno
regidoras del destino
de los Ilustres Colegios
de Abogados.... y Abogadas,
que de todo hay en el cesto.

Quisiera manifestaros
que me encuentro muy contento
de ver como las ponencias
van por sus pasos concretos,
se desarrollan felices
como en galante torneo,
sin palabras malsonantes
que te hagan fruncir el ceño,
y en un ambiente tan grato
que pudiera ser ejemplo
para esos Diputados
que riñen en el Congreso
o a cerriles Concejales
de tantos Ayuntamientos.

Aquí no se ofende a nadie
y aunque con cálido verbo
se sostienen opiniones
desde puntos contrapuestos,
a todos se les escucha
y se les tiene respeto,
y al final de las sesiones
se logra feliz consenso.

Por eso digo y repito
que me siento satisfecho
de sentarme entre vosotros,
que sois unos caballeros.

(Que Doña Carmen, Decana
del Ilustre de Toledo,
torne esto en femenino
y sepa aplicarse el cuento,
pues si caballeros dije,
digo Damas por entero.)

- I -

En Salamanca estuvimos
y allí se marcó el comienzo
de estas Jornadas que son
y serán el fundamento
de los principios que rijan
en Palma, cuando el Congreso
se celebre, si Dios quiere,
en el año venidero.

De Salamanca no hablo,
pues de todos es ejemplo
y, como dijo Cervantes,
cuantos en ella vivieron
y gozaron sus delicias,
quisieran volver de nuevo.


- II -

En la ciudad Abulense
tuvimos segundo encuentro,
con ponencias sobre asuntos
tan absurdos y molestos
como los Turnos de Oficio
y el no menos puñetero
de asistencia al detenido
que pide el auxilio nuestro.

Avila, noble Ciudad,
la más cercana del cielo,
rodeada de murallas,
cuyas puertas se os abrieron
y se os entregó gozosa,
orgullosa de teneros
aquel día entre nosotros...,
y no sigo, pues no debo,
por modestia, molestaros
alabando lo que quiero.


- III -

En Valladolid volvimos
a encontranos, y allí mesmo
se trató del espinoso
y muy difícil comienzo
de los jóvenes que acaban
la carrera, y al Colegio
se incorporan, presurosos,
creyéndose ya dispuestos
para evacuar mil consultas
sobre mil temas diversos,
e incluso para llevar
y ganar todos los pleitos,
sin saber, los muy cuitados,
lo muy difícil que es eso,
pues la Ley es mar sin fondo
donde se naufraga presto,
y aunque se sepa nadar
el agua te llega al cuello.

Son precisas pasantías
o el formarse en algún Centro,
o ser un superdotado...,
(que dicen que puede haberlos).

Las ponencias discutidas
felizmente discurrieron,

mas al votarse si era
necesario o de provecho
el examen del pasante
al final del «pasanteo»,
por un problema de votos
en que algunos se volvieron
atrás de lo que pensaron
y a su Decano dijeron,
la ponencia se fue a pique
en este punto concreto.

(Y pido perdón a todos
los que se sientan molestos,
pues con «ánimus iocandi»
estos ripios fueron hechos,
sin pretender otra cosa
que ser entretenimiento.)


- IV -

En León recientemente
tuvimos el Cuarto encuentro,
en el espléndido marco
de un antiguo Monasterio
que es una auténtica joya
de otros siglos y otros tiempos,
cuando los frailes vivían
mejor que Dios en los cielos.

(En vez de ser Abogado,
yo me cambiara por ellos,
y cambiara mi pisito
por los amplios aposentos
donde ocupaban sus ocios
entre estudios y entre rezos,
con la mesa guarnecida
y siempre dispuesto el lecho,
diz que olvidados del mundo...,
pues el cielo tenían dentro.)

En León, como decimos
y volvamos a lo nuestro,
se trató del Abogado,
su compromiso y su puesto
en la Sociedad, y cómo
ante los demás debemos
comportarnos para ser
acreedores del respeto
que estimamos que nos deben
los demás: Estado y Pueblo.

Todo marchó sobre ruedas
y la Jornada fue un éxito
del que se puede sentir
orgulloso ese Colegio.

(No podía fracasar
en un "Marcos" tan excelso...)

- V -

Hoy estamos en Palencia,
tratando, en el Quinto encuentro,
los problemas derivados
de ese mal funcionamiento
que la Justicia española
arrastra desde muy lejos,
y que motiva que alguno,
-a un Alcalde me refiero,
jerezano por más señas-,
la tache de «cachondeo»
cuando debiera de ser
de este mundo lo más serio,
pues administrar Justicia
es tal vez lo más excelso
que puedan hacer los hombres
bajo la capa del cielo.

Poco puedo comentar,
Daniel Ibañez Espeso,
de esta ponencia, pues antes
de celebrarla están hechos
estos ripios que escucháis,
hasta ahora tan atentos,
y que de alargarme más
muy mucho me voy temiendo
que os canséis y cuerdamente
me gritéis un «vete al cuerno»,
sin que yo pueda ofenderme
pues tal vez me lo merezco.

Así pues, amigos míos,
en este mismo momento
corto el latoso discurso
con el que os estoy ... moliendo,
y os presento mis excusas
por mi abuso deshonesto,
al tiempo que os digo a todos
que me gustaría veros
en Burgos, donde tendrá
lugar nuestro Sexto encuentro.


José María Hercilla Trilla
Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Ávila
Palencia, 23 Julio 1988

sábado, 2 de enero de 2010

LA JUSTICIA GRATUITA

LA JUSTICIA GRATUITA

(Pronunciada ante una reunión de Decanos,
celebrada en Ávila, para entretener la sobremesa)

Amigos, compañeros, - os doy la bienvenida
a esta Ciudad, que eleva
a los cielos azules - los cubos desafiantes
de sus altas almenas.

Espero que esta breve - estancia entre nosotros
os sea placentera
y guardéis, al marcharos, - un recuerdo agradable
de la abulense tierra
que os acoge gozosa - y se siente, al teneros
con nosotros, contenta.

Estas altas murallas, - testigos de otros tiempos,
otras gentes y gestas,
complacidas os abren, -porque os saben amigos,
de par en par las puertas
y os muestran sus encantos, - para que vuestros ojos
queden presos en ellas.

Recordad con nostalgia - esta breve jornada
y tened la certeza
de que al marcharos hoy, - dejáis entre nosotros
clara memoria vuestra.

Mi sangre castellana, - soriana y salmantina,
se me revuelve inquieta
y orgullosa de veros - hermanados a todos
en torno de esta mesa,
sin hacer distinciones - en si somos leoneses
o si somos de Cuenca.

Somos todos hermanos - porque todos nacimos
en esta dura tierra
que llamamos España, - formada por Castilla,
por León, por Valencia,
Navarra, Extremadura, - Cantabria y La Rioja,
por Galicia la meiga,
Asturias y Vasconia, - la dulce Andalucía,
Cataluña opulenta,
por Aragón, por Murcia, - por La Mancha, que tiene
cervantinas esencias;
y no quiero olvidarme - de esa España con nombre
de Melilla y de Ceuta;
ni de las tres provincias - que integran el conjunto
con sus Islas risueñas.

No sé si esta jornada - os habrá satisfecho,
ni si esta ponencia
sobre temas tan arduos - como el turno de oficio
y aquel de la asistencia
debida al detenido, - habrán contribuido
a esclarecer la inmensa
complejidad que tienen - los dos turnos citados,
en lo que se entremezclan
justicia y demagogia, - y en los que nos han dado
bailar con la más fea.

Yo veo muy difícil - encontrar soluciones
a estos graves problemas,
puesto que no nos basta - convencer al Ministro
de Justicia, Ledesma,
si no hemos convencido - previamente a Solchaga,
que dispone en Hacienda.

Y es de todos sabido - que, lo mismo en España
que en la China o en Persia,
el que manda en el mundo - es aquel que el dinero
a su antojo maneja.

Y conste claramente, - y quede por escrito,
que no hay malevolencia
contra el Señor Solchaga, - y menos todavía
contra el Señor Ledesma.

Estas cosas suceden - con todos los Gobiernos
de todas las creencias,
y han sucedido siempre, - en todas las Edades,
antiguas y modernas.

El hacer caridades, - contando para ello
con las bolsas ajenas,
es algo tan corriente - que a nadie le sorprende
tan sucia corruptela,
y mientras haya tontos - que soporten el peso
y lleven la defensa
gratuita de las gentes - que litigar pretenden
sin gastar una perra,
el Gobierno, callado,, - marchará tan a gusto....,
porque no hacemos huelga.

Y que os conste igualmente - que esta perorata
no os sirva para hacerla,
pues nunca he sido amigo, - para arreglar las cosas,
del uso de la fuerza.

Yo soy hombre tranquilo, - escéptico-anarquista
si queréis, por más señas,
pero amigo del orden, - aunque algunos creáis
ser esto incongruencia.

Y dentro de ese orden, - hablando como amigos
en torno de una mesa,
es como debe darse - solución honorable
a este viejo problema
de que siempre seamos - nosotros los paganos
de gratuitas defensas.

(Si en muchas ocasiones - no se llega a un acuerdo,
quizás ello se deba
a que la mesa usada - no tenga buenos vinos
y una carta selecta,
pues es harto sabido - que con buenos manjares
se adormecen las fieras,
y hasta el hombre más bruto, - aunque sea Ministro,
evita las peleas
y se encuentra dispuesto - a transigir, a cambio
de disfrutar la siesta.)

Lo malo de este asunto - es que quiénes nos mandan
están hartos de cenas
y no admiten que nadie - influya en sus criterios
con presiones externas.


¡Ellos tienen, amigos, - la Verdad Absoluta!
Ahí radica el problema.

Esperemos que un día - podamos convencerles,
ya sea con ponencias,
ya sea con razones - tan claras y evidentes
cual quieren ser las nuestras,
de que está muy errados - y que hay leyes injustas
y que hay normas funestas.

La Justicia gratuita, - o es gratuita del todo
o es sólo una entelequia.

Que los Jueces no cobren - en los juicios de oficio
al dictar sus sentencias;
ni cobren los Fiscales, - o cobren cual nosotros
una puerca miseria.

Mas pretender que sólo - los Abogados carguen
con esa carga inmensa
de los Turnos de Oficio, - es mofa intolerable
e imperdonable ofensa.
Aquello que Pacheco, - alcalde jerezano,
un buen día dijera
respecto a la Justicia, - yo suscribo igualmente
respecto a la defensa
gratuita que sufrimos - y a la del detenido
obligada asistencia.

Ya es mucho cachondeo - y zafia demagogia
tanta falsa pobreza...

Y a este paso, aseguro - que los únicos pobres,
la absoluta miseria,
será la que tengamos - aquellos que ejercemos
esta noble carrera,
pues todo ciudadano - reclama un Abogado,
y con tal exigencia,
como quien pide un vino - en oficial banquete,
que es gratis y no cuesta.

¡Yo quiero un Abogado! - Así dicen las gentes,
y con tal insolencia
que te mueven a veces, - en vez de a defenderlos,
a pedir su condena.

Y es que todos sabemos - que se estima muy poco
aquello que no cuesta.

Dadnos, Dios, esperanza - para seguir luchando
por esta clase nuestra,
sufrida y sosegada, - que cruza por el mundo
con esta cruz a cuestas
para que el mundo entero, - a costa de nosotros,
en la Justicia crea.

Perdonad, mis amigos, - que de pasión cegado,
con esta verborrea
os haya estropeado, - sin haberlo querido,
la grata sobremesa.

Os agradezco a todos - y muy sinceramente
vuestra grata presencia,
la labor que habéis hecho - al trabajar unidos
en la dura tarea
de sacar conclusiones - que sirvan para algo
de esta ingrata ponencia,
y espero que muy pronto - volvamos a reunirnos,
allí dónde Dios quiera,
para tener el gusto - de veros nuevamente,
mis queridos colegas,
y hablar de nuestras cosas - y de cómo arreglamos
tan variados problemas.


Perdonad este rollo - y usad para conmigo
toda vuestra indulgencia.

¡A todos, un abrazo, - y mis mejores votos
por vuestra dicha eterna!



José María Hercilla Trilla
Decano de este I. Colegio
Avila, 4 de Junio de 1988