sábado, 29 de noviembre de 2008

251 - CUANDO LLEGUE LA HORA

CUANDO LLEGUE LA HORA (251)



Cuando llegue la hora inesquivable y cierta,
quisiera sublimarme en un breve segundo,
sin enterarme de ello; desvanecerme tenue,
como un sutil aroma expandido en el aire,
con un olor a limpio, con un olor a rosas;
morir sin dejar rastros de corpórea materia,
miserable vestigio de carne miserable;
ni tan siquiera aquella de cinerario polvo
accesible a los vientos, forjado entre las llamas
de funerario horno.

Quisiera en ese trance
final e ineludible, donde se agota el plazo
de esta precaria vida, dejar de ser del todo,
morir sin dejar restos, sublimándome al punto
en un dulce recuerdo en la mente de aquellos
a los que tanto quise, y me quisieron tanto...,
quizá sin merecerlo. ¡Por soñar, que no quede…!


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 2 Abril 1992


(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

viernes, 28 de noviembre de 2008

238 - HAY DÍAS QUE ME ENCUENTRO ....

HAY DIAS QUE ME ENCUENTRO... (238)



Hay días que me encuentro tan valiente,
en paz con Dios, conmigo y con los hombres;
sin dolores que crispen mi semblante,
ni dudas que mi espíritu torturen;
sin miedos al futuro y sus sorpresas,
ni a presagios surgidos en las sombras;
me encuentro tan a gusto en este mundo,
tan bien incardinado, -como dicen
aquellos que alardean de leídos-;
me siento tan feliz por todo cuanto
me ha sido concedido y me rodea,
que debo confesar forzosamente,
al ver que no merezco tal fortuna,
que esos días de dicha inenarrable
los vivo con temor de estar pecando,
cual si fueran robados a otros hombres
con méritos mayores a los míos...

¡Dios quiera perdonarme esos momentos
dichosos e inefables que su Gracia
inexplicablemente me concede,
la voraz fruición con que los gozo,
alejado del mundo y sus problemas!


José María Hercilla Trilla
Avila, 16 Septiembre 1991

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

jueves, 27 de noviembre de 2008

235 - VIVIR ES UNA EMPRESA ...

VIVIR ES UNA EMPRESA... (235)



Vivir es una empresa, condenada
al fracaso inevitablemente;
es luchar contra el tiempo que inclemente
te lleva inexorable hacia la nada.

Es querer prolongar una jornada
que se va sin sentirla, fugazmente,
y notar que oscurece raudamente
sin saber si ha de haber otra alborada.

Y es también un afán por superarte,
por darte a los demás, por entregarte
vertiendo en los demás tu poesía;

es un querer vivir con el anhelo
de apurar el amor día tras día,
haciendo de la tierra nuestro cielo.


José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 27 Agosto 1991

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

miércoles, 26 de noviembre de 2008

229 - JUBILACIÓN

JUBILACION (229)

(Aviso al lector: Fué escrita hace 17 años)

Casi sin darme cuenta, he llegado
a cruzar en silencio esta frontera
y a meterme de lleno en la tercera
etapa de mi vida, JUBILADO.

Y no es cosa de risa. Por un lado
la vida se me fue, a la carrera;
y por otro, el tiempo que me espera,
se me irá mucho más apresurado.

Mas no es cosa de dar en la tristeza.
Debemos disfrutar con alegría
la llegada gloriosa de este día
en que un tramo se acaba y otro empieza;

y vivir este tramo alegremente,
sin horarios, agobios, ni premura,
y este tiempo gozar mientras nos dura,
dando gracias a Dios omnipotente.

Ya soy libre por fin, cual yo quería.
El corazón es joven; ilusiones
jamás han de faltar si en ello pones
empeño decidido y energía.

¡Tantos son los proyectos que he forjado...!
Es tanto lo que ignoro, y lo que quiero
conocer sin demora..., que prefiero
silenciar mi futuro ilusionado.

Tiempo me ha de faltar para que pueda
pensar en aburrirme por ocioso;
nada hay tan ameno y tan hermoso
cual seguir ocupado lo que queda,

mucho o poco, el tiempo que Dios quiera,
pues tengo desde siempre muy sabido
que esta vida no es mía, que me ha sido
dejada en usufructo hasta que muera.

Y debo de llenarla totalmente,
sin dejar que se pierda un sólo día,
y evitar sumergirme en la agonía
del que espera y espera inútilmente.

Doy comienzo, como un recién nacido,
a esta tercera etapa de mi vida,
a pisar esta Tierra Prometida,
donde arriba tan sólo el elegido

a quien Dios le permite la llegada
en prueba de su amor y su clemencia,
y tengo por muy firme la creencia,
que esa prueba de amor me ha sido dada.

A todos mis amigos, yo quisiera
poder agradecer sus atenciones,
al tiempo que les pido mil perdones,
por si en algo faltado les hubiera.

Gracias, pues, mis amigos muy queridos,
por tan larga y tan grata convivencia,
por haberme tolerado con paciencia
mis errores y faltas cometidos.

No os digo «Adiós», sino «Hasta luego», dado
que todos llegaréis hasta este punto,
y a todos, para entonces os apunto
y espero en el Hogar del Jubilado.

José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Abril 1991

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

martes, 25 de noviembre de 2008

221 - NO FUÍ EN MIS ALBORES ...

NO FUI, EN MIS ALBORES... (221)



No fui, en mis albores, apenas otra cosa

que un diminuto cuerpo;

al llegar a esa edad en que ya se razona,

fui cuerpo y fui cerebro;

después de algunos años, al crecer y ser hombre,

yo fui yo y mis proyectos;

al cabo de los lustros, tras mucho haber vivido,

ya soy yo y mis recuerdos...


(El día de mañana, enamorado polvo

vibrando en el silencio.)


José María Hercilla Trilla
Avila, 15 Mayo 1990

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

lunes, 24 de noviembre de 2008

218 - ¡QUÉ ES EL TIEMPO, SEÑOR....?

¿QUÉ ES EL TIEMPO, SEÑOR...? (218)

(Leyendo a Nietzsche)


Es tan poco, Señor, lo que he logrado
aprender con los años y el estudio,
que inclino avergonzado la cabeza
y confieso contrito la ignorancia
supina que me abruma y acongoja.

¡Son tantas las preguntas que me hago,
-sin hallar casi nunca las respuestas-,
en mis horas de insomnio, interminables...!

¿Qué es el tiempo, Señor?, digo y pregunto,
pues el tiempo es una de las cosas
que obsesionan mi mente enfebrecida,
sin acertar, ni aún remotamente,
a poder definirlo o entenderlo.

¿Es algo divisible, que permite
trocearlo, como si fuera queso,
o marcarlo con hitos y mojones,
cual una carretera, para luego
pontificar, diciendo:
"Desde aquí,
a partir de este punto, es el futuro;
desde aquí hacia atrás, tiempo pasado;
y en este mismo instante, que se ha ido
sin sentirlo, es el tiempo presente,
infinitesimal punto de encuentro
del futuro que llega apresurado,
y apenas es llegado se transforma
en tiempo ya pasado para siempre."

¿Podemos concebir que el tiempo sea
como una carretera sin retorno,
sin principio y sin fin, por la que corre,
sin saber hacia dónde, el Universo,
gobernado por leyes inmutables
de ese Dios, que tampoco comprendemos?

Ese tiempo futuro que esperamos,
¿existe realmente en el espacio,
esperando paciente que lleguemos,
o lo vamos haciendo, día a día,
con nuestro inexorable movimiento?

El día que los astros se detengan
y estalle el Universo, transmutado
en un inmenso foco de energía,
-carente ya de radiactiva masa-,
ese tiempo futuro, ¿se habrá muerto
y ya no habrá camino en el espacio,
bruscamente cortado en ese punto,
al borde del abismo indescriptible,
principio de la Nada, precursora
de otro Dios, otros mundos y otros hombres?

Y ese tiempo pasado que se ha ido
llevándose consigo tantas cosas,
hundiéndose en las sombras del ocaso,
ese tiempo, ¿existe realmente?

¿Podemos concebir ese pasado
como una realidad, que sigue viva
detrás de las espaldas, agobiadas
al peso de la duda, de los hombres?

¿Será como un camino intransitable,
de profundos relejes, bacheado
con el peso y el paso de los astros,
en su giro hasta ahora incoercible?

¿O ese tiempo pasado, como alfombra
que no admite camino de regreso,
se enrollará veloz sobre sí misma,
sin ocupar espacios imposibles,
negados al no ser y al tiempo ido?

¿O quizá se disipe como niebla
y se esfume en humo de recuerdos,
sin dejar huella alguna de su paso,
si no es en la memoria de los hombres?
Si el futuro no existe, y el pasado
es tan sólo memoria evanescente
que vive lo que duran los recuerdos,
forzoso es concluir que sólo existe
el momento fugaz..., que ya se ha ido,
ya no está entre nosotros y es pasado,
y es que el punto de encuentro entre ambos tiempos
-pretérito y futuro- es tan pequeño,
-infinitesimal tiempo presente-,
que se puede afirmar su inexistencia
y decir que ese tiempo... no es ni tiempo,
sino una sensación indescriptible
de transitoriedad o de precario.

Y si el tiempo no existe, me pregunto:
¿Será cierto que pienso y estoy vivo?


José María Hercilla Trilla
Avila, 16 Marzo 1990

(De mi Libro: "Canciones del tiempo perdido")

sábado, 22 de noviembre de 2008

050 - NO ES LA MUERTE, NO ....

NO ES LA MUERTE, NO... (050)

«No te presentes ante el Señor
con las manos vacías».
(Eclesiastes, 35, 6-7)


No es la muerte, no, lo que me asusta,
pues morir es dormir un largo sueño
con la dulce esperanza de que un día
resucite triunfante nuestro cuerpo
y pueda contemplar la luz gloriosa
que irradia de la Faz del Ser Supremo.

No es la muerte, no, lo que me asusta,
ni la espantosa soledad del muerto,
ni el torpe olvido que a su muerte sigue,
que borra hasta el mínimo recuerdo
de quién era, de cómo se llamaba,
de sus gustos, sus dichos y sus hechos.

No es la muerte, no, lo que me asusta,
ni el convertirse en polvo carne y huesos,
molidos por el paso de los años,
triturados por siglos y milenios,
hasta volver a ser tierra fecunda
regada por la lluvia de los cielos.

No es la muerte, no, lo que me asusta,
pues de mi fin clara conciencia tengo
y sé que he de morir, aunque me pese,
y a esa idea fatal me voy haciendo,
pues la senda que llevo recorrida
me anuncia el fin cercano, que presiento.

No es la muerte, no, lo que me asusta.
Aquello que me asusta y me da miedo
es llegar al final de mi camino
sin poder ofrecer al Juez Supremo
algo que justifique mi existencia
y le haga perdonar todos mis yerros.

No es la muerte, no, lo que me asusta.
¡Son mis manos vacías! Sólo temo
llegar a Ti sin nada que ofrecerte,
y rendirte la vida que te debo,
sin haberla llenado con un algo...,
no sé con qué..., pero con algo bueno...

No es la muerte, no, lo que me asusta;
es llegar al final de mi sendero
y en un crudo examen de conciencia
comprobar mi carencia de méritos,
mi abundancia de torpes egoísmos...,
¡el saldo de mi vida, tan adverso...!

No es la muerte, no, lo que me asusta.
Tu Justicia, Señor, es lo que temo,
pues conozco lo mucho que me diste
¡y lo poco que a cambio te devuelvo!
¡Perdóname, Señor, te lo suplico,
-por cuanto yo te ame-, todos mis yerros!

José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 3 Enero 1976

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 21 de noviembre de 2008

052 - MEDIO SIGLO


MEDIO SIGLO (052)

(Leido 32 años después de escrito "eso",
no puede uno por menos de exclamar:
"Cuántas tonterías dice uno en un mal momento")

Medio siglo he cumplido;
no me pesa la edad,
pero siento algo extraño
que no puedo explicar.

No me asusta la vida
y aun me atrevo a luchar,
pero encajo los golpes
que la vida me da,
con cierta displicencia,
como sabiendo ya
que todo da lo mismo,
que ya.... todo es igual.

Aquellos sueños locos
que solía soñar
y que no se cumplieron,
¡ya no se cumplirán!

Mi vida fue un continuo
y duro trabajar,
pensando en el mañana,
pensando en los demás...,
y cuando todo acaba,
es triste confesar
que no sé si hice bien,
o tal vez lo hice mal.

Me precio de sincero
y quisiera pensar
que recibí más daño
del que pude causar.

Envidia, no la tuve;
rencor u odio, jamás;
fui un hombre callado,
amante de la paz,
feliz con sus lecturas,
dichoso en su soñar,
al que incluso gustaba
en sus ocios, pescar,
sentado en una orilla,
viendo el agua pasar.

No fui un hombre de garra;
ese fue el capital
pecado de mi vida,
del que, a decir verdad,
no estoy arrepentido,
pues a nadie hice mal.

¿Me faltó valentía?
¿Me faltó voluntad?
No lo sé,... ni me importa,
y nada he de arreglar
por mucho que analice
lo que ya quedó atrás.

Ya es mayor el camino
que trillé con mi andar,
que el tramo que me resta
de senda por pisar.


Medio siglo fue siempre
como un hito fatal;
como un recordatorio
que te obliga a pensar
en que todo se acaba,
porque todo es mortal.

¡Por mucho que te esfuerzes
y quieras gallear,
ya estás en la bajada
de la rampa final!

Menos mal que a la Muerte
se la contempla ya
como a una antigua novia
que vuelves a encontrar
al cabo de los años,
ya cansado de andar.

Una novia amorosa
que me habrá de besar
y cuidará mi sueño
para que duerma en paz.

¡Medio siglo! No es mucho...,
pero el alma ya está
maltrecha y dolorida...,
y es bueno descansar.


José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Abril 1976

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 20 de noviembre de 2008

071 - TARDE DE NIEVE

TARDE DE NIEVE (071)


En esta tarde fría, en que la nieve,
azotada y batida por el viento,
se desploma en oblicuos torbellinos,
me refugio al amor de mi brasero
y dejo que las horas se deslicen
blandamente, en un grato silencio,
mientras fumo mi pipa favorita,
-una vieja raíz de duro brezo-,
con un libro cualquiera entre las manos,
que me brinda su paz y su sosiego,
y apuro a breves sorbos una copa
de un vino de El Pedroso, que aún conservo.

Buen vino, buen tabaco, y un buen libro;
un sillón, con las huellas de mi cuerpo
marcadas por el uso y por los años,
y una mesa camilla con brasero.

¿Qué más puedo pedir en esta tarde
hermosamente triste del invierno,
en que la nieve se revuelve airada
y bate mi ventana el rudo viento?

El humo del tabaco se retuerce
en azules volutas hacia el techo,
arrastrando consigo algunas veces
algún inoportuno pensamiento
que surge de la plácida lectura...,
o del vino, que poco a poco bebo.


(Es mejor no pensar demasiado)

El fuerte aroma del tabaco negro,
encendido en la negra cazoleta,
invade densamente mi aposento,
y en esta dulce calma campesina
que me embarga, se va pasando el tiempo
sin despertar envidias en las gentes,
sin albergar envidias en mi pecho,
tratando de pasar inadvertido,
gozando de mi paz y mi silencio,
con mis libros, mi vino y mi tabaco,
mi sillón, mi camilla y mi brasero.

En la calle y los campos cae la nieve,
obstinada y batida por el cierzo...


José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 17 Marzo 1979

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 19 de noviembre de 2008

086 - CUANDO LAS ILUSIONES

CUANDO LAS ILUSIONES (086)


Cuando las ilusiones se van adormeciendo
y transcurrir los días pausadamente vemos,
sin grandes ambiciones, ni graves descontentos;
y observamos que el verde fulgurante e intenso,
-color de la esperanza-, se torna amarillento,
ese color de otoño, precursor del invierno...

Cuando ves que la vida no es un largo y eterno
caminar anhelante, sino un breve paseo
que apenas deja huella en el ingrato suelo;
que cuando al final llegues del terrenal sendero,
se esfumará en el aire tu nombre y tu recuerdo,
como se esfuma raudo, de la rosa, el intenso
aroma penetrante al llegar el invierno...

Cuando ves agotarse la fuente del deseo
y sientes que tu sangre se remansa en el hueco
de tus viejas arterias, abultadas de aspecto,
sin alterar tu pulso con un latido intenso,
como niño cansado, cobijado en el seno
abrigado y caliente del regazo materno...

Entonces, resignado, sin maldecir al cielo,
ejercitas sumiso, en callado silencio,
el arte insuperable de irte desprendiendo
-sin dolor ni nostalgia- del bagaje molesto
que fuiste acumulando, sin advertir que el peso
del mismo te agobiaba y hacía prisionero...

¿Cuántos años me quedan? ¿Cuántos días aun tengo
en mi cuenta corriente en el Banco del Tiempo?

Ya sé que en esa cuenta los números son negros,
-no rojos como en otras-, y nadie vive a crédito,
pues Dios no es prestamista, y al llegar el momento,
se te salda la cuenta que te convierte en muerto.

Yo ya estoy preparado y el ánimo lo tengo
dispuesto para el trance inesquivable y cierto.


José María Hercilla Trilla
Avila, 26 Octubre 1982


(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

martes, 18 de noviembre de 2008

092 - DE BARRO DELEZNABLE

DE BARRO DELEZNABLE (092)



De barro deleznable y transitivo
soy vaso terrenal y enamorado,
vaso soy quebradizo y agrietado
por un uso continuo y excesivo.

El peso de la vida, corrosivo,
en mi barro sus huellas ha dejado
y siento que una herida en mi costado
con su agudo dolor me tiene vivo.

Qué triste que este barro deleznable
al peso de los años se doblegue,
rebelde con su sino y disconforme.

Cuando llegue la hora inesquivable
de quebrarme, Dios quiera que en paz llegue
y en polvo enamorado me transforme.



José María Hercilla Trilla
Almuñecar, Junio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 17 de noviembre de 2008

096 - MI CARNE TRANSITORIA

MI CARNE TRANSITORIA (096)



Mi carne transitoria se rebela
con sed de eternidad incontrolada,
negándose a ser polvo y a ser nada,
como luz que se apaga de una vela.

Obsesión que más turbe y que más duela
a mi mente en la duda ensimismada,
no ha existido jamás, y conturbada
el alma se desplace y desconsuela.

Esta carne que ama y que palpita
buscando la Verdad y la Hermosura,
se niega a perecer eternamente,

y su canto rebelde lanza y grita,
desde la sima de su noche oscura,
a los pies de mi Dios omnipotente.


José María Hercilla Trilla
Almuñecar, 15 Junio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

sábado, 15 de noviembre de 2008

097 - AUTOEXAMEN

AUTOEXAMEN (097)



Analizo mi vida fríamente
y debo confesar que he recibido
de todo en el reparto. He sufrido
guerra, miseria, hambre y accidente,

dolor y enfermedad. Pero igualmente,
con lo malo, también me han repartido
mucho bueno que nunca he merecido,
o merecido menos que otra gente.

Por mucho que a mi Dios, de noche y día,
le agradezca su santa lotería
y aquello que me cupo en buena suerte,

no alcanzaré a pagar tantos favores
y en deuda he de quedar cuando la muerte
silencie mis postreros estertores.


José María Hercilla Trilla
Avila, 3 Julio 1984


(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 14 de noviembre de 2008

099 - EN LA VASTA PLANICIE ...

EN LA VASTA PLANICIE (099)



En la vasta planicie de mis días
el potro de mis años se desboca,
y a una marcha suicídamente loca
se despeña en las hondas lejanías.

Dulces horas que quiero llamar mías,
el hoy en el ayer raudo coloca,
que el potro de las horas nos disloca
la vida con sus locas correrías.

Yo quisiera tascar con tensa brida
la fuga de ese potro desbocado
que galopa llevándose mi vida,

y verlo piafante y refrenado
para siempre, igual que un monumento,
con sus manos alzadas frente al viento.

José María Hercilla Trilla
Barco de Avila, 7 Julio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 13 de noviembre de 2008

100 - NO SÓLO CON ANDAR

NO SÓLO CON ANDAR (100)


No sólo con andar se hace el camino.
Muy sencilla sería la receta
prescrita por el clásico Poeta
de los campos soriano y numantino.

Hay que andar, y luchar con el destino
que te corta, te ataja y encorseta,
y correr anhelante hacia la meta
que culmina tu paso peregrino.

¡No basta con andar! Tienes que abrirte
el paso entre la envidia, o morirte
de rabia en un rincón, pisoteado.

¡Triste cosa la envidia, compañero,
y más triste sentir como a tu lado
la envidia va minando tu sendero!


José María Hercilla Trilla
Avila, 15 Julio 1984

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 12 de noviembre de 2008

114 - NO SÉ SI POR AMAR ....

NO SE SI POR AMAR (114)


No sé si por amar cuanto he podido
hoy tengo el corazón medio averiado
y debo mantener mucho cuidado
y en todo ser prudente y comedido.

Lo acepto, sin haberlo comprendido,
pues a este corazón enamorado,
que nunca por amor se vio cansado,
yo siempre acredité por decidido.

Creo, a veces, gozar aún de energía
y sentir la ilusión que me movía
en mis locas empresas juveniles,

creencia que tan sólo es vano empeño.
¡Mi corazón ya tiene mil abriles
y recuerdo el pasado como un sueño!


José María Hercilla Trilla
Avila, 8 Enero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

martes, 11 de noviembre de 2008

115 - EL TIEMPO GALOPANTE

EL TIEMPO GALOPANTE (115)


El tiempo galopante se ha llevado
tantas horas de amor y de alegría,
que hoy quiero recordar a quien quería,
y es inútil. Aquel amor pasado

el polvo de los años ha borrado,
y su faz, su belleza y lozanía,
la boca juvenil en que bebía
anhelante mi amor enamorado,

es un vago recuerdo evanescente,
perdido en algún hueco de mi mente,
que el paso de los años difumina

y lleva inexorable hacia el olvido...
(A ese olvido al que también camina
el potro de mi vida, ya vencido).


José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Enero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 10 de noviembre de 2008

115 - ¿POR QUÉ, SEÑOR, ... ?

¿ POR QUE, SEÑOR... ? (116)


¿ Por qué, Señor, a mi me has concedido
mercedes que otros muchos no han logrado,
y me dejas vivir enamorado,
viviendo mi pasión enardecido ?

No sé por qué, Señor, me has elegido
y en la rifa del mundo me has premiado
con un lote que nunca me he ganado,
ni tampoco, Señor, he merecido.

No quiero parecer grandielocuente,
-yo, que siempre hablé tan llanamente-,
mas he de confesar, si soy sincero,

que nunca merecí tantos favores,
y sólo tu bondad, en la que espero,
me dio siempre más dichas que dolores.


José María Hercilla Trilla
Avila, 12 Enero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

sábado, 8 de noviembre de 2008

118 - DECÍAMOS AYER ,,,

DECIAMOS AYER... (119)


Decíamos ayer, dijo el Poeta,
empezando de nuevo sus lecciones,
al salir de las lúgubres prisiones
que tuvieron su lengua bien sujeta.

Frase fue que corrió magnificada
y que el pueblo sencillo repetía,
admirado de ver quien la decía
y el dónde y el porqué fue pronunciada.

¡Decíamos ayer...! Cuán acertado
el prólogo docente utilizado
por Fray Luis de León, ya que la vida

es tan breve y fugaz, que bien parece
quedar en breves días consumida,
tan rápido se nace y se perece.


José María Hercilla Trilla
Salamanca, 26 Febrero 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

viernes, 7 de noviembre de 2008

124 - ESTE CÁLIZ

ESTE CÁLIZ (124)

I)

Este cáliz de penas y amargura
que pones en mi boca pecadora,
acepto mansamente, mientras llora
mi alma en esta triste noche oscura.

No llego, en mi maldad y mi locura,
a querer rebelarme en esta hora
contra Tu voluntad. Sólo te implora
mi carne transitoria sin ventura

que, junto con la pena que me azotas
y flagelas mis coyunturas rotas,
me des también, Señor, la fortaleza

bastante a soportar este tormento
y poderlo sufrir con entereza
e incluso, con tu ayuda, hasta contento.



(II)

Este cáliz de penas y amargura
que brindas a mi boca pecadora,
me bebo hasta las heces, mientras llora
mi alma su dolor y desventura.

No llega mi ceguera y mi locura
a oponerme, Señor, en esta hora,
a la Cruz que mi vida soñadora
en vida atormentada transfigura.

No te pido, Señor, que este castigo
apartes de mis hombros. Sólo digo
que, junto con la carga que me impones,

me concedas la fuerza suficiente
para sufrir callado y dignamente
aquello que Tú ordenas y dispones.



José María Hercilla Trilla
Almuñecar, 12 Septiembre 1985

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

jueves, 6 de noviembre de 2008

132 - LX AÑOS

LX CUMPLEAÑOS (132)

(Nota para el amable lector: Este poema
fue escrito hace casi veintitres años, y,
afortunadamente, aquí sigo, soñando)

En este mismo día - he cumplido sesenta,
casi sin enterarme, - que es lo que más revienta.

Hay algunos que dicen - que no me encuentran viejo,
pero yo no les creo, - ya que tengo un espejo

que de engaños no sabe - y me dice valiente
las verdad que debiera - confesarme la gente,

si la gente no fuera -tan cortés y educada,
y quisiera decirme - la verdad descarnada.

Aun no estoy medio tonto, - pero ya falta menos;
y los dientes que uso, - son postizos, no buenos;

y tiembla mi papada; - y mi frente y mejillas
ofrecen hondos surcos; - y tengo las rodillas

que me duelen a veces; - y en muchas ocasiones,
también el espinazo, - la espalda y los riñones;

y el pelo tengo cano, - escasillo y de pena,
que el paso de los años - se llevó mi melena.

Del corazón, no hablemos, - pues es cosa sabida
que alguna coronaria - me quitará la vida;

y ello no me preocupa, - puesto que yo prefiero
morirme de repente, - sin saber que me muero,

y sin causar molestias - a deudos y parientes,
como deben morirse - las personas prudentes.

Mas a pesar del tiempo - y de tan mal aliño,
tengo el alma tan joven - como el alma de un niño;

y sueño fantasías, - como en mis años mozos,
y sufro con las penas, - y río con los gozos;

y gusto la Belleza, - y la Bondad admiro;
y algunas veces, lloro..., - y otras veces suspiro;

y estoy lleno de vida, - aunque el cuerpo esté viejo,
pues el alma está joven, - aunque yo sea un antruejo.

Y dentro de diez años, - al cumplir los setenta,
ya os diré, (si estoy vivo - y me sale la cuenta),

si sigo con el alma - igual de soñadora,
juvenil y sensible, - como la tengo ahora.

¡Afortunadamente, - no envejecen iguales
las almas de los hombres - y sus cuerpos mortales!


José María Hercilla Trilla
Avila, 10 Abril 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

miércoles, 5 de noviembre de 2008

135 - EN ESTE CORAZÓN ...

EN ESTE CORAZON (135)



En este corazón descabalado,
sensible a todo encanto femenino,
he ido cobijando en mi camino
cuanto amor esta vida me ha brindado.

Tanto amor he sentido y he gozado
que a recordar sus nombres ya no atino,
e incluso hasta sus rostros no termino
de entrever en las brumas del pasado.

No obstante lo plural de mis amores
y lo hondo de todos mis quereres,
no pasaron de ser bellas mujeres

que alegraron mi loca primavera
y alfombraron mi senda con sus flores,
¡precursor homenaje a la Postrera!


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 25 Abril 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

martes, 4 de noviembre de 2008

136 - REBUSCO EN LA MEMORIA

REBUSCO EN LA MEMORIA (136)



Rebusco en la memoria febrilmente
queriendo recordar tiempo pasado
y ese amor del que estaba enamorado
como sólo lo está un adolescente.

Y es triste comprobar como la mente
el Amor que pasó tiene olvidado,
cubierto por el polvo acumulado
que desciende del tiempo blandamente.

Ese tiempo, que todo difumina...,
que todo debilita y oscurece...,
que todo lo consume y lo termina,

pues todo lo nacido al fin perece.
¡Y es en vano buscar en la memoria
al amor que pasó y hoy ya es historia!



José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 28 Abril 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

lunes, 3 de noviembre de 2008

145 - EL ÚLTIMO VIAJE

EL ULTIMO VIAJE (145)



Un día doblarás la servilleta
y ligero de ropa y equipaje,
emprenderás el último viaje,
que siempre se realiza sin maleta.

Vacía dejarás la colchoneta;
en la percha, colgado el nuevo traje;
el coche, abandonado en el garaje;
vagando entre tus libros, tu silueta.

Tus deudos llorarán algunos días,
añorando tu voz y tu presencia,
hablando de tus cosas y manías;

mas luego, acostumbrados a tu ausencia,
vivirán tan contentos, -no te asombre-,
sin volver a acordarse de tu nombre.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 26 Junio 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")

sábado, 1 de noviembre de 2008

151 - EL ESPEJO

EL ESPEJO (151)



Yo no sé que le pasa al fiel espejo,
que se ha vuelto voluble e inconstante
de algún tiempo a esta parte. Si delante
me pongo y examino, me reflejo

distinto cada día y más antruejo,
por mucho que me estire y que me plante,
me afeite, me acicale y hasta cante,
e incluso desarrugue el entrecejo.

Y hay días, en que está tan insolente,
que cuando en él me miro al levantarme,
me quedo estupefacto, pues enfrente,

igual de sorprendido al contemplarme,
aparece el rostro inolvidable
de mi padre, difunto y respetable.


José María Hercilla Trilla
www.hercilla.blogspot.com
Avila, 15 Agosto 1986

(De mi Libro: "Canciones de mis años idos")